Tras más de dos años de pandemia, una cierta normalidad también se ha instalado en la alta sociedad española. Y prueba de ello es que, hace unos días, en el restaurante Horcher de Madrid, uno de los más legendarios de la capital, tuvo lugar un excepcional almuerzo de amigos. Entre los asistentes se encontraban: Elena Cué, mujer de Alberto Cortina; su cuñada, Myriam Lapique, viuda del financiero Alfonso Cortina; el príncipe Pierre D’Arenberg, casado con la aristócrata Silvia de Castellane; Jaime de Marichalar; Rocío Barreiros, marquesa de Vívola, y Cristina Valls-Taberner, hija de Luis Valls-Taberner, expresidente del Banco Popular, y mujer de Francisco Reynés, de Naturgy.
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Todos ellos disfrutaron de un animado encuentro que se producía por primera vez tras la reciente relajación de las medidas sanitarias contra el coronavirus. Una vez concluida la reunión, coincidieron con otros conocidos clientes en la puerta del establecimiento. Por ejemplo, allí estaban Jaime Castellanos, presidente de la Banca Lazard, marido de Patricia O’Shea y tío de Ana Patricia Botín, o Joaquín Güell.
El exmarido de la política Cayetana Álvarez de Toledo saludó afectuosamente a este grupo de amigos, que, a su vez, se encontró con el abogado Ramón Hermosilla y con José Antonio Sánchez, expresidente de RTVE y actual dirigente de Telemadrid. Un divertido almuerzo que se terminó convirtiendo en un auténtico cónclave de personalidades.