Decir el nombre de Esmeralda Pimentel es hablar de talento y de éxito. La intérprete mexicana se ha convertido en una de las mujeres del momento y no deja de encadenar proyectos desde que en 2009 se puso frente a las cámaras. Su camino, sin embargo, también ha tenido momentos complicados sobre los que se ha sincerado durante su primera visita a El Hormiguero. En el programa de Pablo Motos, la actriz de 31 años a la que vimos en la última edición de los Premios Platino, ha hablado de las críticas que ha recibido por su cuerpo incluso de parte de personas poderosas del sector interpretativo y del gran cambio laboral que supuso su decisión de dejar atrás su larga melena para lucir el pelo corto.
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La actriz es consciente de que su exposición hace que la juzguen y sabe que hay expectativas para que sea o se comporte de cierta forma. Sin embargo, ha decidido ser fiel a sí misma y mostrarse tal y como es sin importar los cánones que marca la sociedad. "Creo que tenemos que ser libres, amar y repetar nuestro cuerpo", ha dicho. Un leitmotiv que ha hecho suyo tras malas experiencias, como cuando una productora la llevó a un monitor para que viera cómo se abrían los agujeros de su nariz mientras reía o suspiraba, "Te empiezan a mater complejos que nunca habías percibido. Nadie, y menos alguien con poder, tiene derecho a lastimarte de esa manera", ha indicado Esmeralda. Además, ha confesado sentirse en la obligación de trasladar un mensaje positivo: "Una es su propio instrumento, hay que ser felices, respetarnos y amarnos".
Su pelo pixie forma parte de su personalidad y actualmente es una de sus señas de identidad, pero cuando se lo cortó hubo un antes y un después. "Cambié mi perfil por completo como actriz y fue una decisión a coinciencia, pero no tenía ni idea de la violencia que iba a recibir por ejemplo en redes sociales", le ha relatado a Pablo Motos. Sus oportunidades laborales tampoco han sido las mismas desde entonces porque las personas que la llamaban anteriormente para audicionar le decían que ya no daba el perfil. "Me dio miedo, pero también la oportunidad de interpretar otros papeles. Me ha traído oportunidades maravillosas", ha reconocido Esmeralda. La intérprete anima a "hacer eso que te da miedo porque te va a llevar a conocer una parte maravillosa de ti y no importa a quien le guste".
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Entre los últimos trabajos de Pimentel destaca su participación en The Good Doctor y el estreno de la película En otro lugar, con Miguel Ángel Muñoz y Pablo Puyol. Ahora suma un nuevo reto con una reinterpretación de El conde de Montecristo que la lleva a coincidir con otro de los profesionales del momento: William Levy. A su lado ha grabado este mismo lunes su primera secuencia y ha dicho que ha sido "increíble, lo adoro, está muy entusiasmado con este proyecto igual que todos". Sobre el protagonista de Café con aroma de mujer ha comentado que es un "gran compañero, generoso, súper amable...". Juntos rodarán seis capítulos para la citada miniserie, que tiene localizaciones en Madrid o Canarias y cuyo estreno se espera que se emita a finales de 2022.