Sus bailes. Su sentido del humor. Sus majestuosas casas de Miami, Milán, Bolonia, Cerdeña y Cortina D’Ampezzo. Su velero. Su avión privado. Hay muchas razones para convertirse en uno de los casi cincuenta millones de seguidores que Gianluca Vacchi suma en sus diferentes redes sociales desde que en 2013 abriese su primer perfil de Instagram. Ahora se añade una nueva: conocer a la persona detrás del personaje. El influencer, DJ y empresario ha decidido mostrar su faceta más humana en Mucho más, un documental para Prime Video. En él repasa sus luces, pero también algunas de sus sombras. A pesar de ser uno de los hombres más famosos del mundo, resulta que apenas lo conocíamos.
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—Se define como alguien sensible y tímido. ¡Quién lo diría!
—¡Es verdad! He logrado vencer la timidez para poder hacer lo que hago después de mucho trabajo. ¿Alguna técnica? Decirse cada mañana frente al espejo: “Espero conocer otro lado de mí”. La gente se cierra a experiencias nuevas que pueden traer una identidad más interesante.
—Otra de las sorpresas de esta catarsis televisiva es que no es rico de cuna… Explíquese.
—Hice el documental por eso. Estaba cansado de esas malas interpretaciones. Mi familia nunca tuvo ningún problema económico, pero de ahí a que fuesen ricos… ¡Hay una gran diferencia! Mi patrimonio es cien veces mayor al que me dejó mi padre, pero es muy cómodo decir que todo lo que tengo es heredado.
—Además de una cadena de kebabs y una compañía telefónica, su principal fuente de ingresos procede de sus acciones en IMA, la empresa familiar dedicada al embalaje. Pero ¿en qué medida han ayudado las redes a aumentar su fortuna?
—En un pequeño porcentaje. He rechazado mucho dinero, muchas ofertas, para que mi perfil fuese auténtico y pudiera expresar mi verdadera naturaleza.
“Rezo cada día para vivir muchos años y acompañar a mi hija en el período más largo que pueda”, confiesa Gianluca
—¿Cómo era antes de convertirse en un fenómeno en dos mil trece?
—Contaba chistes y me reía, solo que entonces también hacía negocios. Llegó un momento en el que estaba profundamente aburrido debido a la poca calidad humana de ciertas personas en este ámbito. Decidí cambiar de vida porque mi curiosidad se había acabado. De no hacerlo, ¡podría haber sido demasiado tarde!
—En este documental, ¿ha contado todos sus secretos? ¿Tiene alguno inconfesable?
—Mi secreto es ser un hombre libre. La vida es corta para vivirla de la manera que no quieres. ¡Es muy simple!
—Se levanta muy pronto para meterse en una cama hiperbárica y en una máquina de crioterapia a menos ciento ochenta grados. ¿No está obsesionado con el paso del tiempo?
—Rezo cada día para vivir muchos años y acompañar a mi hija, Blu Jerusalema, en el período más largo que pueda.
—A sus cincuenta y cuatro años continúa siendo famoso por sus bailes. ¿Tienen alguna gotera?
—No. Lo que tengo es disciplina y tenacidad para estar así. Dedico mucha parte mi tiempo a cuidar mi cuerpo porque, como digo, es la única casa en la que estamos obligados a vivir.
—Llegó a ser uno de los esquiadores más importantes de Italia, ¿por qué lo dejó?
—Hasta los dieciocho años fui, probablemente, el mejor. Lo dejé porque pensé que me estaba retrasando en lo que verdaderamente quería hacer: los negocios.
—¿Qué sueño que tenía de niño ha logrado cumplir?
—Sobrepasé todos los sueños.
“Mi patrimonio es cien veces mayor al que me dejó mi padre, pero es muy cómodo decir que todo lo que tengo es heredado”
—En el reality habla de sus padres. Incluso aparece su madre, una gran desconocida…
—¡Es una mujer de otro mundo! Sobrevivió a dos cánceres con una tenacidad admirable. Fue impresionante la lección de vida que nos dio. Mi padre era muy exigente. Me ponía frente a obstáculos para que los superara.
—¿De qué modo le ha cambiado la paternidad?
—Totalmente. Veo en mi hija una proyección de mí mismo cuando ya no esté. Mire, la vida es un préstamo. Los dolores son los intereses; los sueños, el buen uso de este préstamo.
—¿Qué tiene su novia, la modelo Sharon Fonseca, para que haya hecho que siente cabeza?
—Un alma diferente respecto a las otras mujeres que encontré. Tiene una sabiduría excelente y me enseñó a amar.
—¿Planes de boda?
—Sí, claro, pero no lo voy a decir a nadie. ¡Ni a ella! Es un momento especial. Y lo haré. Quiero que mi hija crezca en una familia tradicional. Ella es la que nos unirá para siempre.
—De las luces a las sombras. Ha vivido un calvario judicial durante los últimos dieciocho años. Fue acusado de quiebra fraudulenta en el caso Parmalat, pero ha sido absuelto finalmente. ¿Por qué lo ha contado?
—Cuando una persona decide abrirse, no tiene que tener secretos, sino ser coherente. Era importante para mí que se supiera que he sido declarado inocente.
—También trabaja como DJ. ¿Ha sabido renunciar a las tentaciones que ofrece la noche?
—Para mí, la tentación más fuerte es hacer feliz a mi futura esposa y a mi hija. ¡Eso no lo puede superar ninguna cosa!
“Sharon tiene un alma diferente respecto a las otras mujeres que encontré. Posee una sabiduría excelente… y me enseñó a amar”, cuenta sobre la modelo venezolana
—Es amigo de Sergio Ramos. ¿Cómo lo definiría?
—Es un deportista espectacular y un hombre con un alma profunda. Nos vemos de vez en cuando y le tengo mucho cariño. Cuando se retire, lo veré más.
—¿Vendrá pronto a España?
—Iré en verano a Marbella y a Valladolid, para ver jugar al pádel a mi amigo Fernando Belasteguín.
—¿Qué haría si un día se acaba esta vida de ensueño?
—Muchas veces, me enfrenté a riesgos que hubieran podido cambiar mi vida, pero nunca me asusté. Me he reconstruido tres veces. ¡Y no tengo miedo a hacerlo una cuarta!