La escritora Carina Axelsson será finalmente una princesa. Lleva esperando casi veinte años para casarse con el príncipe Gustav Sayn Wittgenstein , hijo de la princesa Benedicta y sobrino de la reina Margarita de Dinamarca, pero finalmente hay un final feliz para su historia de amor. La boda tendrá lugar el 4 de junio en el castillo de Berleburg, y no pueden estar más contentos.
Los preparativos se están llevando en secreto y será una celebración muy privada. Así se lo confesaba el novio estos días a Westfalenpost. “Carina y yo nos conocemos desde hace mucho tiempo. El amor y el afecto no siempre requieren un certificado de matrimonio… Nos casaremos en un lugar muy privado, como prometemos a nuestros invitados, en el castillo”.
Aún no habiendo una lista de confirmada, se espera que asistan, entre otros familiares y amigos, la reina Margarita de Dinamarca, los príncipes herederos, Federico y Mary, la reina Ana María de Grecia y los príncipes Pablo y Marie-Chantal de Grecia.
Fue el estatus de su prometido, jefe de la dinastía, el que les ha impedido casarse hasta ahora. El abuelo de éste, el príncipe Gustav Albrecht de Sayn-Wittgenstein-Berleburg, estableció en su testamento (1939) que la esposa del jefe de la Casa tenía que ser de raza aria, noble y protestante para no perder los derechos dinásticos ni el castillo de Berleburg, ligado al linaje; y Carina, la mujer elegida por su nieto no cumplía con las condiciones requeridas. No pertenece a la nobleza, es americana, hija de madre mexicana y padre sueco, y fue educada en la fe católica.
Los últimos deseos del abuelo del príncipe Gustav -quiso controlar el legado para las próximas generaciones- se interpusieron en el camino del príncipe Gustav, pero éste no ha dejado de luchar durante años en los tribunales alemanes hasta conseguir revocar el pasaje del testamento con sus últimas voluntades.
Gustav y Carina se conocieron durante una cena con amigos en 2003 y son pareja desde entonces. Fue, por un lado, un año de alegría, el Príncipe se había vuelto a enamorar después de suspender su primera boda; y, por otro, de malas noticias. Su padre, el príncipe Ricardo, fue diagnosticado casi a la vez de un cáncer.
La vida cambiaba para todos. Gustav, después de trabajar en Londres en el sector financiero, tuvo que empezar ayudar a administrar el patrimonio familiar de Berleburg -uno de los más grandes de Alemania ya que, según han estimado algunos medios, la fortuna podría alcanzar los 500 millones de euros-, mientras consolidaba su relación con Carina. Primero, a distancia y, finalmente conviviendo en el castillo (Schloss Berleburg) tras haber sido acogida ésta por toda la familia con enorme cariño.
No podían casarse, pero el príncipe le dio su sitio en la dinastía de todas las maneras posibles. Como señora del castillo, en las grandes citas familiares y en las oficiales. Especialmente, en la corte de Copenhague, donde debutó con la tiara de las nueve puntas de diamantes y un anillo de racimo de diamantes. “Me da igual no estar casada con Gustav. Él es el hombre de mi vida y con quien quiero estar”, decía en 2016.
Una posición de la que ‘tuvo’ que retroceder un paso cuando, tras la muerte de su suegro, en 2017, el príncipe Ludwig-Ferdinand , primo del príncipe Gustav, tomó la decisión de disputarle la herencia alegando que tenía una pareja “de hecho” e incumplía el testamento.
La pareja salvó el escollo poniendo distancia física entre ellos. Así y mientras Carina subía fotos a sus redes disfrutando de la campiña inglesa, el príncipe seguía peregrinando por los tribunales germanos hasta que, por fin, el pasado verano la justicia dictaminó que Gustav es el heredero legítimo del castillo y de las propiedades que le corresponden como jefe de la Casa Principesca. Entre ellas, una explotación forestal de más de 13.000 hectáreas.
Carina Axelsson nació en California el 5 de agosto de 1968 y es la mayor de los tres hijos del ingeniero electrónico sueco Bertil Axelsson y Alicia. Tras vivir en EEUU y en Suecia se mudó a Nueva York y trabajó de modelo. También fue asistente de John Galliano en París, mientras se formaba como ilustradora en una escuela de arte. En 2004, Carina publicó su primer libro para niños, Nigel of Hyde Park, sobre un pequeño dragón y, después hizo su transición al mundo literario.
Es la autora de una saga juvenil de detectives, Model Under Cover, en la que la protagonista, Axelle Anderson, una joven modelo resuelve misterios al estilo de su heroína Miss Marple. Su última novela Royal Rebel, publicada en 2019, cuenta la historia de una princesa que vive en secreto su pasión por la moda.
Carina Axelsson, además de escribir, ayuda al príncipe en el rediseño del parque del castillo de Bad Berleburg para enfrentar los desafíos del cambio climático. Así lo confesaba el novio también recientemente a Westfalenpost. “Nos guiamos por los principios de los jardines paisajistas ingleses. También colecciona muebles antiguos, disfruta mucho de la cocina y le encanta estar en la naturaleza con sus cinco perros, dos Cocker Spaniel y tres Labradores.
Además de prima política, es muy buena amiga de la princesa Mary , mujer del príncipe Federico y futura reina de Dinamarca y también de los príncipes Joaquín y Marie, quienes la eligieron madrina de su hija Atenea; y, por eso, también se espera que asistan la boda.
Es tradición para las novias de la casa usar el velo de encaje irlandés de la princesa Margarita de Suecia, nieta de la reina Victoria de Inglaterra, y la tiara Khedive , de Cartier (1904), que perteneció también a la bisabuela del novio, pero dadas las circunstancias y el marco privado, no se espera a una novia tocada con diadema.