Chanel se ha enfrentado por primera vez a la reacción de los cientos de eurofans que no se perdieron detalle de la segunda semifinal de Eurovisión. Durante esta fase de la competición, en la que se completó la lista de elegidos para la final, se pudo ver un fragmento de uno de sus ensayos. Si bien ya estos se habían filtrado provocando una auténtica locura en las redes sociales, la reacción en directo fue igualmente apasionada. Gritos y una ovación en el Pala Olimpico de Turín que no tenía fin. “Estoy muy bien, muy nerviosa” reconoció Chanel junto a Laura Pauisini, que también se ha dejado conquistar por la coreografía de SloMo (se la pudo ver bailando entre bambalinas durante uno de sus ensayos).
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En esta breve conversación con la italiana, Chanel reconoció que “ama lo que hace, bailar, cantar y actuar” y que ha trabajado muy duramente para llegar a esta cita. "Sinceramente, es más duro bailar y cantar al mismo tiempo, pero siento que he estado entrenando toda mi vida para esto y espero que la gente vea el trabajo duro, se lo pueda transmitir y disfrute de la actuación", apuntó Chanel. “Estar en el escenario con la audiencia es increíble” añadió. Fue entonces cuando Laura Pausini le preguntó cuándo fue la última victoria de España en el certamen, a lo que la artista respondió: “¿En 2022?”. Una ingeniosa ocurrencia que de nuevo desató una locura de aplausos.
Siguió luego explicando que este año hay mucha esperanza en llevar a España al podium. “España lleva sin ganar Eurovisión desde hace cincuenta años, pero ahora siento que los españoles tienen ese sentimiento de esperanza", a lo que la presentadora respondió: “¡La pasión!”. La afirmación de Chanel está avalada no solo por las reacciones de la audiencia y los eurofans que califican ya el número de la española de "chanelazo". Las encuestas que avanzan quiénes podrían llevarse el gramófono de cristal la sitúan en un top cinco que nos hace soñar con el triunfo en la final.
Los puntos fuertes de Chanel
Pocos “peros” se le han sacado al show de Chanel en los ensayos. La escenografía se ha ido matizando y se han explotado al máximo los recursos del escenario del Pala Olimpico de Turín, prescindiendo de los anillos de luces que están averiados y desplegando “un telón” que juega con diferentes iluminaciones. La coreografía ocupa un papel casi tan destacado como la canción por lo que los movimientos de la intérprete y sus cinco bailarines están muy medidos. La inspiración española en su vestuario y esa pasión que imprime en la puesta en escena hace que muchos se pregunten si algún rival está a su altura.
Eurovisión es un mosaico de estilos y nunca se sabe cuál va a convencer más en la final, que suele ofrecer sorpresas que no se han visto en los ensayos. La gran favorita de esta edición es Ucrania, que ha conmovido a Europa con los colores de su bandera en forma de luces y un tema, Stefania, que, aunque no se compuso con esa intención, se ha convertido en un canto a las madres que sufren por sus hijos y por la guerra que arrasa el país. En la segunda semifinal se clasificaron países como Suecia, otra de las grandes favoritas, y Rumanía que dio la gran sorpresa y se convirtió en viral con su pegadizo estribillo “hola bebe-bé”.