Marta Lozano no podía mostrarse más ilusionada con el gran paso que acababa de dar con su novio, el odontólogo Lorenzo Remohi, el año pasado. Tras casi cuatro años de relación, empezaron a vivir juntos, en un estupendo piso de 155 metros cuadrados, situado en pleno centro de Valencia. Allí la influencer, que hoy da el ‘sí, quiero’, recibió a ¡HOLA! para hablar de su historia de amor, pero también de sus planes de futuro y, cómo no, de su estilazo , que ha cautivado a sus casi 900.000 seguidores en Instagram.
—Háblanos de tu nueva casa.
—Tiene un estilo clásico, pero, a la vez, actual. Para mí, es una máxima lo de menos es más y se ve en la casa: ni muchos colores ni muchos estampados. Nos ha ayudado a decorarla la madre de Lorenzo, Marisa Martínez-Medina, que es decoradora y tiene una empresa familiar de muebles.
—¿Cuál es tu rincón favorito?
—Sin duda, la cocina. Me encanta cocinar y me paso allí horas. Cuando vienen amigos, también me gusta tomar unos vinos allí.
—¿Cómo está resultando la convivencia con Lorenzo?
—Llevamos poco más de un mes y la verdad es que muy bien, aunque el cambio ha sido muy heavy. Somos primerizos, ya que los dos veníamos de vivir con nuestros padres, pero también hay mucha ilusión puesta.
“Ha sido un paso enorme para los dos, porque vivíamos con nuestros padres”, nos confiesa Marta, gran amiga de María Pombo, María Fernández-Rubíes y María García de Jaime
—¿Habéis discutido más?
—Sí, pero es normal. Antes no importaban ciertas cosas, porque no era tu casa, y ahora sí (ríe).
—¿Quién llama más la atención?
—¡Yo a Lorenzo! ¡Soy mucho más mandona que él! (Ríe).
La conquista de Lorenzo
—¿Cómo surgió vuestro amor?
—En Jávea, que es donde siempre hemos veraneado. Al principio, no éramos de la misma pandilla porque él es cinco años mayor. Pero empezamos a juntarnos hace casi cuatro años y ahí surgió el amor.
—¿Quién dio el paso?
—¡Yo, absolutamente! (Ríe). Me gustaba mucho Lorenzo y no sé si él era consciente, porque no me hacía caso… Pero me dije: “Este chico me gusta y es para mí”.
“Por mí, me casaría ahora mismo, pero no me gustaría tener una boda COVID”, confiesa la ‘influencer’, que nos revela quién dio el paso para empezar su relación: “¡Fui yo!”
—¿Qué destacas de tu novio?
—Es un chico superprotector, supertrabajador… Es muy emprendedor y no para quieto. Aunque es odontólogo, está metido en Glowfilter —la firma de maquillaje de Marta— y tiene su propia empresa.
—¿Tenéis planes de boda?
—Sí, lo hemos hablado, pero ahora mismo, con el tema de la pandemia, es difícil. No me gustaría tener una boda COVID. De momento, nos hemos ido a vivir juntos, que es un paso enorme.
—Comenzaste a ser influencer con dieciséis años. ¿Cómo surgió todo?
—Subía fotos sin ninguna pretensión cuando iba a la Universidad. Primero, empecé la carrera de ‘Publi’ y luego la de Derecho, pero empezaron a salirme trabajos y llegó un momento en el que era imposible compatibilizarlo todo. Tuve que elegir entre asistir a los desfiles de alta costura o hacer los exámenes finales, que se celebraban a la vez. Me costó elegir, la verdad.
—¿Cómo reaccionaron tus padres cuando tomaste la decisión?
—Cuando me senté a hablar con ellos, no les extrañó porque todo fue muy progresivo y ellos vivieron el cambio. Me dijeron que me iban a apoyar en mi decisión, pero que, fuera cual fuera, tenía que estar a tope.
—Has desfilado en Barcelona y has ido a Cannes. ¿Con qué momentos te quedas?
—Me acuerdo de mi primer desfile de Versace, que era una firma que siempre me había gustado. También del desfile de Dior en Marrakech y la fiesta posterior, con Karlie Kloss y gente supertop. De repente, salió Diana Ross a cantar… Fue una maravilla. También me encantan las alfombras roja de Cannes o del Festival de Cine de San Sebastián. Son momentos en los que piensas: «Qué fuerte que me esté pasando esto a mí».
—¿Y lo más surrealista con tus seguidores?
—Me ha pasado de todo. Una vez me pidieron ir al cumpleaños de una niña en Dubái, pero no me cuadró.
Sus amigas influencers
—¿Cómo es tu relación con tus compañeras?
—Fenomenal. Con quien mejor me llevo es con Teresa de Andrés Gonzalvo, que es como mi hermana. De Barcelona, con Belén Hostalet. De Madrid, también me llevo genial con las tres Marías: García de Jaime, Fernández-Rubíes y Pombo, además de su hermana Marta. Ahora porque no se puede viajar, si no, hubiera ido a ver a sus nenes.
—¿Cómo conociste a María Pombo?
—En dos mil dieciséis o por ahí, en su restaurante. Me sorprendió mucho porque lo primero que me dijo era que quería ser mamá.
—¿Cuántas horas al día pasas pegada al móvil?
—Últimamente, muchas —saca su dispositivo y mira el análisis—.... Cinco horas y media. Pero cuando estoy en mis cosas no le presto atención.
—¿Cuál es el punto fuerte de tu físico?
—Las clavículas. Antes de trabajar en esto, comencé en una agencia de modelos. Lo primero que me dijeron era que les encantaban mis clavículas. Las manos también les gustaron, pero los pies no… (Ríe) No los tengo feos, ¿verdad?
“Cuando iba a la Universidad, subía fotos y empezaron a salirme trabajos. Era imposible compatibilizarlo. Tenía que elegir entre ir a los desfiles de alta costura o los exámenes finales”
—¿Y lo que más les gusta de ti a tus seguidores?
—Creo que ven inspiración a la hora de vestir.
—Por cierto, ¿cuántos zapatos y bolsos tienes?
—No sabría decirte… ¿Cien zapatos? Bolsos menos, por desgracia, porque me encantan. Pero prefiero una buena pieza que muchas malas.
—¿Cómo llevas las críticas?
—Por mucho ejercicio mental que hagas, es algo difícil de encajar. Pero tanto lo malo como lo bueno, que también es muy abrumador y te puede llevar a otro camino. Por eso, hay que hacer mucho ejercicio mental y rodearte de buena gente para no desubicarte.
—¿Has recibido ayuda terapéutica?
—Sí. Es algo que debería hacer todo el mundo porque viene muy bien.
—Después de lanzar tu marca de maquillaje, ¿cuál es tu próximo proyecto?
—Estoy metidísima en Glowfilter y queremos sacar nuevas referencias. Tengo la suerte de que muchísima gente ha probado nuestros productos, como Eva González, Vicky Martín Berrocal y todas mis compañeras de Instagram.
“Me gustaba mucho Lorenzo y no sé si él era consciente, porque, al principio, no me hacía caso… Pero me dije: “Este chico me gusta y es para mí””
—¿Algo que muy poca gente sepa de ti?
—Soy superllorona, supersensible. Últimamente, lloro mucho, pero porque hay muchos cambios en mi vida, aunque siempre he sido muy llorona. También me gusta pintar y cantar…
—¿Nunca te has animado a grabar alguna canción?
—Eso en mis sueños más profundos, pero materializarlo… ¡Me moriría!
—Pues Jesulín tiene su propio disco…
—No sé si es algo que sucederá ahora o dentro de veinte años… De momento, no me lo han ofrecido.