Miguel Báez, 'El Litri', hijo del torero del mismo nombre, y de Conchita Spinola, tomó la alternativa cuando apenas tenía 18 en Nimes (Francia), siguiendo con orgullo la estela familiar. Fue entonces cuando despegó su carrera taurina y también cuando su nombre comenzó a suscitar gran interés también fuera de los ruedos. Lo tenía todo para no perderle la pista: torero, guapo y soltero. Aunque todo ello tenía fecha de caducidad, supo, no solo conservar su atractivo, sino mantener su vida privada al margen de los focos y reinventarse al colgar el capote.
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El diestro se retiró en 1999, aunque siguió participando en corridas benéficas algunos años más, dejando una prolífica y exitosa carrera a sus espaldas que, además de prestigio, le reportó importantes beneficios económicos, sumados a un patrimonio familiar que supo manejar con especial talento. Miguel Báez Spinola demostró tener un gran olfato para los negocios y las inversiones inmobiliarias que ha llevado siempre con la misma discreción que su vida personal. Precisamente, una de estas inversiones es la que este sábado será escenario de su su boda con Casilda Ybarra. Hablamos del cortijo Carrascalejo, en Sanlúcar la Mayor (Sevilla), una finca de 700 hectáreas que adquirió en 2018, con dos edificaciones y un gran terreno para el cultivo.
Otra de sus grandes operaciones tuvo también que ver con un 'sí, quiero', el que le dio a Carolina Adriana Herrera en 2002 en la finca Los Guateles, en Cáceres. En las 1400 hectáreas de terreno que tiene la propiedad, no solo se casó allí, sino que bautizó a sus tres hijos, Olimpia, Miguel y Atalanta, y también criaba a sus toros bravos. Sin embargo, en 2014 la vendió por 11 millones de euros al multimillonario mexicano Alberto Baillères. Era el cúlmen de una seria de operaciones de compra-venta que inició ese año y que hizo crecer notablemente el patrimonio familiar que se distribuye principalmente entre Madrid, Sevilla y Huelva, su tierra natal. Además, también ha invertido en varias gasolineras, empresas naúticas y posee un restaurante en la capital andaluza.
Además de su faceta empresarial y, como no, su pasión por la tauromaquia, 'El Litri' también es un gran aficionado al arte, algo que le une de lleno con su futura esposa, Casilda Ybarrra, licenciada en Historia del Arte y dedicada a la gestión cultural y la puesta en marcha de proyectos en este ámbito, trabajo que realiza desde hace seis años y medio en la galería Coll & Cortés de la capital. Además, desde mayo de 2020 también forma parte de Factum Foundation, organización sin ánimo de lucro que está volcada en la conservación de obras y patrimonio a través de las posibilidades que ofrecen las últimas tecnologías y el universo digital.