No somos conscientes de lo que se nos viene. Por eso, irradiamos felicidad”. Estas son las palabras de Marta Lozano, a menos de un mes para casarse con el odontólogo Lorenzo Remohi. Como ya anunció la influencer en ¡HOLA!, la boda se celebrará el próximo 28 de mayo, en Jávea, la localidad alicantina en la que ambos veranean desde pequeños y, también, el escenario en el que comenzó su amor, hace casi cinco años. Dado el casi millón de seguidores que registra Marta en su cuenta de Instagram —sin contar los que suman las de muchas invitadas—, el enlace promete convertirse en todo un auténtico acontecimiento en internet. La ceremonia se podrá seguir en directo en la página web de ¡HOLA! Así lo anuncian la influencer y su prometido en las playas de Valencia, donde reflexionan sobre el que será el día más especial de sus vidas.
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—Queda menos de un mes para casaros. ¿Empezáis a sentir nervios?
MARTA.—Si os soy sincera, sí. Pero no son nervios de sentirme mal, sino de hacer cosas… ¡Qué ganas!
LORENZO.—También hay algo de estrés con los preparativos. Además, en Valencia está cayendo el diluvio universal estos días…
—¿Ya tenéis todo preparado?
M.—No (ríe). Hay detalles que no se pueden elegir antes. Por ejemplo, la prueba del ramo de flores.
L.—Es verdad eso de que una boda se prepara la última semana. Nosotros lo tenemos todo hablado, pero faltan detalles, como los amigos a los que les daremos el ramo o algunas canciones que sonarán…
“Me hace ilusión anunciar que ¡HOLA! va a retransmitir nuestra boda. Los seguidores se están volcando mucho con los preparativos y así lo podrán ver en directo”
—¡HOLA! estará muy presente en un día muy especial para vosotros…
M.—Me hace ilusión anunciar que ¡HOLA! va a retransmitir nuestra boda. La gente se está volcando mucho con los preparativos. Cada vez que cuento algo, me dan consejos o preguntan, así que podrán seguir la boda en directo. Además, la abuela de Lorenzo está muy mayor, porque tiene noventa y ocho años, y no va a poder asistir, entonces, la podrá ver también.
L.—Así, mi abuela va a estar de alguna forma. Que ¡HOLA! nos lo haya propuesto resuelve esta situación y, encima, es una manera de compartirlo con los seguidores de Marta.
—¿Podéis adelantarnos cómo será vuestro gran día?
M.—No va a ser muy princesa y eso que soy muy del ‘princesismo’. Al celebrase en Jávea, va a ser más desenfadada. Habrá muchos espacios. Sin contar la iglesia, vamos a utilizar cuatro. Algunos están cubiertos, pero… ¡ojalá no llueva, por favor!
—El tiempo será lo primero en lo que pensaréis todas las mañanas al despertaros y subir las persianas…
M.—Es que no para de llover en Valencia. Hacía años que no llovía así. Voy a hacer una cosa muy típica aquí, que es llevar una docena de huevos a las Clarisas, a las monjitas. La hermana de Lorenzo lo hizo y le salió un sol estupendo en septiembre. Esas mujeres deben de tener una de huevos… (Ríe).
Invitados instagramers
—¿Cuántos invitados tenéis?
M.—Unos doscientas noventa.
L.—Hemos recortado bastante. Solo de mi parte había doscientos.
M.—Hemos hecho malabarismos. María García de Jaime y Tomás Páramo ya nos dijeron que, si pudieran retroceder en el tiempo, no habrían invitado a tantos.
—¿A quién veremos en la vuestra?
M.—Estarán todas mis amigas instagramers. Mi amiga Teresa (Andrés Gonzalvo) e Ignacio (Ayllón, el prometido de esta) serán testigos de la boda, al igual que Gotzon Mantuliz. También estarán María Pombo, Laura Matamoros, María García de Jaime, Dulceida, Madame de Rosa… En los momentos importantes siempre nos juntamos.
—¿Quiénes serán los padrinos?
M.—Serán mi padre y la madre de Lorenzo.
“Tengo nervios, pero no son de sentirme mal, sino de hacer cosas… ¡Qué ganas!”, nos confiesa la influencer, con casi un millón de seguidores
—¿Habéis realizado muchos cambios con respecto a lo que teníais en mente al principio?
L.—Cuando ves la boda muy lejos, sueñas muchas cosas. Pero, a medida que se acerca, eres más realista.
M.—Al principio, piensas en un superfestival, y luego dices: ‘A ver… Igual esto es demasiado’.
L.—Al final, quieres la felicidad de tu gente, la de Marta, la mía… Y dejas de lado la fiesta en sí y te enfocas más en lo sentimental, en la unión familiar y en los tuyos.
—Algunas de vuestras amigas ya se han casado, como María Pombo. ¿Os ha dado algún consejo?
M.—Cuando le conté que me casaba, María me dijo: ‘Cógete una wedding planner’. Luego, nos recomendó que no nos fuésemos de luna de miel nada más celebrar la boda, que a ella le faltaron días para comentarla con la gente. Además, que no nos liásemos a invitar por invitar. Al final, queremos algo pequeño.
—¿Tenéis la misma wedding planner que María Pombo?
M.—No. Hemos cogido a una chica de Barcelona que se llama Priscila Llorens. Es la misma que hizo las bodas de Lovely Pepa y Carla Hinojosa.
—Teresa Andrés Gonzalo, tu mejor amiga, también se casa en julio. ¿Comentáis los preparativos?
M.—Sí. Nos ayudamos en todo y le consulto dudas… Es una suerte poder compartirlo con mi mejor amiga. Luego, Tere estuvo conmigo en la última prueba del vestido y, cuando me vio de novia, se puso a llorar (ríe). Me dijo: ‘Te imaginaba así’.
—¿Qué nos puedes decir del vestido? ¿Cuántos vas a llevar?
M.—Serán tres y diseñados por Lorenzo Caprile, que es un máquina. El principal es clásico. Lo tenía bastante claro, si te soy sincera. No quiero dar demasiada información, porque quiero sorprender a Loren, pero sí te puedo decir que me encanta. No sé si sorprenderá o no, pero es muy yo.
—¿Cuál fue tu reacción al verte de novia?
M.—Hasta que no me vi con la primera prueba del vestido, no me imaginaba que me casaba. Lloró Bruno, mi representante, y también mi madre, pero yo me quedé en shock. Ahí me di cuenta de que me casaba de verdad.
“Voy a llevar tres vestidos diseñados por Lorenzo Caprile, que es un máquina. El principal es clásico. No sé si sorprenderá o no, pero es muy yo”
—¿Y los otros dos vestidos?
M.—Si soy sincera, la comodidad no es lo que los describe. Con el tercero ni puedo respirar. No voy a poder bailar (ríe).
—¿Es prioridad estar guapa a cómoda en un momento tan especial?
M.—Quería estar cómoda, pero Caprile tiene la capacidad de sacarte unas formas geniales. Sobre todo, no quiero arrepentirme cuando recuerde mi look de novia.
—¿Qué te ha hecho confiar en Lorenzo Caprile para el gran día?
M.—Ya me ha vestido una vez, el año pasado, en Cannes. Es el único diseñador al que he ido sin contarle siquiera lo que quería. Cuando le conocí en aquella ocasión, me dijo: ‘Esto es lo que vas a llevar’. Luego me comentó que, si quería, podría cambiar algo, pero me fié de él. Fue un superacierto, porque me vi estupenda en Cannes. Por eso, pensé en Caprile desde el principio para el traje de novia. Si fue capaz de acertar sin haberme conocido, estaba segura de que volvería a hacerlo.
—Como sabrás, una novia ha de llevar algo prestado y algo azul.
M.—Esto me lo dijo mi hermana la semana pasada, que yo no tenía ni idea. Resulta que mi madre tiene una especie de liguero blanco con una cintita azul. Con eso, ya tendría algo prestado y algo azul.
—Vuestro amor surgió en Jávea, hace casi cinco años. ¿Siempre tuvisteis claro que os casaríais allí?
M.—Sí. Incluso, cuando buscamos masías en Jávea y vimos que solo había dos para casarse, nos planteamos aplazar la boda. Jávea es donde nos conocimos, donde empezó la relación y hemos sido muy felices. Además, Loren ha veraneado allí desde pequeñito y yo también, así que hay muchos recuerdos con la familia. La iglesia será la del pueblo, que es la que me recuerda más a Jávea.
—¿Habéis tenido alguna discusión por los preparativos?
M.—Alguna pequeña, al principio, cuando todo era más ambiguo y cada uno tenía una idea. Pero, durante estos meses, ha habido un proceso de encajar y hemos llegado a un punto en común. Ha sido muy bonito, aunque también ha habido momentos en los que cada uno tenía su idea… Obvio, todos los novios discuten por esto.
“Habrá 290 invitados y estarán todas mis amigas instagrammers: Teresa Andrés Gonzalvo, María Pombo, María García de Jaime, Laura Matamoros, Dulceida…”
—¿Quién está más nervioso?
L.—Marta (ríe).
M.—Creo que lo expreso más, pero, conociendo a Loren, sé que también lo está.
L.—Es verdad que Marta es más impulsiva y lo expresa todo más.
M.—Contra todo pronóstico, Lorenzo es un novio que está preparando su boda. Está muy involucrado con los preparativos, si te soy sincera.
—Estando los preparativos tan presentes, ¿tenéis sueños con la boda?
M.—Sí. El otro día tuve una pesadilla. Me estaban vistiendo de novia con un traje de neopreno. Me ponían un velo de neopreno y no veía nada.
L.—Justo esta noche, he tenido una pesadilla con el baile. Soñaba que, de repente, no salía nada y que era todo un circo… Mucho agobio.
—Por cierto, ¿estáis recibiendo clases de baile?
M.—Es cierto que he ido con mi padre, porque queremos hacer una cosa más preparada. Pero Lorenzo y yo vamos a ir a la aventura (ríe).
L.—Ayer, Marta fue a bailar con su padre. Cuando volvió, nos pusimos a ensayar en el salón… Ahí dije: ‘Madre mía, la que se nos viene’. Quizá, por eso, tuve la pesadilla.
—Pese a todo, no estáis bajando el ritmo de trabajo.
M.—Es un poco de agobio, porque voy a ir a Cannes una semana antes de casarme. Es bastante heavy. La semana pasada, después de la prueba del traje de novia con Caprile, tuve la del vestido que Vicky Martín Berrocal me está haciendo para Cannes. Lorenzo —su chico— dice que tenemos que mirar los vuelos del viaje de novios. Es como que estamos a mil cosas.
Así será su luna de miel
—¿Ya tenéis elegido el destino para vuestra luna de miel?
M.—Nos hace ilusión ir a Hawái, porque no hemos estado ninguno. Luego, queremos ir a la Polinesia Francesa, que está en la otra punta, y a Las Vegas. Nos apetece casarnos allí otra vez, un poco por el show.
L.—El problema es que estamos a tres semanas de la boda y todavía no hemos cogido nada.
—¿Cuánto durará la luna de miel?
M.—Veinte días.
L.—Pero ahora es temporada altísima y estamos a tres semanas.
M.—¡Y no tenemos nada cerrado! A la vuelta, se casa Lucía Pombo, y después, Teresa (Andrés Gonzalvo) con Ignacio. En septiembre y octubre tenemos más bodas. Esto es un no parar.
“María Pombo nos ha recomendado que nos ayude una wedding planner, que no invitemos por invitar y no nos vayamos de luna de miel nada más celebrar la boda”
—Siendo tan tradicionales como sois, ¿qué supone casaros?
L.—Ya lo dije en la pedida: al inicio de la relación con Marta, le dije a un amigo que notaba que era la mujer con la que me casaría… Me encanta tener la razón (ríe). Con Marta, enseguida dije: ‘Guau’.
M.—Qué fuerte. Cuando empezamos, ya teníamos una edad y lo teníamos muy claro.