Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa acudían la semana pasada a una cita que tenían prevista para el 25 de abril, pero que se vieron obligados a posponer a causa del coronavirus. Ahora, un mes después y totalmente recuperados desde hace semanas, ya han podido asistir, en la sede de la Real Academia Española (RAE), a la presentación de Cervantes —libro escrito del director de la academia, Santiago Muñoz Machado—, donde Isabel volvía a ejercer de primera dama de las letras de la mano del Premio Nobel.
Para la ocasión apostó por un total look blanco, con traje de Bleis Madrid, bolso de Tods y joyas de Rabat. En las últimas semanas, Isabel y Mario, que ahora celebran su séptimo aniversario como pareja, han tenido una apretada agenda en los círculos literarios y del arte. Han ido al coloquio celebrado en Casa América con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, al nombramiento del escritor como Patrono de Honor del Teatro Real y, además, él viajó a la Feria del Libro de Buenos Aires.
Pero, sin duda, ella ya está contando los días que faltan para otra importante cita, esta vez familiar: el enlace de su sobrino Álvaro Castillejo, donde ella será quien le llevará al altar. La única vez que ejerció de madrina fue en la boda de su hijo Julio José, en noviembre de 2012, y fue un momento muy emotivo. Ahora podrá revivir esa experiencia de la mano de Álvaro, al que está muy unida.