Tras regresar de Argentina, donde asistió a la Feria del Libro de Buenos Aires y presentó su ensayo La mirada quieta —inspirado en la obra de Benito Pérez Galdós—, Mario Vargas Llosa reapareció en Madrid para asistir, el pasado miércoles 18, al almuerzo que el Teatro Real ofreció en su honor con motivo de su nombramiento como patrono de honor, uniéndose a otras personalidades como Esperanza Aguirre, Alberto Ruiz-Gallardón y la ex vicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo. Lo hacía junto a Isabel Preysler, con la que también está de enhorabuena, ya que esta primavera se cumplen siete años desde que iniciaran su relación.
Un noviazgo del que informo la revista ¡HOLA! en exclusiva, en junio de 2015.Atendiendo a las cámaras y derrochando complicidad, ambos afirmaron estar “muy bien” y “totalmente recuperados” del revés de salud que sufrieron, hace tan solo unas semanas, debido al coronavirus. “Totalmente y sin secuelas”, aclaraba con una sonrisa Vargas Llosa, que tuvo que permanecer unos días ingresado. Tanto es así que ya han puesto en marcha sus planes para poder viajar este verano.
“No sabemos aún, pero sí, esperamos disfrutar”, desvelaba ella, que lució para la ocasión un elegante traje de color beis. Preguntada por una posible boda de su hija Tamara con Íñigo Onieva, Isabel comentó: “No lo sé, no creo. De momento, no”. Y en cuanto a la posibilidad de que le dé nietos antes de casarse, contestó con rotundidad: “No, hombre, no. Tampoco”.