Turín empieza su semana grande. El festival de Eurovisión ha convertido la ciudad italiana en epicentro de la música europea, un punto de encuentro de cientos de eurofans que perfilan solo cinco días antes de la final sus favoritos. Chanel, la representante española en el certamen, no solo está escalando puestos a una velocidad vertiginosa gracias a su SloMo, una combinación de letra y baile que promete un arrasar en la final (si las encuestas aciertan), sino por su simpatía y estilo. Espectacular, así desfiló por la alfombra verde que da el pistoletazo de salida a la competición europea. Su vestido de inspiración flamenca la transportó unos minutos a la feria de abril sevillana, volviendo a dejar ese aroma tan español que impregna sus estilismos.
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Escogió un corsé rojo con lunares negros y escote recto, combinado con una falda asimétrica negra. El toque original lo ponía un sobretodo de tul rojo con una larguísima cola, firmado todo por It Spain. “Me siento guapísima" aseguró la artista en referencia a este estilismo elaborado por Raúl Amor, responsable de vestuario de la delegación española. Junto a ella desfiló su cuerpo de baile, con trajes blancos, que tiene también un gran protagonismo en el número que presenta nuestro país. Fueron precisamente sus bailarines quienes la ayudaron a colocar el vestido para que brillara en toda su esencia.
Las delegaciones han lucido sus mejores galas para esta fiesta inaugural en la que los nervios y la emoción están siempre a flor de piel. Solo cinco países tienen garantizado su puesto en la final – España actuará en la primera mitad de esta- así que el resto de propuestas se miden en dos semifinales, el 10 y el 12 de mayo. Entre las más comentadas está la de Albania, representada por Ronela que, a su paso por la alfombra verde, mostró un vestido que “es una joya de arte” aunque muy incómodo. La atrevida coreografía que ha mostrado la cantante en los ensayos ha generado un intenso revuelo entre los eurofans, igual que el estilismo elegido por los representantes de Georgia, el del australiano con una enorme capa o el de los lobos de Noruega (siguen sin quitarse la máscara) en la primera gran fiesta eurovisiva.
España parte como uno de los números más relevantes en esta edición y en sus primeros ensayos no ha hecho más que engordar las expectativas que le auguran un buen puesto en la final. El estilismo de inspiración torera de Palomo Spain, un espectacular mono y chaqueta cuajados de brillantes cristales de Swarovsky, los pasos de una pegadiza coreografía y la melodía que invita a bailar forman el cóctel perfecto para lograr el podium. Las comparecencias de la española ante la prensa han logrado además que esta caiga rendida a sus pies, por su simpatía y natural espontaneidad al reconocer que se aclara del todo con el inglés. “Esta es mi primera canción, así que mi inicio ha sido enorme. Se trata de una experiencia loca y brutal. Es mágico y tengo a mi equipo conmigo. Compartir el escenario con ellos es genial” asegura la española que cuenta los días para cumplir un sueño.