Las hermanas María Carolina y María Clara de Borbón-Dos Sicilias son primas lejanas de la princesa Leonor y de la infanta Sofía, las hijas de los reyes don Felipe y doña Letizia. De hecho, tienen casi la misma edad. Su padre está emparentado con el rey Juan Carlos y es miembro de la Casa de Borbón-Dos Sicilias, una de las ramas italianas de la Casa de Borbón española y descendiente de la dinastía de los Capetos. Su madre es Camilla Crociani , hija del magnate italiano Camillo Crociani.
María Carolina, de 18 años, y María Clara, de 17, tienen nacionalidad italiana, residencia francesa y monegasca, y se sienten un poco españolas… aunque apenas conocen España. Las princesas, que parecen casi gemelas, viven entre Monte-Carlo, París y Roma y acaban de estar por primera vez Sevilla. José Antonio Ruiz-Berdejo, conde de Sigurtà y figura destacada de la sociedad hispalense, las invitó a pasar unos días en la ciudad junto a otros royals para que conocieran la Feria de Abril y a miembros de la nobleza local. Se dice que Ruiz-Berdejo fue uno de los artífices de que Guillermo Alejandro de los Países Bajos conociera a la argentina Máxima Zorreguieta durante una visita a la Feria de 1999.
“Hemos estado en España varias veces en el pasado con nuestra familia, pero en realidad esta ha sido nuestra primera vez en Sevilla”, confirma María Carolina en conversación con ¡HOLA!. Las hermanas Borbón se alojaron en el Palacio del Callejón del Agua y, de la mano de Ruiz-Berdejo, cónsul honorario de Bélgica en la ciudad, conocieron algunos de los sitios históricos más importantes: la Catedral, la Judería, el Real Alcázar. Luisa Carlota de Borbón-Dos Sicilias, princesa de las Dos Sicilias como ellas, dio a luz a uno de sus hijos en ese conjunto palaciego en 1823. “Sevilla nos ha permitido reconectar con lo más profundo de nosotras mismas”, apunta María Carolina, refiriéndose a su conexión con la ciudad y la Historia de España. Las dos descienden directamente de los reyes Felipe V y Carlos III.
“Hemos vuelto a casa con los ojos llenos de todo lo que hemos admirado y escuchado, asombradas por la pasión y la amabilidad de los sevillanos y el ambiente mágico de sus calles”, dicen las hermanas. “Sevilla se parece Nápoles y nos encantaba ese ambiente”. Pasearon en carruaje por la ciudad; recorrieron las diferentes casetas de la Feria; cenaron con el príncipe D’Arenberg, nuevo embajador del Real Club de Andalucía; y se reencontraron la exmodelo española Inés Sastre, gran amiga de sus padres. La última noche la pasaron en el Muelle de las Delicias, a bordo de un yate, vestidas de gitanas y bailando con bailaores de flamenco. “¡Nunca lo olvidaremos!”.
María Carolina y María Clara son princesas, pero también son mujeres de su tiempo. Son muy activas en las redes sociales y están cursando el segundo año de Economía y Ciencias Sociales en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, y dicen estar ansiosas por comenzar el tercer año en septiembre. Quieren hacer una especialización en Economía y Marketing.
Este verano lo pasarán en la casa de su familia en la Costa Azul, en el sur de Francia. También harán unas prácticas de moda en la Universidad de las Artes de Londres. “Además, ayudaremos a algunos agricultores de la Provenza con la cosecha, por lo que pensamos que estaremos un tiempo en el campo para estar en contacto con la naturaleza y los animales. Será una maravillosa oportunidad para aprender a sembrar”, explica la mayor de las hermanas.
Como casi todas las chicas de su generación, María Carolina y María Clara también están preocupadas por el cambio climático. Se definen com ecologistas y animalistas. En su visita a Sevilla, prefirieron no pisar la Plaza de Toros de la Maestranza. “Entendemos perfectamente que las corridas de toros forman parte de la cultura española, pero pensamos que es absolutamente horrible matar a un animal por diversión. Los animales merecen ser respetados”.