Muchos son los sueños y el recorrido que le queda por andar y cumplir a Adrián Roma , vocalista del grupo musical Marlon, pero la verdad es que el cantante crece a pasos agigantados y se ha ganado a pulso eso de conocerle no sólo como el novio de la actriz Ana Fernández (Los protegidos y Las chicas del cable) sino como uno de los mejores artistas españoles de estos últimos años. Su hábitat natural es el que es: entre instrumentos musicales, estudios de grabación, escenarios y conciertos. En eso es un maestro. Pero no es la única materia que domina, ni mucho menos. Días atrás descubrimos otra de sus pasiones, las carreras de karts, que ha podido desatar libremente por primera vez en el Carlos Sainz Karting Madrid, gracias a la campaña Make it Count (‘Haz que valga la pena’), puesta en marcha por la marca Jack Daniel’s con el objetivo de animar a todo el mundo a vivir cada día como si fuera el último y a cumplir sus sueños. “Yo había querido quedar más de una vez con mis amigos para probar los karts, pero no había podido. Era una espinita que tenía clavada y, mira por donde, ya me la he podido sacar”, nos cuenta el músico.
-¿Cómo ha sido la experiencia?
-La verdad es que estoy muy contento. La adrenalina de conducir el coche y de sentirme piloto de carreras por un día ha sido increíble.
-¿Qué ha sido lo más divertido?
-Yo creo que, sobre todo, poder salir de mi zona de confort y probar de repente una experiencia nueva. Correr en este circuito, sentir la sensación de velocidad con el kart, competir con el resto de compañeros y encima ganar ha sido lo más chulo. Ha sido un momento para el recuerdo.
-¿Has pasado también nervios, miedo...?
-He sentido los nervios lógicos en las primeras vueltas, mientras me iba haciendo a la pista y conociendo el kart y los pedales del freno y del acelerados. Pero eran nervios más buenos que malos y que enseguida desaparecieron.
-¿Continuarás practicando esta afición?
-Por supuesto. A mí siempre me había parecido que era el típico plan con amigos que apetecía, pero, por una cosa u otra, no sacaba tiempo para llevarlo a cabo . Sin embargo, tras la experiencia que he vivido, me parece que me voy a aficionar bastante. Además, ya estoy entrenado para poder competir contra ellos.
-¿Cómo te nació la pasión por este deporte?
-Creo que fue porque me gusta mucho el mundo del motor y me encantan los coches. Soy de los que conozco todos los modelos y de los que solía entrar en las páginas de internet de las marcas para personalizar el vehículo que me gustaba y saber cómo sería si me lo comprase.
-¿Cómo te calificas como conductor?
-La verdad es que creo que lo he hecho bastante bien con el kart para ser la primera vez. Es más, no sé si tendré que dejar la música y darle más caña al karting, porque no se me ha dado nada mal. Le he enviado los tiempos que he hecho a mis amigos y me han dicho que ando cerca de ellos.
-Fuera de los circuitos, ¿eres también aficionado a la velocidad o eres más bien prudente?
-A ver... Hay momentos para todo. A mí me gusta pisarle, lo confieso, pero no me gusta hacer el tonto con el coche y soy bastante prudente porque hay que respetar las normas de tráfico. Lo más importante es tener las manos bien colocadas en el volante y mantener la vista siempre en la carretera.
-La campaña a la que pones rostro te invita a disfrutar el momento y cumplir los sueños. ¿Eres de los que lo hacen?
-Sí, sin duda alguna. Y cada vez lo hago más. He aprendido a disfrutar más de las pequeñas cosas que, a lo mejor, no sabía valorar tanto antes. Esas pequeñas cosas son las que me hacen sentirme grande y feliz: descansar en casa junto a mi pareja y mis perros o tocando la guitarra y escribiendo. El truco para conseguir la felicidad está en disfrutar de las cosas más sencillas como, por ejemplo, puede ser un simple paseo.
-Acabas de hacer realidad tu sueño de participar en una carrera de karts, ¿qué otros te quedan por cumplir?
-Yo creo que me quedan muchos por hacer realidad, pero, como músico, me encantaría por ejemplo compartir escenario algún día con Andrés Calamaro, actuar en el WiZink Center o, como madridista que soy, cantar en una final de la Champions con el Real Madrid como protagonista.
-Ahora acabas de estrenar una nueva canción con Marlon, ¿qué nos puedes contar de ella?
-Sí, se llama Aquella canción de Blink y es un tema muy distinto a lo que habíamos hecho hasta ahora. He intentado contar en ella un trocito de la historia de mi vida y de la forma más cruda que he podido o he sabido hacerlo. Me he abierto para contar lo que he vivido, lo que he sentido, cómo he llegado hasta aquí y cuáles son mis sueños.
-¿En qué momento estás? ¿Qué balance haces de tu carrera?
-Creo que estoy en un momento muy bueno con Marlon, estamos todos muy felices. Ahora estamos centrados en la gira Marlon 2022, con muchísimos conciertos y vamos a estar sin parar todo lo que nos queda de año. También estamos tocando en salas importantes, en las que siempre habíamos soñado ocupar algún día porque, hasta ahora, siempre lo hacíamos justo en las de al lado por ser más pequeñas. En ese sentido, no podemos pedirle más a la vida ahora mismo.
-Hace cinco años grabaste un tema con tu novia, ¿volverás a repetir la experiencia algún día?
-Yo pienso que no porque soy de los que piensan que cuando una cosa sale de manera natural, hay que hacerla sólo una vez. Lo nuestro no fue nada impostado y eso hizo que Lo más bonito del mundo sea una canción que transmite mucha verdad y cosas chulísimas.
-Llevas seis años de relación con Ana Fernández, ¿cómo definirías actualmente el momento que vives con ella?
-La verdad es que estamos muy contentos, respetando nuestros respectivos trabajos y, aunque ahora nuestras agendas están bastante apretadas, disfrutando los momentos que tenemos como cualquier otra pareja.
-Hablando del futuro, ¿cómo lo ves, piensas en boda o en formar una familia?
-Lo que estamos haciendo es vivir el día a día y, cuando llegué ese momento, si nos apetece daremos el paso y si no seguiremos como ahora que estamos muy felices. Por otra parte, no podemos plantearnos por ahora nada con todo el curro que tenemos los dos en estos momentos.