Ana Iglesias y Rodrigo Núñez de Aysa ya son marido y mujer. Este sábado, 14 de mayo, la ganadora de la octava edición de MasterChef y su pareja se han dado el ‘sí, quiero’ en la iglesia de Panxon, conocido como el Templo Votivo del Mar, en Vigo, un lugar muy especial para ambos. La empresaria se prometió el pasado mes de diciembre con Rodrigo, y, con esta boda, ponen el broche de oro a sus casi siete años de amor.
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Rodeada de familiares y amigos, Ana entraba por la puerta de la iglesia acompañada del brazo de su padre, Rubén Iglesias Tabarés. Un momento muy emocionante para ella y todos los presentes. La acompañaba, también, un cortejo nupcial de niños, formado por sus dos sobrinas, Fátima y Blanca, que llevaban los anillos y las arras. Ideales, con tocados de Masario, vestidos blancos y unas alpargatas, las niñas han dado el toque de ternura en este enlace con sabor gallego. Tras la ceremonia, la pareja ha celebrado su unión en el Pazo da Tousa, en Nirán.
Tal y como adelantó Ana Iglesias, en exclusiva, a ¡HOLA!, un lugar muy especial para Rodrigo, quien siempre veraneaba en Galicia, en Panjón, y su hermana se casó en el mismo lugar con su marido, Álvaro. Por eso, las Rias Bajas eran el lugar ideal para celebrar este bonito enlace. En cuanto al catering, la ganadora de MasterChef ha optado por una boda tipo cóctel: arroz, jamón, queso… No ha faltado ningún detalle para todos los invitados, que han podido disfrutar de varios puestecitos de comida y de una gran mesa de postres, que ha sustituido a la tarta nupcial.
Los novios han elegido para el baile la canción A milions dreams, de The Greatest Showman. Es un tema cargado de mucho significado para Ana y Rodrigo, por todos los sueños que van a cumplir juntos después de haber pasado por el altar. También, en mitad de la ceremonia, un amigo sacerdote de la pareja ha hecho disfrutar a los presentes con una canción muy conyugal, a pesar de la distancia que había entre ellos por no poder acudir a la boda. Durante este día tan especial, los invitados también se han llevado alguna sorpresa.
Durante el convite y después de la entrada de los novios, ha sido el reparto de ramos y entre la comida y el baile todos los invitados han podido disfrutar de un grupo de flamenco. De hecho, los seguidores de Ana saben que le encanta el flamenco, y por ello, no podía faltar esta bonita actuación en su día más importante.