Hasta hace poco, Eve Jobs era prácticamente una desconocida. A pesar de su apellido, la hija más pequeña del difunto cofundador de Apple, Steve Jobs, y la inversora Laurene Powell, prefería mantener un perfil bajo y centrarse en sus estudios y en su carrera en el mundo de la equitación.
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Tras graduarse en la prestigiosa Universidad de Stanford, con especialización en ciencia, tecnología y sociedad, y al contrario que sus hermanos mayores (Reed, de 30 años y Erin de 26, además de su medio hermana Lisa, de 43), que prefieren mantenerse lejos del foco mediático, Eve ha decidido probar suerte en el mundo de la moda. A sus veintitrés años, la joven ha fichado por DNA Model Management, la agencia que representa a figuras de la talla de Kaia Gerber, Emily Ratajkowski , Anja Rubik, Freja Beha y Liya Kebede, entre otras.
Hasta el momento, la heredera solo ha protagonizado una campaña, de una firma de belleza, para la que posó en 2020 junto a la actriz de Euphoria , Sydney Sweeney. En septiembre pasado se subió por primera vez a la pasarela en la Semana de la Moda de París, donde desfiló con uno de los diseños de la colección de primavera-verano 2022 de Coperni. Y ha estado ya en varias ocasiones en el front row de los desfiles de Louis Vuitton.
Tras estos pequeños pasos, Eve Jobs realizó recientemente su puesta de largo en el mundo de la moda, al asistir por primera vez a la Gala del Met, que regresó el pasado 2 de mayo por todo lo alto, tras los dos años de parón obligatorio por la pandemia. La joven amazona debutó en la alfombra roja de los considerados Oscar de la Moda luciendo un vestido largo, de tejido transparente, completamente bordado de cristales y abalorios y con dos grandes rombos en la parte frontal, de Louis Vuitton. Eve completó su estilismo con joyas de diseño barroco y su cabello liso transformado en una larguísima y abundante melena rizada, por obra y gracia de las extensiones.
“Tuve el honor de asistir a mi primera Gala del Met con Louis Vuitton, y me encantó la idea de que cada invitado de la marca usara un look de archivo o usado anteriormente”, contó la joven sobre su vestido, perteneciente a la colección de primavera verano 2017 de la maison , en declaraciones a WWD. “Me enamoré de este vestido de Louis Vuitton. Era intrincado, femenino, divertido... Fue increíble mostrar cómo los diseños de Nicolas (Ghesquière) realmente superan la verdadera prueba del tiempo. Fue divertido ver cómo todos en la Gala reinterpretaron sus looks”, añadió la joven modelo al citado medio.
Jobs también es una experta amazona . Durante muchos años, ha seguido una exigente rutina de entrenamiento en el rancho de Florida de su madre, Laurene Powell Jobs, valorado en más de 14 millones de euros y dotado con una casa de cuatro habitaciones, establo para 20 caballos y un completo circuito de saltos. En 2019, ocupó el quinto lugar en la lista de los mil mejores jinetes menores de 25 años del mundo. En 2015, compitió contra una alineación repleta de estrellas de jinetes, incluida la hija de Bill Gates, Jennifer Gates, la hija del cantante Bruce Springsteen, Jessica Springsteen, y la hija de Steven Spielberg, Destry Spielberg, en el segundo espectáculo anual Longines Masters.
Hace dos años, Eve habló sobre sus sueños olímpicos y su deseo de esforzarse para dar lo mejor de sí misma en ua entrevista con World Of Showjumping. “Poder competir en los Juegos Olímpicos y los Juegos Ecuestres Mundiales sería un sueño”, dijo a la publicación. “Soy una persona competitiva, así que definitivamente prospero en el aspecto competitivo. Me gusta esforzarme para hacerlo mejor”.
Pese a la etiqueta de famosa heredera que siempre la acompaña, Eve tendrá que empeñarse en su carrera como modelo, ya que, al parecer, no habría heredado ni un centavo de su padre y puede que, según su madre, nunca lo haga. Cuando falleció, el 5 de octubre de 2011, Seve Jobs tenía una fortuna estimada en más de 10 mil millones de dólares. Su viuda heredó acciones por valor de miles de millones de dólares, pero sostiene que sus hijos deben trabajar para ganar dinero. “Heredé mi riqueza de mi marido, a quien no le importaba la acumulación de riqueza”, dijo la madre de Eve en The New York Times en febrero de 2020. “No me interesan los edificios patrimoniales heredados, y mis hijos lo saben. Steve no estaba interesado en eso. Si vivo lo suficiente, la riqueza terminará conmigo ”, añadió.