El pasado sábado 14 de mayo, Miguel Báez “El Litri” y Casilda Ybarra de Fontcuberta se casaron en el Cortijo Carrascalejo, la finca que el diestro compró hace cuatro años en la provincia de Sevilla. Aunque se trataba de una boda íntima y familiar —y blindada para los fotógrafos— muchos han sido los detalles que han trascendido. Y a pesar de no existir apenas imágenes, la revista ¡HOLA! desvela esta semana el secreto mejor guardado de la celebración: las fotografías del look nupcialde Casilda.
Para dar el ‘sí quiero’ al torero, la historiadora de arte sevillana se convirtió en una novia original y con mucha personalidad . Casilda no se puso en manos de ninguna firma o creador de moda nupcial. Según hemos podido saber, ella misma se encargó de diseñar su propio vestido y su modista de Madrid de toda la vida —cose también para su madre y sus tías— lo confeccionó en su taller.
Discreta, perteneciente a una relevante familia ligada a la nobleza y a la “aristocracia” empresarial, y, por lo tanto, educada en los valores más tradicionales, Casilda Ybarra seguramente quiso huir del clásico vestido blanco, al tratarse de una ceremonia civil.
De vainilla y oro
Y aunque la novia no fue de blanco, sí estaba radiante con su vestido largo de estilo caftán, en tejido brocado de color vainilla, profusamente bordado con motivos vegetales en hilo de oro, de silueta recta, con manga corta japonesa y aberturas laterales en la falda. Para la ceremonia, combinó su traje con un chaleco corto de la misma tela y con cuello mao, que recordaba en el corte a las chaquetillas de torear —tal vez su vestido fuese además un guiño a su marido—. Con su melena recogida en una bubble tail, que dajaba a la vista unos magníficos pendientes de oro y perlas, Casilda completó su look con unos zapatos destalonados y con pulsera en el tobillo de color visón.
Según hemos podido saber, la experta en arte encontró la tela de su vestido, una pieza artesanal, muy antigua y lujosa, en una tienda de antigüedades del centro de Sevilla. Por su textura y sus ricos bordados, el tejido recordaba a los mantos que se utilizan para vestir a las vírgenes de las distintas hermandades sevillanas. Cabe recordar que Casilda, que en el pasado trabajó con Ana María Abascal (la hermana gemela de Naty) en su espacio de antigüedades de la capital hispalense, tiene el ojo bien entrenado en ese sentido.