El Festival de Eurovisión terminó con la victoria de Ucrania y el tercer puesto para España, pero la polémica vuelve a salpicar un año más al certamen musical. Todo comenzó el mismo sábado por la noche, en plena celebración de la final y justo antes de dar a conocer las votaciones, cuando la Unión Europea de Radiodifusión emitía un comunicado que hacía saltar las alarmas. El organismo organizador del concurso aseguraba que se habían detectado “ciertas irregularidades” en los votos emitidos por el jurado profesional de seis países participantes, sin llegar a nombrarlos directamente. A partir de aquí, en base a sus normas, la UER decidía recalcular las votaciones de dichas naciones y establecer por tanto una puntuación diferente a la que estas habían dado en un principio. La institución recibía entonces y como consecuencia las quejas de los involucrados, que son Rumanía, Azerbaiyán, Georgia, Polonia, San Marino y Montenegro.
En la nota de prensa que la Unión Europea de Radiodifusión hacía pública el fin de semana, se decía que la empresa auditora independiente encargada de esta labor y análisis había "identificado ciertos patrones de votación irregulares en los resultados de seis países". Hecho que, señalaban, se producía el pasado miércoles tras el "segundo ensayo general de la segunda semifinal del Festival de Eurovisión". Cabe recordar que los jurados expertos de cada país emiten sus votos a lo largo de la semana, en virtud de lo que van viendo y valorando de los artistas durante las pruebas de estos sobre el escenario.
Entonces, "para cumplir con las instrucciones de votación del concurso", se anulaban las puntuaciones dadas por dichas naciones participantes y se establecían unas nuevas, "calculadas en base a los resultados de otros países con registros similares de votación", explicaba la UER. Para finalizar, el organizador del festival advertía que se toman "muy en serio cualquier intento sospechoso de manipulación", por lo que se veían legitimados para eliminar dichos votos de acuerdo con sus reglas oficiales. Además, reconocían que lo hacían "independientemente de si es probable o no que dichos votos influyan en los resultados y/o el resultado final de la votación", como así ha ocurrido.
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Dicho esto, Rumanía ha denunciado que sus votaciones no correspondieron con las anunciadas durante el certamen, ya que habían otorgado 12 puntos a Moldavia y 10 a España, que solo recibió un punto. Según ha denunciado, la portavoz del jurado rumano, Edei Marcus, no pudo comunicar directamente la puntuación como estaba previsto y asegura que la votación de su país fue modificada sin justificación alguna. Del mismo modo, Azerbaiyán ha confirmado que sus 12 puntos fueron para Ucrania, pero el cambio de la UER propició que la totalidad de su puntuación se fuese para Reino Unido. Georgia ha desvelado que sus 12 puntos iban dirigidos para el país invadido por Rusia, pero su máxima puntuación fue otorgada a Gran Bretaña.
Si esta reclamación es admitida finalmente, haciendo después las sumas y restas pertinentes, cambiaría el resultado del segundo y tercer puesto de la tabla de clasificación. España quedaría subcampeona de Eurovisión 2022 por delante de Reino Unido, ya que Chanel consiguió 459 puntos con su SloMo y se quedó a 6 del representante inglés, que con Space Man obtuvo 466. Solo queda esperar para conocer cuál es la respuesta de la Unión Europea de Radiodifusión a estas quejas y ver si hay alguna variación en el ranking definitivo del certamen celebrado en Turín.
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