A Lucía Villalón la vida ya le ha salido al encuentro varias veces. Desde muy joven, sabe lo que es enfrentarse a la adversidad —hace cinco años, tuvo que ser operada de un pulmón, tras sufrir dos neumotórax espontáneos, uno de ellos muy grave—, pero siempre se muestra con una gran sonrisa. Hoy nos vuelve a dar una lección de entereza y fortaleza al hablarnos del problema que padece el bebé que espera. La periodista deportiva y su pareja, el futbolista del Levante Gonzalo Melero, anunciaron, a finales de marzo, que iban a ser padres y, junto a la feliz noticia, comunicaron que su hijo padecía gastrosquisis , por lo que tendrá que ser operado nada más nacer. En el ecuador de su embarazo, la futura mamá nos confiesa sus sentimientos, miedos e ilusiones, así como sus planes de futuro.
—Lucía, ¿cómo estás, qué tal te encuentras?
—¡Estoy fenomenal! Los tres primeros meses tuve muchas náuseas, estaba agotada, dormía todo el rato… Ahora me siento bien, tengo ganas de hacer planes todo el tiempo, pero el médico me ha dicho que tengo que estar muy tranquila y evitar esfuerzos o cansarme.
—¿Ahora estás disfrutando del embarazo?
—Intento estar tranquila y disfrutarlo, pero a veces me cuesta mucho. Tengo muchas ganas de que llegue, verlo, saber que está bien… Me pone muy nerviosa no saber cómo está ahí dentro.
“La pena es tremenda y más sabiendo que sus primeras semanas serán, seguro, en una incubadora, que le tendrán que operar varias veces, que puede tener problemas en el sistema digestivo...”
—Ya sabréis si es niño o niña…
—¡Es niño!
—¿Y a quién le ha hecho más ilusión, a Gonzalo o a ti?
—La verdad, lo que los dos queríamos es que estuviese sano… siempre lo decíamos. Yo creo que a Gonzalo le hacía más ilusión que fuese niño y, quizá, por eso, en parte, yo prefería que fuese un chico.
‘Te mueres de pena’
—¿Cómo fue el momento en el que los médicos os dijeron que tenía gastrosquisis y que tendría que ser operado nada más nacer?
—Al principio, un shock, porque no teníamos ni idea de lo que era, jamás habíamos escuchado hablar de la gastrosquisis. Los médicos hablaban entre ellos, tenían cara de preocupación… Y el momento en el que te dicen: “No se le ha cerrado bien la pared abdominal y tiene parte de los intestinos fuera del cuerpo, flotando en el líquido amniótico”, piensas: “Me está tomando el pelo… Eso es imposible… ¿Cómo va a ser eso físicamente posible?”. Luego te lo enseñan, lo ves tan chiquitín e identificas plenamente los intestinos fuera del cuerpo y la pena es tremenda. Y más sabiendo que sus primeras semanas serán, seguro, en una incubadora, que le tendrán que operar varias veces al nacer, que puede tener problemas en el sistema digestivo… Te mueres de pena.
—Imagino las lágrimas, la oleada de sentimientos que se te pasarían por la cabeza…
—Evidentemente, no puedes evitar las lágrimas, de hecho, a veces no puedo evitarlas a día de hoy. Es tu bebé y quieres que todo salga bien, que no sufra, quieres protegerlo… Pero siempre pasan cosas; un embarazo, un parto, tener un hijo..., siempre hay riesgos y complicaciones de todo tipo, lo que pasa es que muy poca gente habla de ello. Hoy en día, parece que si no tienes al bebé perfecto, tras el embarazo perfecto y el parto perfecto, es que haces algo mal, y te frustras, cuando en realidad lo normal es que pasen cosas. Después de contarlo en redes sociales, no te puedes imaginar la cantidad de mensajes de padres que nos llegaron contándonos sus problemas, dándonos las gracias por hacerlo público, por darles voz a ellos… Nos dicen que somos unos valientes por contarlo y nos sorprende muchísimo. Nosotros sabemos que va a ser difícil y va a costar mucho, tratamos de mentalizarnos para estar preparados cuando llegue el momento y verlo llenito de cables, intubado, tan pequeñito recién operado y no poder tenerlo en brazos los primeros días… Pero lo que tenemos claro es que, pase lo que pase, somos unos auténticos afortunados. Hemos aprendido mucho, hemos hablado con muchos médicos, con muchos padres con bebés con problemas y hay gente muy valiente y a la que admirar que tienen hijos con problemas muchísimo más graves que los nuestros y que siguen adelante y pelean cada día para que todo vaya bien, con la mejor de las sonrisas y una fuerza que yo no sé de dónde sacan…
“No pude evitar las lágrimas al enterarme y no puedo evitarlas a día de hoy. Es tu bebé y quieres que todo salga bien, que no sufra, quieres protegerlo”
—Desde luego, porque ¿cómo te sobrepones a una noticia así, en un momento de tanta ilusión?
—Al principio, como decía, es un shock… Tuvimos unos días difíciles, y los seguimos teniendo cada vez que vamos al médico. Vamos con nervios y con miedo, pero la realidad es que estamos muy pero que muy contentos. Vamos a tener un hijo, nos morimos de ganas, queremos que llegue ya. Nada de esto nos quita esa ilusión, todo lo contrario. Con todo esto lo queremos todavía más y estamos tremendamente felices.
—¿Cómo reaccionó Gonzalo?
—Se puso muy triste, evidentemente, pero Gonzalo siempre reacciona bien. Tiene la tranquilidad y la calma que a mí me faltan, tanto para momentos difíciles como para el día a día. Él sufre igual que yo, solo que lo exterioriza menos y quiere mantenerse fuerte siempre para que yo no me venga abajo.
“Al principio fue un shock...tuvimos unos días difíciles y los seguimos teniendo cada vez que vamos al médico. Vamos con nervios y con miedo, pero la realidad es que estamos muy pero que muy contentos”
—¿Qué es lo que más te preocupa en estos momentos? ¿Qué miedos te asaltan?
—Soy una persona que siempre se preocupa por todo mucho, imagínate ahora. Estoy todo el rato pensando: “¿Estará bien? ¿Se mueve? ¿No le dolerá nada?”, pero todas las madres que conozco me han dicho que esa sensación ya nunca se va a ir (ja, ja, ja).
—Hace años, ya tuviste que superar pruebas muy difíciles y ahora la vida te pone una más… ¿Crees que tienes una fortaleza especial?
—Soy una persona muy sensible, pero sí me considero fuerte, aunque no creo que tenga una fortaleza especial. Todos tenemos problemas, momentos malos, y poco a poco todos tenemos que sobreponernos. Así funciona la vida.
‘Cero estrés o ansiedad’
—Siempre te muestras alegre, risueña, bromista… ¿Esa entereza se puede aprender o, en tu caso, viene de serie?
—Tengo momentos buenos y malos, como todos. Y tengo mucho carácter. Sí me considero “disfrutona”. He aprendido a disfrutar de cositas pequeñas que me hacen feliz y eso provoca que esté contenta una gran parte del tiempo (ja, ja, ja). También ayuda mucho mi entorno. Tenemos una familia maravillosa, en la que incluyo, por supuesto, a la familia de Gonzalo, y unos amigos increíbles. Soy muy afortunada y doy gracias a Dios constantemente.
—¿Te han recomendado hacer reposo o alguna medida de precaución extra?
—Es un embarazo de riesgo, no me han dicho que tenga que hacer reposo absoluto ni estar tumbada en la cama, pero sí que me cuide muchísimo, que no me canse, que tengo que estar muy tranquila y relajada, cero estrés o ansiedad, porque es muy importante que bajo ningún concepto se adelante más de lo que los médicos quieren.
“Gonzalo y yo decidimos que queríamos casarnos y tener hijos, pero que el orden sería ‘al revés’. Tener un hijo era, y es, nuestra prioridad. En un futuro nos casaremos, los dos creemos en el matrimonio religioso”
—¿Qué fue lo primero en vuestros planes, la boda o ser padres?
—Lo hablamos y ambos decidimos que queríamos casarnos y tener hijos, pero que el orden sería “al revés”. Los dos queríamos tener un hijo juntos y esa era, y es, nuestra prioridad. También queremos casarnos en un futuro, porque los dos creemos en el matrimonio religioso.
—¿Ser madre era un sueño para ti? ¿Cómo supiste que Gonzalo era la persona con la que hacerlo realidad?
—Sí, siempre he querido ser madre y he tenido la suerte de encontrar a la persona con quien quiero serlo. Tenemos muchísima ilusión los dos y vivir esto juntos es increíble. Gonzalo y yo compartimos valores, principios, coincidimos en ideas, vemos la vida de una manera muy parecida y eso es muy importante. Evidentemente, con nuestras diferencias en millones de cosas. Ahora bien, uno no decide de quién se enamora… (ja, ja, ja) y yo me enamoré de él y él de mí…
—¿Cómo es Gonzalo, qué te ha aportado?
—Gonzalo es maravilloso. Es la persona más importante de mi vida, con quien la comparto y quiero compartirla… ¡y el padre de mi hijo!
—¿Cómo imaginas que será como padre?
—Va a ser un padrazo, seguro. Imagino que, como primerizos, haremos un millón de cosas mal y, en el futuro, nos reiremos de todo ello, pero estoy segura de que va a serlo, porque ya lo está siendo y todavía no ha nacido.
—¿Y tú como madre?
—Pues espero ser la mitad de buena que mi madre. Y eso querrá decir que habré hecho las cosas muy bien.
—¿Qué planes de futuro tenéis?
—No pensamos a largo plazo, pensamos en el ahora, en la situación que hay, en estar fuertes mentalmente para cuando llegue nuestro bebé y en que todo vaya a salir bien. Lo demás ya llegará cuando tenga que llegar y ya nos preocuparemos de lo demás cuando pase.