Entre los artistas a los que vamos a ver sobre el escenario del Pala Alpitour de Turín con motivo de Eurovisión se encuentra Krystian Ochman, representante de Polonia que lleva la música en la sangre puesto que es nieto de Wiesław Ochman, considerado el primer tenor polaco de fama internacional. Defenderá una canción llamada River en la segunda semifinal (12 de mayo) con el objetivo de ser seleccionada para la final y hacer que su país se convierta por primera vez en la historia en ganador de este certamen europeo que celebra su 66ª edición. Poder estar en un acontecimiento de esta envergadura es una experiencia única, pero lo cierto es que no es la primera vez que el joven de 22 años se expone a la decisión del público y del jurado. Su popularidad comenzó en un talent show que cambió para siempre su vida y le ha permitido formar parte de este festival.
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Para situarnos en el punto de inflexión de la carrera de Ochman tenemos que situarnos en 2020, cuando se presentó a la edición polaca de La Voz y ganó de la mano de Michał Szpak, artista que también estuvo en Eurovisión 2016. Tras el talent inició una nueva etapa musical en la que primero lanzó un sencillo llamado Światłocienie con gran acogida. A esta propuesta le siguieron otros temas y su primer álbum de estudio en noviembre de 2021. Ahora se enfrenta a un nuevo reto que comparte similitudes con el concurso que lo hizo conocido, aunque considera que Eurovisión es una “experiencia completamente nueva” ante la que siente algo de vértigo. "Hay mucho más en juego. También hay más gente viéndolo y viene con una presión extra. Quieres hacer lo mejor para ti pero también para tu país", aseguraba.
Inspirado por el ejemplo de su abuelo, Ochman se sintió atraído por la música desde pequeño. Ambos pisaron juntos el escenario recientemente y el joven dice que cantar a su lado ha ido "el milagro más grande". Con una foto de ambos dice con sentido del humor que son "el maestro y su padawan" y "una celebridad y su fan". También su padre, que tocaba el sintentizador, ha sido un referente para el intérprete de River y rival de la española Chanel Terrero, que aprendió a tocar la trompeta y el piano cuando era joven.
Nació en Massachusetts (Estados Unidos), ha vivido en Polonia desde su adolescencia. Primero residió en Katowice, al sur del país, donde estudió en la Academia de Música Karol Szymanowski. Posteriormente se trasladó a Varsovia, donde se ha desarrollado el resto de su carrera, en la que ahora vive una de sus grandes oportunidades. Hace solo un año consideraba que no estaba preparado para un acontecimiento tan importante pero ahora está ilusionado, se siente apoyado y considera que vale la pena intentarlo.
La brillante carrera lírica de Wiesław Ochman
El hecho de que Ochman haya llegado a Eurovisión no es fruto de la casualidad ni del azar sino que es el resultado de muchos años de trabajo, formación y constancia. La música forma parte de su ADN ya que es nieto de Wiesław Ochman, uno de los artistas líricos más internacionales de Polonia. Nacido el 6 de febrero de 1937 en Varsovia, el tenor estudiaba ingeniería cuando recibió sus primeras clases de canto de la mano de Gustaw Serafin en Cracovia y Maria Szłapak en la ciudad de Bytom. Su debut fue en 1960 en la Ópera de Silesia interpretando el papel de Muezzin en Casanova. A partir de esa toma de contacto empezó a encadenar proyectos y siete años más tarde su carrera se internacionalizó, subiéndose a escenarios tan destacados como La Scala de Milán, la Ópera Metropolitana de Nueva York o las de Barcelona, Madrid, Berlín, Moscú, Salzburgo, Viena o San Francisco.
El abuelo del representante polaco en el festival de la Canción de Eurovisión 2022 tiene más de medio centenar de discos publicados, ha ejercido como director de óperas y también se ha volcado en diferentes causas solidarias en pro de la cultura. La labor del consolidado tenor polaco ha recibido numerosos reconocimientos a lo largo de su trayectoria. Wiesław Ochman tiene en su haber el Premio de la Ciudad de Cracovia, la Medalla del 400 aniversario de la Ciudad Capital de Varsovia, la Medalla al Mérito Cultural o el Premio Honorífico de la Fundación de Cultura Polaca, entre otros galardones.