El Real Madrid ha celebrado este domingo en la capital la conquista de la decimocuarta Copa de Europa de su historia, tras el 1-0 ante el Liverpool en la final de la Champions League disputada en París. Una fiesta que, desde las seis de la tarde, desataba la locura y la euforia por las calles de la ciudad e incluía varias paradas para el equipo blanco y que concluyó sobre las doce de la noche en el Santiago Bernabéu con la celebración de toda la afición. Primero fue la catedral de la Almudena y las sedes de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento, para después ir a la Cibeles, vestir a su diosa con la bufanda blanca, y poner el broche de oro con una impresionante celebración en su estadio, lugar en el que los esperaban impacientes otros tantos miles de aficionados.
El rey Felipe disfruta del triunfo del Real Madrid en la final de la Champions en París
En la primera parte de los festejos, tanto los jugadores como el presidente Florentino Pérez y el
entrenador Carlo Ancelotti se han asomado a los balcones de la Puerta del Sol para saludar a los cientos de seguidores que abarrotaban la céntrica plaza y cantar todos juntos el clásico "¡campeones, campeones!".La tarde de celebración empezaba sobre las 18:00 horas, con la salida de los futbolistas montados en el autobús sin capota desde su estadio hacia la Almudena. Vestidos con elegante traje oscuro, los componentes del equipo ofrecían allí la 14ª Copa de Europa y la 35ª Liga a la patrona de la capital, siendo recibidos por el arzobispo Carlos Osoro en un acto que concluyó con la foto de familia. A continuación, la expedición madridista cambiaba de lugar y se citaba con los representantes políticos: la presidenta de la comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso y el alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida. Ambos líderes eran obsequiados por el capitán Marcelo y el máximo mandatario del club blanco con la camiseta del equipo y una réplica en pequeño de la 'orejona'. De ahí los merengues ponían rumbo a la emblemática Plaza de Cibeles, donde no cabía un alfiler y se vivían algunas de las escenas más apoteósicas para los flamantes campeones.
Thibaut Courtois era hoy uno de los más aclamados por la afición, después de convertirse anoche en el gran héroe de la consecución del título por parte del Real Madrid. Sus espectaculares paradas, unidas al gol de Vinicius Jr., daban la victoria el equipo blanco frente al Liverpool en un encuentro que presenciaba también el rey Felipe en París. La novia del portero belga, la modelo israelí Mishel Gerzig, rompía a llorar justo cuando el árbitro pitaba el final del partido. ¡No se lo podía creer! Por fin, su chico alcanzaba su sueño y ganaba por primera vez la ansiada copa. Tras las lágrimas y la emoción, llegaba la felicitación en el terreno de juego. Mishel y Courtois se daban un beso de película, que era jaleado por toda la afición madridista. Además, el guardameta celebraba el triunfo más importante de su vida junto a sus dos hijos: Alejandra y Nicolás, de 7 y 5 años respectivamente. Los pequeños, tremendamente orgullosos, no se separaron de su padre durante toda la celebración en el campo.