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Lanza su ‘single’, ‘Comenzar otra vez’

Francisco, así es su vida hoy

Nos habla de su música, la pasión de ser abuelo, el amor y los últimos acontecimientos que lo rodean


13 de mayo de 2022 - 9:03 CEST

“El 5 de diciembre celebré cuarenta años sobre los escenarios. Y creo que cumplir cuatro décadas como artista, en España, es un milagro. Hay países en los que uno es artista para siempre, hasta que se muere. Aquí eso no ocurre, en cuanto pasan cuatro años sin verte en televisión te preguntan: ‘¿Ya no cantas’, ‘¿te has retirado?”, nos dice  Francisco . El cantante regresa con un nuevo tema, Comenzar otra vez, un canto de esperanza que habla de renaceres y vida. De su papel de abuelo, de la familia, del amor y de los últimos acontecimientos, hablamos con Francisco, que en verano volverá a subirse a los escenarios en directo.

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—Francisco, vuelves con un nuevo single, ¿hacía mucho que no lanzabas uno?

—Una canción inédita como tal hace por lo menos once años. Con motivo de mi treinta y cinco aniversario, hace seis años, sacamos un disco en directo desde el Teatro Apolo, con una orquesta sinfónica. Pero un tema nuevo no, porque además soy muy exigente y cada vez me cuesta más seleccionar canciones. Entre otras cosas, tienes que cantar canciones que sean creíbles con el paso de tu tiempo también. Yo no puedo cantar La chica del póster como lo hacía cuando tenía veintidós años. Ahora tengo diez muy buenas, en septiembre lanzaremos otra y para finales de año el disco completo.

—¿Qué significa para ti Comenzar otra vez?

—Quiero transmitir un mensaje de esperanza, optimismo y positividad, algo tan necesario después de los tiempos que nos han tocado vivir en los últimos años. Lo que nos ha pasado ha sido una lección para todos, que nos creíamos algo y la Naturaleza nos han dicho: “sois insignificantes. Disfrutad más de los momentos pequeños, que son los más grandes. Estar con la familia, con los amigos…” Se ha ido mucha gente, quiero pensar que estamos volviendo poco a poco a la normalidad, que se ha terminado, pero la verdad es que ha sido tremendo.

“¿He cometido errores en mi vida? Sí, tampoco muchos. ¿En mi carrera? También. Pero es que eso forma parte de la existencia”

—¿Has sufrido en tu entorno alguna pérdida?

—Gracias a Dios, en mi familia y en mi círculo cercano no hemos tenido que lamentar pérdidas y desgracias, pero mis hijos sí han cogido la Covid, y no una sola vez, sino varias. Mi mujer, Paca, y yo no lo hemos pasado. Y a los niños parece que no les afecta tanto.

—Y vosotros estáis rodeados de niños.

—¡Voy a tener el octavo nieto! Y felices, ojalá tuviésemos veinte, nos encanta.

—Se te nota ‘loco’ por tus nietos. 

—Sí, es que es lógico. Los artistas me entenderán. Los de mi generación hemos vivido todos una vorágine, que si giras de verano, viajes a América Latina…y llega un momento que cuando te quieres dar cuenta tu hijo tiene veinte años y no has disfrutado como un padre que tiene un horario y va todos los días a su casa. Para nosotros ha sido distinto. Y ahora con los nietos estoy ejerciendo de padre, de abuelo y de amigo -ríe-.

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—¿Alguno de ellos siente predi­lección por la música?

—A todos les gusta pero no para involucrarse en ella. Sin embargo, al más pequeño, que cumple ahora cuatro años, le encanta, y tenemos una simbiosis increíble. Me alegra mucho, empezó gustándole la guitarra porque me vio a mi tocando y ahora le empezado a llevar a una academia de música, empiezan muy pequeñines jugando con la música, y le gusta el piano. “¿Me vas a comprar un piano?”, me dice. Y le digo “un momento, primero aprende a tocar -ríe- y cuando pase el tiempo, ya veremos”.

—¿Tus nietos saben que su abuelo es artista?

—Sí, claro, y están muy orgulloso. Para ellos es normal, porque han nacido con ello, me ven ensayar, en el estudio en casa, ven la tele, vídeos, etc…El año pasado hicimos un concierto en el Auditorio Julio Iglesias de Benidorm con la Orquesta Sinfónica del Mediterráneo, y Bosco, que tiene siete años, no sé cómo, se les escapó a sus padres, se fue por detrás al escenario y en uno de los descansos me dice: “Yayo, no te olvides de sacarme al escenario”, “¿Cómo te voy a sacar al escenario?”, “Sí, porque me sacaste una vez en televisión y lloré porque me dio vergüenza y ahora ya no me va a dar vergüenza”. Y quiso salir a cantar Latino conmigo -ríe-. Son muy buenos niños y sus padres los están educando muy bien, con los valores que nosotros siempre hemos transmitido a nuestros hijos.

“¡Voy a tener el octavo nieto! Y feliz, ojalá tuviese veinte, me encanta”

—¿Cómo es Francisco en familia?

—Pues no soy el más indicado para hablarlo, pero creo que soy muy normal. Con mis amigos soy uno más. Muy preocupado siempre de mis hijos, de mis nietos, pero al mismo tiempo, como te digo, soy muy normal. Me gusta, como a mi mujer, tenerlos en casa. Cuando los tenemos a todos juntos es el día más feliz de nuestra vida, es así. Un hijo mío vive en Bilbao, tengo allí dos nietos más uno que viene de camino, y lo tengo más complicado claro, porque estamos lejos, de Valencia a Bilbao hay ochocientos kilómetros.

—Dices en tu canción “estar con vida es saber que aun hay planes para ti”. ¿Qué planes tienes para los próximos tiempos?

—Seguir cantando y grabando canciones como la que estoy presentando, continuar en el escenario, porque a mi público le sigue gustando y a mí me encanta, forma parte importante de mi vida estar en el escenario y poco más puedo pedir. Sí…salud. A partir de junio tenemos previsto gira por toda España. Ya están empezando a normalizarse las cosas, poco a poco, esperemos que no se fastidie.

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—Has celebrado cuarenta años sobre los escenarios, que se dice pronto. 

—Sí, el 5 de diciembre. Creo que cumplir cuarenta años como artista en España es un milagro. Y lo digo porque aquí somos muy dados a olvidar rápidamente tanto lo bueno como lo malo. Hay países como México, Venezuela, Argentina, Colombia en que uno es artista para siempre hasta que se muere. Aquí eso no ocurre, en cuanto pasan cuatro años que no te ven en televisión te dicen: “¿Ya no cantas” “¿Te has retirado?”. Y hoy en día hay muy pocos programas musicales donde defender un nuevo disco, es difícil. Pero bueno, está la radio, estáis vosotros, la prensa, las plataformas digitales, seguimos trabajando como se puede.

—¿Qué música escuchas en casa?

—Yo escucho de todo. Los sesenta, setenta, ochenta, noventa…. Canciones típicas de los Beatles, los Rolling, Pink Floyd…

—¿Tienes redes?

—Sí, claro, además quien quiera ver el vídeo y escuchar la canción, simplemente con que ponga en YouTube Francisco Oficial pueden ver el vídeo perfectamente. Y luego mi instagram es @franciscocantanteoficial. Al principio, cuando salieron todas estas plataformas el público que a mí me seguía tenía bastante dificultad para acceder a las redes, entre otras cosas porque nadie nace enseñado, pero hoy, la gente ya se ha acostumbrado.

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—Después de cuatro décadas en la música y lo que la vida y la profesión te han enseñado, ¿volverías a dar los mismos pasos?

—Hombre, siempre se cometen errores, pero es que estos forman parte de la vida, si no, no avanzaríamos ni maduraríamos. ¿He cometido errores en mi vida personal? Sí, tampoco muchos. ¿En mi carrera musical? También, y de ellos he aprendido. Pero sí, volvería a hacer lo mismo. Creo que he hecho y que estoy haciendo una carrera, sobre todo, digna. Con calidad, profesional, honesta. Yo no me hubiera ido a vivir a Estados Unidos o a Miami, nunca he querido un avión privado. Me gusta ir a una cafetería y sí, que te pidan una foto y tal pero tampoco es que tenga que vivir recluido debido a mi enorme popularidad y que no pueda disfrutar de la vida, de la gente y de la calle porque yo soy una persona muy sociable.

—¿La popularidad te ha gustado o te ha traído momentos que no te han gustado tanto?

—La popularidad me ha gustado. Vamos a ver, el día que no me pidan una foto o no me reconozcan, pues me preocuparé -ríe-. Es verdad, diré: “aquí pasa algo”. ¿Molestarme? Qué va, no me molesta, siempre que vengan con educación y el 99,99% lo hace.

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—¿Cuáles son hoy los tres pilares de tu vida?

—Los pilares de mi vida son mi mujer, mi familia y mi trabajo. Mi trabajo es fundamental porque lo he pasado muy mal. Son casi dos años y medio en casa, sin pisar los escenarios, o sea, algo que tú no has elegido voluntariamente y además no sabiendo cuándo se iba a terminar. Hemos llegado al punto un poquito de habernos entrado depresión, de estar tristes. Nos ha faltado actividad. Gracias a Dios no hemos necesitado ayuda psicológica, en cuanto nos dejaron vía libre para salir a la calle lo que hemos hecho es salir a caminar y a respirar. Vivimos en una zona donde tenemos contacto con la Naturaleza, con la huerta valenciana…y yo procuro caminar todos los días una hora y media. Y eso es muy importante para tener sano el pensamiento -ríe-. Cuando estábamos encerrados a mí me salvaba el perro, era como mi pasaporte para poder salir.

—¿De qué estás más orgulloso?

—De mi familia pero como cualquier padre, ¿no? De mi familia, de mis nietos, de mi trabajo. Sí, estoy orgulloso de mi trabajo porque creo que he trabajado siempre bien, he sido muy exigente con mis canciones, con mis arreglos y a la hora de hacer espectáculo en directo. Sé que a veces se enfadan conmigo los representantes, pero creo que lo que me ha hecho estar cuarenta años ha sido trabajar con seriedad y con calidad.

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—En toda una vida hay luces, pero también sombras, momentos difíciles, ¿cómo los superas?

—Muchos, sí. Malamente —ríe—, como podemos. Cuando me separé de mi segunda mujer, me trasladé de Madrid a Barcelona porque me hizo una audición Montserrat Caballé y me propuso cantar ópera. Estuve estudiando veinticuatro horas al día y en el 92 debuté con ella en Birmingham. Para mí eso fue un reto maravilloso. Me quería dedicar totalmente a la lírica, pero hasta que no pasa un tiempo y te conocen en los escenarios de la ópera en Europa, digamos que el aporte económico es muy poco. Ganan dinero los que llevan ya muchos años, como los que conocemos. Llegó un momento en que mis hijos empezaban la Universidad, tienes que pagar la hipoteca de la casa, los colegios…fue duro para mí porque tuve que dejarlo con todo el dolor de mi corazón y volver de nuevo a la música popular, la verdad que con mucha suerte porque hice un disco homenaje a Agustín Lara y se vendió muchísimo e hice muchos conciertos.

—Fue un momento duro. 

—Sí, ese fue un momento duro. Luego, pues momentos que tienes, por ejemplo sacas un disco que no funciona como esperabas. También la vida nos ha enseñado que cuando tienes hay que guardar para cuando no tienes, porque a mí me ha pasado. Y les ha pasado a muchos artistas. Cuando ganas dinero fácil porque hay muchísimo trabajo, porque tienes un caché muy alto…pues compras más de lo necesario o lo que sea, pero la vida te enseña a que hay que guardar un poquito porque luego vienen momentos que son complicados.

—Pero, ¿has estado en la ruina?

—No, gracias a Dios. He trabajado mucho, tenemos nuestra casa. No somos millonarios, pero no nos falta de nada.

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—Hace unos días estuviste en los juzgados, ¿qué ha sucedido?

—Con todo mi respeto, no me puedo pronunciar sobre algo que el juez debe dictar sentencia. Cuando salga, entonces, si me preguntas, opinaré. Yo fui a pedir una modificación de medidas, estoy en mi pleno derecho. Simplemente. Es algo que todos los días ocurre en los juzgados de familia, pero nada más. Vamos a ver qué dice su señoría.

—¿Y cuál es la verdad sobre este asunto? 

—Yo tengo mi verdad. Y créeme porque me considero una persona responsable y, como he dicho, un buen padre y un buen abuelo. Mi mujer y yo siempre hemos dicho, y nos funciona, que el tiempo pone las cosas en su lugar y a cada uno en su sitio y la verdad no se puede esconder.

—En tu vida, ¿el amor te ha tratado bien?

—Sí, soy muy afortunado. Me casé muy joven, con veinte años, tuve un hijo maravilloso, y sigo teniendo muy buena relación con Adela, mi primera mujer. Luego me enamoré de Karina, mi segunda mujer. Tuvimos un hijo maravilloso, Cristian, y después apareció Paca y llevamos treinta y un años juntos y tenemos unos hijos maravillosos. Yo estoy rodeado de amor, de mis niños, de mi mujer, de la gente que me quiere, de mis seguidores…

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