Para el representante de Australia en Eurovisión, participar en este certamen no solo es una oportunidad irrepetible de llevar su música a diferentes puntos del planeta, sino también una demostración de superación personal. Para Sheldon Riley, la música es "la forma más pura de expresar sus emociones y permitirse sanar". Cuando se suba al escenario del Pala Alpitour de Turín para la segunda semifinal (el 12 de mayo), no solo interpretará Not the same. A través de la letra de la balada estará contando su historia personal trasladándose a su infancia y relatando cómo era su vida siendo un niño diagnosticado con síndrome de Asperger a los seis años.
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Sheldon Riley asegura que a través de su propuesta narra "la historia que nunca pensé que sentiría que sería capaz de contar". Su infancia, según él mismo ha contado, no ha sido fácil: "Crecer en una vivienda pública, mudarme de casa en casa, sin darme cuenta de mi sexualidad, entre una familia profundamente religiosa. Un camino ya trazado que nunca sería capaz de comprender correctamente o interactuar con otras personas". Aquellas dificultades han quedado atrás para siempre. Ahora ha impuesto su personalidad, ha logrado sus metas y está orgulloso de haber elegido su propio camino, en el que se muestra imparable. A través del tema que defiende en Eurovisión deja claro que no permitirá que nadie le diga quién es y deja atrás todos esos prejuicios que dauguraban que no tendría amigos ni un trabajo.
El síndrome de Asperger no ha sido para el artista un hándicap sino un rasgo definitorio de su identidad. "Lo que sucede dentro de mí no necesita ser reparado, eso es lo que me hace ser quien soy. De ahí saco mi creatividad y mi capacidad de aislarme del mundo. Amo quien soy hoy", ha asegurado en Bleistiftrocker. También ha explicado que suele lucir máscaras en el escenario porque no le gustaba la imagen que proyectaba al verse después pero que en este escaparate internacional se la quitará para demostrar que no hay que esconderse y que somos perfectos tal y como somos.
El artista tiene un estilo propio. Destaca su rompedora estética y la original puesta en escena con un gran impacto visual al que ayuda su diseño blanco de 40 kilos de peso y la máscara que usa para actuar compuesta por piedras Swarovski. Ha viajado a Turín tras ganar la tercera edición del Australia Decides. El concurso, celebrado en el Centro de Convenciones y Exposiciones de Gold Coast con once participantes, supone la preselección del país de Oceanía para el festival de Eurovisión, al igual que en España se ha celebrado este año el Benidorm Fest. Se trata de un sueño cumplido para Sheldon ya que se define como eurofan e incluso tiene claro cuál es la actuación que más le ha marcado en toda la historia del festival: la de Conchita Wurst y Rise like a Phoenix, tema que le dio la victoria en el certamen de 2014.
Sus anteriores experiencias musicales
Nacido en 1999 y con ascendencia filipina y australiana, Sheldon lleva años dedicándose a la música. En 2018 consiguió el tercer puesto en La Voz Australia, donde tenía como coach a Boy George. En cada actuación del concurso llevó sus propios diseños confeccionados por sí mismo con una máquina de coser que le regaló su padre. Y es que sus progenitores siempre han ido un importante apoyo. Doce meses después volvió a probar suerte en el equipo de Delta y se quedó a una gala de la final. Su tercera incursión televisiva llegó de manos de America 's Got Talent, donde llegó hasta cuartos de final. A raíz de sus participaciones ha sacado varias canciones que acumulan miles de reproducciones. Ahora ha logrado representar a su país en Eurovisión, un acontecimiento "emocionante" en el que etá viviendo un sueño del que no quiere despertar.