Tienen veinticuatro años, aparecen todas las semanas en El Hormiguero, de Pablo Motos, y cuentan con más de diecisiete millones de seguidores en TikTok. Son Aitana y Paula Etxeberria, unas simpáticas mellizas guipuzcoanas que han conquistado al gran público con sus bailes y canciones. ¡HOLA! se reúne con ellas para conocer más de cerca a estas dos hermanas que arrasan en medio mundo. Pero no todo ha sido un camino de rosas en su vida. En su entrevista más personal, no solo nos hablan de Ciao, la nueva canción que interpretan con Emma Muscat, la representante de Malta en la reciente edición de Eurovisión. Aitana y Paula también nos revelan que sufrieron acoso en el colegio… y cómo lograron superarlo.
—Habladnos de Ciao, vuestro nuevo single.
AITANA.—Queríamos decir adiós a relaciones que hacen daño, a todas esas personas que faltan el respeto o desprecian.
—En una entrevista, dijisteis que queríais aprender italiano, así que Ciao es un buen comienzo.
PAULA.—Hemos grabado la canción en italiano y saldrá más adelante. En un futuro, nos gustaría aprender italiano y alemán. Ahora, ya sabemos cuatro idiomas: euskera, francés, español e inglés.
—Lleváis casi diez años de carrera.
P.—Ha sido un viaje bastante bonito, pero también duro. Hemos aprendido a no rendirnos. Empezamos en YouTube, tocando el piano y haciendo versiones. Luego, Facebook, Instagram y ya TikTok.
A.—La constancia es muy importante. Muchas veces, las cosas no funcionan, pero hay que seguir.
—¿Os veíais en el lugar en el que estáis ahora?
A.—Tanto no. Es que nos siguen más de diecisiete millones en TikTok. Pero sí teníamos la ilusión.
“Mi ídolo es Jesús, porque siempre estaba para los demás. Es un ejemplo a seguir”, afirma Paula
—De todas las personas que os siguen en redes, ¿cuál es la que más ilusión os hace?
P.—Camilo —el cantante colombiano—.
A.—Sí. Además, compuso una de nuestras canciones, Alguien como tú. Le admiramos mucho.
—¿Tenéis algún ídolo?
A.—¿Musical? Camilo, Sebastián Yatra, Ariana Grande, Taylor Swift, Justin Bieber…
P.—Como persona, Jesús, porque siempre estaba para los demás… Es un ejemplo a seguir.
—En las redes no siempre recibiréis mensajes positivos. ¿Vais a terapia para gestionarlo?
A.—Mi terapia es hablar con Paula.
P.—(Ríe). También hay que saber diferenciar entre críticas constructivas y las que no.
A.—Sí, porque no es lo mismo que te aconsejen algo después de verte que te deseen cáncer.
—¿Os lo han llegado a decir?
P.—Sí. Encima, tenía cincuenta años. Muy mal.
A.—Es gente que está detrás de un usuario y se atreve a decir cosas que nunca diría a la cara.
—¿Echáis de menos vuestra vida anterior?
P.—Nada. Hubo una época en la que sufrimos bullying y luego empezamos con esto.
Víctimas de acoso escolar
—¿Por qué motivo os hacían bullying?
P.—Sobre todo, porque no bebíamos ni fumábamos. Ellos eran como los guais y nosotras, las apartadas. Estábamos solas en el patio, pero mejor así.
A.—Hacían grupos de Tuenti para insultarnos… Nos perseguían y alguna vez nos pegaron también. Ahora se hacen los locos, como que no nos han visto o no nos conocen. Pero mejor.
—Vuestra fe también fue motivo de bullying.
P.—Sí, sí. Se burlaban diciendo cosas de Dios.
A.—Como: “Soy María” —dice resignada.
P.—Cosas desagradables. Si no crees, respeta.
A.—Nuestros padres no creen en Dios, pero nosotras sí y nos respetamos.
“No fumábamos ni bebíamos. Ellos eran los guais y nosotras, las apartadas”, recuerda sobre el acoso escolar que sufrieron
—¿Cómo fue vuestra conversión al catolicismo?
A.—La historia se podría resumir en que nuestros padres no nos bautizaron porque querían que nosotras decidiésemos cuando fuésemos mayores.
P.—Nos bautizamos a los once años. Poco a poco, empezamos a rezar, leer la Biblia y surgió nuestra relación con Dios. Empezó nuestra experiencia personal, que es muy importante para nosotras. Es como el viento, que no lo ves pero lo sientes.
A.—Vimos cosas que no nos esperábamos.
P.—Con trece, nos dimos cuenta de quién era Jesús y lo que hizo por nosotros. Estoy superagradecida.
—Con tanto viaje, ¿tenéis tiempo para ir a Misa?
A.—A Misa no suelo ir, yo sigo a mi manera.
P.—Me gusta ir y voy cuando puedo. Lo importante es tener una relación con Dios y ayudar.
—Sois muy creyentes, como Tamara Falcó, que es compañera vuestra en El Hormiguero. ¿Qué os llama la atención de ella?
A.—Es muy natural.
P.—Y es muy elegante. Viste superbien.
A.—Sí, y muy simpática. Tiene un brillo especial.
—Hablemos del amor. ¿Tenéis pareja?
A.—Estamos solteras y enteras (ríe). Estamos abiertas a conocer gente.
P.—Si estoy con alguien, es porque me gusta y hay una conexión real, no es por probar.
—¿Quién liga más de las dos?
P.—Las dos en general, pero, últimamente, Aitana (ríe). Yo estoy más centrada en otras cosas.
A.—Igual es que yo hago más caso, ¿no?
P.—Puede ser (ríe).
—¿Quién tiene más genio de las dos? Responden a la vez.
—Aitana.
A.—Está bien tenerlo. Paula tampoco es sosa.
“Hacían grupos de Tuenti para insultarnos, nos perseguían y alguna nos pegó también”, añade Aitana
—¿Quién pide perdón antes?
A.—Las dos.
P.—Igual yo (ríe).
A.—¡No! Hala, hala… ¡Las dos!
—¿Cuál es esa pregunta que siempre os hacen y de la que estáis hasta el moño?
A.—La de cuánto ganamos, pero es que nunca lo vamos a responder.
—¿Sentís competitividad entre las dos? ¿Os fijáis en si os sigue más gente o una foto tiene más likes?
A.—No, todo lo contrario. Además, somos hermanas. Qué pereza competir todo el rato.
—¿Cómo os veis en el futuro? ¿Tenéis algún plan B?
P.—Actuando o siendo profesoras. También seguir en la música.
—¿Habéis terminado la carrera de Magisterio?
A.—Nos quedan seis meses para terminarla, pero son clases presenciales y ahora no podemos.
P.—En algún futuro cercano, la terminaremos.