Cuando uno mira a la muerte de frente, cuando sabe que su vida aquí en la Tierra en ocasiones pende de un hilo, de repente se da cuenta de cosas que la gente tarda una vida en descubrir. Eso es lo que le ocurrió hace cinco años al cantante Antonio Carmona , vocalista del mítico grupo de flamenco-fusión Ketama, que volvió a nacer hace cinco años, cuando cayó en coma inducido a causa de una infección tras un implante dental que le obstruyó la respiración y le mantuvo al borde de la muerte. El propio Antonio rememora aquel momento crítico en la presentación del nuevo Citroën CX5, marca de la que es embajador desde hace tres años. Un momento en el que el artista se ha confesado como nunca sobre sus inicios, sus nuevos proyectos y sus hijas, Marina y Lucía Fernanda, la nueva generación de artistas de la familia Carmona que viene pisando fuerte. “Son quienes más me preocupan ahora y las que más miedo me dan en estos momentos, porque no sé qué va a pasar con ellas. Yo tuve mucha suerte y espero que ellas tengan la mitad de suerte que he tenido yo en sus respectivas carreras profesionales.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
- Ahora están trabajando con C Tangana, ¿no?
- Sí, las dos están de gira con él. Y también mi sobrino, Juanito. Van los tres con él y alternan también trabajos conmigo.
- ¿Se les da algún tipo de consejo?
- El mejor ejemplo es el de Chanel, que se levantaba a las seis de la mañana y se ponía a correr sobre una cinta con los tacones puestos para prepararse para el Festival. A eso se le llama esfuerzo y no te viene porque te viene. Paco de Lucía siempre decía que la suerte te tenía que pillar trabajando.
- ¿Cuáles son tus artistas de cabecera?
- Paco de Lucía y Camarón de la Isla, que son las dos columnas del flamenco de mi generación. Fueron los que acercaron el flamenco a la juventud y la mejor pareja musical de las dos últimas décadas.
- ¿Cómo eran?
- Eran muy reservados. De hecho, Camarón casi ni hablaba. Eran artistas que pasaron mucha soledad, estudiando en su casa. Paco de Lucía, desde los catorce años, estuvo en una habitación y no socializaba con nadie para tocar como tocaba. Eran gente de otro nivel.
- ¿De qué se suele hablar en casa de los Carmona?
- Casi siempre hablamos de trabajo y, sobre todo, se habla mucho de obras. De hecho, a mi mujer la llamo “Mariobra”. En cuanto agarro algo de dinero, ya está pensando en hacer alguna reforma en casa. A veces, le digo: “Habría sido mejor que te hubieras casado con un albañil que conmigo”. Eso sí, después disfrutamos las casas con nuestra gente y con nuestras amistades. Tenemos muchos amigos y eso es un lujazo.
- ¿Qué vas a hacer este verano tú?
- Tengo tres proyectos. Tengo un disco en directo, un disco de estudio que me dio tiempo a hacerlo en la pandemia y un proyecto muy bonito sobre la música gitana que, si Dios quiere, me va a llevar por toda Europa. Va a ser una especie de documental en el que queremos rescatar a artistas rumanos, franceses...toda esa música que tenemos y que yo creo que es completamente desconocida. También he puesto en marcha la iniciativa “Duende para todos”, con la que llevaremos a diez, doce, catorce o veinte personas “invisibles” a mis conciertos. Estoy superorgulloso de ello. En este mundo nadie puede ser invisible.
- Has viajado mucho y has visto mundo, ¿te consideras un hombre con suerte?
- Por ejemplo, todo el tiempo que me he pegado en América me ha abierto la mentalidad. Yo vengo del flamenco, de mi música, de los orígenes. Soy muy inquieto y eso me lleva a hacer música por todo el mundo. Si te digo yo de cantaores y de música que no llegaron a ningún lado...Sin embargo, he tenido la suerte de poder tocar con Prince, fuimos teloneros de Frank Sinatra, hacer discos...Soy muy inquieto y esa inquietud me ha llevado a hacer música por todo el mundo. Esa suerte no la tuvieron otros en mi gremio. Casi todos se diluyeron. Estuve en el momento adecuado, con los amigos adecuados y con una compañía discográfica importante como es Universal, con la que llevo trabajando casi treinta años.
- Entre ellos la familia Flores. ¿Qué te pasa por la cabeza cuando llegan estas fechas en las que se conmemoran el aniversario de las muertes de Lola Flores y su hijo, Antonio?
- ¡Qué horror! Es un nudo que tienes en el corazón y no se te va a deshacer nunca en la vida. Que en quince días se te vayan tu madre y tu hermano es lo más duro que te puede pasar en la vida. Sobre todo, teniendo la madre y el hermano que tenían Lolita y Rosario.
- Dicen que Guillermo, el hijo de Lolita, tiene muchas cosas de su tío Antonio como artista.
- Guillermo tiene mucho de él mismo. Es un músico y un compositor impresionante. Y ahora va a hacer su primer “bolo”.
- La pandemia ha cambiado a las personas, pero tú tuviste tu particular pandemia en 2017...
- Y me cambió en todos los sentidos. A partir de lo que me pasó he aprendido a ver la vida de otra manera. En cuanto te ves un mes entero en un hospital, una semana en coma, sin saber nada... es alucinante. De las experiencias más locas que he tenido en mi vida. Sí que es verdad que luego reapareces con muchas ganas de vivir, de cuidarte más... conganas de darle besos y abrazos a todo el mundo. Yo lo que me decía era: “Quiero ver la luz, quiero salir de aquí y dar un paseo aunque sea a la vuelta de la esquina”. Es lo peor que he pasado en mi vida y eso nos unió a los Carmona y a los Orellana más que nunca.