Eres mi mundo. Por muchos años más de risas y felicidad”. Así felicitaba Elsa a su marido en su último cumpleaños. “Por siempre y para siempre”, era su mensaje el día de San Valentín. Camino de celebrar doce años de matrimonio con Chris Hemsworth, la pareja sigue unida, cómplice y tan enamorada como el día que se dieron el ‘sí, quiero’, en una paradisíaca playa del Índico, en diciembre de 2010. Vivir en un lugar de ensueño en Australia y estar casada con un superhéroe de Marvel es como de película, desde luego, pero no garantiza que todo sea perfecto. En eso siempre insiste la actriz, hay que construir y es un trabajo del día a día. Siempre hay altibajos, no hay que dar nada por sentado y lo más gratificante es poder crecer juntos, como ellos han hecho. Hablamos de esto durante nuestro encuentro, en Madrid, como embajadora de la firma de calzado Gioseppo, con la que colabora desde hace ya siete años y cuyas nuevas propuestas para esta temporada nos presenta. “Me hace mucha ilusión siempre venir y representar a una marca española con la que comparto muchos valores”, asegura. Nuestra conversación versa sobre mil y un temas más: su nuevo reto empresarial en el mundo de la cosmética; el estreno de Interceptor, el filme que le ha dado la oportunidad de cumplir su sueño de ser una heroína de acción; de su foto viral en bikini; su familia, su vida… En breve volará de regreso a su hogar, en la costa este australiana, junto a sus tres hijos y su marido, pero antes posa espectacular para ¡HOLA! Y no es ficción. Está más guapa que nunca.
—Qué buen color y qué buena cara, a pesar del jet lag, Elsa.
—Hemos estado en Fiyi una semana en familia. Chris venía de estar trabajando en Praga durante cuatro meses y nos apetecía pasar unos días de descanso todos juntos surfeando y disfrutando de la tranquilidad absoluta. Y lo bueno es que a nosotros el destino nos pilla bastante cerca de Australia.
—Ahora has regresado a España en un viaje bastante fugaz por trabajo, pero hace poco te embarcaste en una ‘aventura’ europea de tres meses con los niños mientras Chris rodaba en Praga.
—Hacía dos años que no habíamos venido por la pandemia y aproveché, ya que estábamos aquí, para recorrer Europa y enseñársela a los niños. Estuvimos en Venecia, en Roma, en París, en Londres… Los llevé a todos los sitios —ríe—. Estuvimos esquiando en Francia y luego me fui a África también. Dije: ‘Ya que voy… voy’. Así que estuve más de dos meses con mis hijos, ellos y yo, de viaje por el mundo.
“Todos los matrimonios requieren mucho tiempo, se construyen poco a poco con momentos buenos, momentos increíbles y otros más difíciles. Y creo que es algo muy bonito”
—¿Qué es lo que más les gustó o sorprendió a tus hijos de todo lo que vieron?
—Yo creo que lo que más les ha impresionado del viaje ha sido la nieve y pasar unas Navidades blancas, nunca lo habían vivido. Las ciudades también les chocan mucho… Y Kenia, con los animales, les encantó.
—Después de esta aventura por el mundo, ¿les ha costado volver a casa?
—No, después de viajar dos meses y pico llega un momento en que te apetece estar en tu casa, que los niños vuelvan a sus rutinas, al cole y vean a sus amigos.
—Se ha dicho que os vais a comprar una casa en España, que habíais estado mirando propiedades.
—No, no es lo que necesitamos. Nuestro hogar es Australia y yo tengo casa en Madrid. Intento venir siempre, me gusta pasar un mes al año y lo voy a seguir haciendo, pero tener otra casa es un quebradero de cabeza. Y, de hecho, lo que me encanta es poder estar en sitios diferentes cada vez que vengo a España.
—Pues hablemos de lo que sí es verdad. Tienes muchas novedades. Estás a punto de estrenar Interceptor.
—Sí, se estrena primero en cines en Australia, la première es ya, el día veinticinco, y el siete de junio se podrá ver en Netflix. Siempre he sido una apasionada del cine de acción, me ha hecho mucha ilusión hacer esta película y me hubiera encantado hacer más.
—Entrenaste muchísimo para el papel.
—Sí, estuve cuatro meses entrenando, el proceso fue muy largo y duro. Interpreto a una soldado naval americana y quería que fuera creíble. Además, en la película hay seis coreografías de peleas para las que tuve que aprender y memorizar ochocientos movimientos diferentes. Me empeñé en hacer todas las escenas. Como el director estaba encantado, me dejó hacerlas, pero es una locura, acababa llena de moretones todos los días. Físicamente, ha sido muy exigente, pero me ha encantado hacer la película, me lo he pasado bomba. Y, por otro lado, me ha gustado demostrar a mis hijos que su mamá, que va al cole a recogerlos todos los días y es ama de casa, también puede salvar al mundo y ser una superheroína, que no lo sea solo su padre. Para mí es un orgullo también.
“No es cierto que vayamos a comprar una casa en España, nuestro hogar está en Australia. Yo tengo una en Madrid y otra sería un quebradero de cabeza”
—¿Y cómo va Carmen, que rodaste a las órdenes de Benjamin Millepied, el marido de Natalie Portman?
—Está por estrenar, con Rossy de Palma. Nos lo pasamos genial cuando estuvo en Australia. Además, está la película que hice con Russell Crowe, en la que trabaja también Liam, el hermano de Chris. De repente salió un proyecto tras otro y el año pasado fue un poco de locura.
—¿Cómo fue trabajar con tu cuñado Liam?
—Genial, lo pasamos muy bien. Russell dirigía e interpretaba, todas mis escenas fueron con él y era como ¡guau! Porque para mí ha sido mi héroe. Todos los españoles adoramos a Russell Crowe por Gladiator. Nos hicimos muy amigos, es un encanto.
—No paras, ¿tienes alguna otra cosa con la que nos vayas a sorprender?
—Pues sí. Un proyecto beauty que me entusiasma y está a punto de ver la luz. Me lanzo al mundo de la cosmética con una gama de productos ecológicos —mascarillas, bálsamo para la noche, crema hidratante...— realizada con ingredientes y plantas naturales de Byron. Se llama Purely Byron y lo hemos hecho y producido todo allí. No se trata solo de aplicarse los productos, tenemos un roll de masaje, piedras, etcétera, de tal manera que se convierta en un ritual para disfrutarlo paso a paso.
—Para Interceptor tuviste un entrenamiento militar, luego volviste a tu rutina deportiva de siempre y acabas de subir una foto en bikini de espaldas, en Fiyi, que se ha hecho viral.
—Precisamente he subido esa foto para inspirar a la gente. Por un lado, porque si tienes más edad y quieres tirar la toalla, es como no…, con la edad mejor que nunca. Por otro, para animar a la gente joven a empezar. Es verdad que lleva trabajo, pero mejor cuanto antes comience uno a cuidarse, y no tiene por qué ser un reto grande. Se trata, sencillamente, de, poquito a poco, intentar estar a gusto con tu cuerpo.
—¿Te ves ahora mejor que nunca?
—Sí. También porque pierdes todas las inseguridades. Lo hago porque me gusta ver que mi cuerpo está todavía fuerte, me gusta retarme a mí misma.
“Alguna secuencia ha visto Chris de Al salir de clase y se partía. Pero, claro, yo lo he visto también en Home and Away, donde empezó. Me río siempre del look con el flequillo largo y pegado, es buenísimo”
—A los niños les habéis inculcado la pasión por el deporte. Vivir en la Naturaleza ayuda. India, por ejemplo, ya te está superando como amazona…
—¡Sí! Nos fuimos el otro día a competir juntas y nos salió muy bien. Me voy yo conduciendo con mi tráiler, porque dormimos allí, y los caballos detrás. De aventura las dos a tres horas de casa. Me encanta, me siento muy cerca de ella.
—A los mellizos les gusta más el surf.
—Sí, los chicos de la casa se van a surfear y yo me voy con mi niña a montar. Los boys montan a caballo también, Chris nada, pero la competición no les gusta porque hay muchas chicas y no les parece cool —ríe—.
—¿El zoológico de casa con cuántos animales cuenta ya?
—No puedo ni contar ya, una locura —ríe—. De hecho, Sasha estaba empeñado en que quería un ratoncito pequeñito y, como era su cumpleaños, se lo regalé. Lo compramos hace nada, lo acababa de separar de la madre, y, de repente, el otro día, antes de irme, vi que estaba muy gordito y pensé: ‘Uy, se habrá atascado de comer’. Y ya estando aquí me llamó para contarme que ¡ha tenido diez ratones! Y digo: ‘¡No pude ser!’. Con los perros, los caballos, un par de burros, ‘Monty’, nuestro lagarto barbudo… —Ríe—. Y cuando fueron las inundaciones adopté cuatro gatos de gente que se había quedado sin casa y no podían tener a los animales.
—¿Y qué dice tu marido de todo esto?
—Que me estoy volviendo loca y estoy fatal —ríe—. Pero no puede hacer nada, el pobre...
“Me veo mejor que nunca. Una pierde las inseguridades que tiene de joven. A mí me gusta retarme a mí misma y ver que mi cuerpo todavía está fuerte”
—¿Cómo viviste las inundaciones en Australia? Incluso te quedaste en mitad de la carretera…
—En Australia hemos vivido de una manera muy evidente y drástica el cambio climático. Hace dos años, con una sequía que nunca había habido y los incendios. Estábamos de camping y tuvimos que irnos porque el fuego estaba a nada de nosotros. Y ahora, unas inundaciones que no se recordaban en cien años. Ha sido horrible ver cómo la gente ha perdido sus hogares. Toda la comunidad se volcó y todo el mundo fue a ayudar. La gente cogió barcos y se fue a salvar a los que estaban en los tejados de sus casas esperando durante horas… Mis niños ayudaron en las casas, que estaban llenas de barro, muchas personas lo han perdido todo.
‘Mucha más paciencia’
—Al menos, que esta lección de la Naturaleza sirva para enseñar a los niños a tratar mejor el planeta. Supongo que tú lo haces.
—Sí, claro, ellos son nuestro futuro, enseñarles lo que pueden hacer para cambiarlo está en nuestra mano. Ahorrar energía, el zero waste (cero residuo), los plásticos, cosas pequeñas que son importantes, aunque creo que los gobiernos son los que tienen que hacer un cambio radical.
—Como mamá de tres niños, ¿ha habido alguna vez que hayas pensado: ‘No puedo más’?
—¿Alguna vez? No sé quién no lo ha pensado nunca… Y no te cuento lo que ha sido viajar durante más de dos meses yo sola con ellos, cambiando de ciudad cada dos días. Espero que lo recuerden como el mejor viaje de su vida con su madre, pero ya te digo que no sé si lo volvería a hacer —ríe—. Llegar a África fue como una liberación, corriendo por ahí descalzos…
“Me ha gustado demostrar a mis hijos que su mamá, que va al cole a recogerlos todos los días, también puede ser una superheroína, no lo es solo su padre”, nos dice, a punto de estrenar Interceptor
—Después de doce años con Chris y con la perspectiva del tiempo, ¿qué has aprendido a su lado y qué crees que él ha aprendido de ti?
—Muchas cosas. En un matrimonio tienes que aprender y aceptar muchas cosas el uno del otro, no ser egoísta, pensar mucho en la otra persona y no en ti mismo y dedicarle tiempo a la pareja. Aprendes también a tener paciencia. No es nada fácil, una relación no es un paraíso continuo, todos los matrimonios requieren mucho tiempo, se construyen poco a poco con momentos buenos, momentos increíbles, momentos más difíciles. Y creo que es algo muy bonito.
—¿El más paciente de los dos?
—Él, tiene mucha más paciencia que yo —ríe—. A mí me han enseñado mis hijos, antes no tenía nada.
—¿Y quién es el más detallista?
—Ninguno de los dos lo somos mucho, nos solemos olvidar de nuestro aniversario; como es cerca de Navidad, siempre estamos con otras cosas. Digamos que él es detallista al esforzarse en hacer cosas, en ayudarme con los niños, porque una de las cosas que más admiro de Chris es que es un padrazo.
—Es bromista, le gusta reírse, los chistes…
—Sí, siempre. Cuando ha estado estos meses fuera de casa, reírme con él es lo que más he echado de menos. Yo no tengo tanto sentido del humor.
—Al salir de clase fue lo primero que hiciste, ¿te ha visto tu marido en la serie?
—Alguna secuencia ha visto y se partía. Pero, claro, yo lo he visto también en Home and Away, que fue donde empezó. Me río siempre, el look con el flequillo largo y pegado, muy australiano y surfero, es buenísimo.
“India y yo competimos juntas a caballo. Me voy conduciendo con mi tráiler, porque dormimos allí, y los caballos detrás. De aventura las dos. Me encanta y me siento muy cerca de ella”
—¿Sigues manteniendo el contacto con los compañeros?
—Sí, estamos en un chat, hace un par de años nos juntamos todos. Me gusta saber lo que hacen, lo bueno de las redes es eso. Estás más en contacto.
—¿Con Chris darías los mismos pasos que has dado hasta aquí?
—Todos tenemos cosas que podríamos haber hecho mejor, pero estamos donde estamos por lo que nos ha pasado y seguimos juntos. No me gusta pensar en el pasado ni en el futuro, prefiero centrarme en lo que está pasando y puedo hacer ahora mismo más, que en lo que he hecho mal.
—Está a punto de estrenar Thor: Love and Thunder, ¿seguirá después haciendo este papel o dejará paso a Thor mujer?
—No te puedo decir mucho, pero sí hay una Thor mujer, evidentemente, que es Natalie Portman, y también hay algunos momentos familiares en la película, pero ya lo veréis.
—¿Qué es lo que más te ilusiona hoy en día?
—La vida familiar y disfrutar con mis hijos sigue siendo lo que más me llena; estar con ellos, verlos crecer, que un día puedan decir: ‘Estuve con mi madre y tuve unas experiencias increíbles’. Me encanta mi trabajo, pero mi reto siempre ha sido ser la mejor madre posible.