Lleva años cumpliendo su sueño de ser actriz, pero a Yolanda Font la vida le tenía reservado todavía su mejor papel, el de madre. La también periodista y modelo dio a luz a su hija, Micaela, el pasado 7 de abril. La niña es fruto de su relación con Antonio Miguel Carmona, vicepresidente de Iberdrola y excandidato del PSOE a la alcaldía de Madrid, que, tal y como nos desvela Yolanda, “estuvo a mi lado en todo momento”. Su madre, Coqui Font, cuyo nombre siempre figura en los actos más relevantes de la sociedad madrileña, también estuvo junto a Yolanda durante el parto, que fue largo —dieciséis horas— y se produjo diez días antes de lo previsto.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
La llegada al mundo de Micaela, llamada así en honor al padre de Yolanda, el prestigioso doctor Miguel Font, fallecido hace ya casi tres décadas, y al propio padre de la niña, se produjo, además, tres días después de que la actriz perdiera a uno de sus seres más queridos, su tía abuela Cani, que falleció a los ciento un años. Aunque era hermana de su abuela materna, Yolanda la consideraba su segunda madre. “Yo la adoraba, la quería muchísimo, era casi más que mi abuela, la llamábamos “mami dos”. He pasado mucho tiempo con ella, hasta el final. Pero tenía muchos años, así que dando gracias a Dios porque haya llegado a esa edad. Estaba superilusionada con la llegada de Micaela, le había hecho sus jerséis, sus manoplas…”, nos dice sin poder contener las lágrimas. “Cuando me lo dijeron, me rompí entera. Mi madre dice que, tal vez, el impacto que me produjo la noticia hizo que todo se acelerara mucho más, no se sabe”, añade la recién estrenada mamá mientras se dispone a preparar un biberón. “Aunque le estoy dando el pecho, tengo que darle refuerzo con biberones, porque es muy pequeñita”, aclara Yolanda, esbozando de nuevo su eterna sonrisa.
“Di a luz diez días antes de lo previsto. El embarazo había ido perfecto, pero la niña no estaba recibiendo alimento y era muy pequeñita, por eso me provocaron el parto”
—Yolanda, cuéntanos, ¿cómo viviste que se llevaran a tu hija a la incubadora nada más nacer?
—La verdad es que, gracias a Dios, solo estuvo en la incubadora un día y medio. Fue para controlar los picos de glucosa y como medida de prevención, porque nació con dos kilos trescientos cincuenta gramos. Lo que pasa es que, cuando me dijeron que se la llevaban, me asusté un poco, pensaba que pasaba algo. Luego los médicos me dijeron que estaba bien, pero que había que controlarla. Yo no me esperaba que saliera tan pronto, porque era tan pequeñita...
—¿Por eso te adelantaron el parto?
—Sí, a mí me quedaban diez días para salir de cuentas, pero la placenta no estaba alimentando a la niña y me dijeron que lo mejor era que naciera ya. El embarazo había ido perfecto, pero ya los últimos días había dejado de pasar alimento al bebé y no estaba ganando peso. Por eso me ingresaron para provocarme el parto. Estuve dieciséis horas de parto y al final fue cesárea. Fue muy largo, pero fue fantástico. Estoy muy agradecida al doctor Fernando Salazar y al doctor Torres, de la Zarzuela, porque hicieron un trabajo espectacular.
“Cuando se la llevaron a la incubadora, me asusté un poco, pero los médicos me dijeron que era una medida de prevención. Gracias a Dios, solo estuvo un día y medio”
—Y Antonio estuvo contigo en todo momento.
—Sí, él ingresó conmigo y no se separó en ningún momento de mi lado. Estuvo todo el tiempo conmigo, apoyándome. Y luego, como yo no podía moverme por la cesárea, el primer biberón se lo dio él en la UCI.
—Para él habrá sido un momento muy emotivo.
—Sí, y para mí también. Yo estaba encantada de que fuera él. Me contaron que en la UCI estaban todas las enfermeras viendo cómo se lo daba, riendo y pensando que qué momento tan bonito. También me dijeron que Antonio se puso a cantarle mientras le daba el biberón.
—¿Cómo están siendo estos primeros días en casa con la niña?
—Es todo muy emocionante. Por mucho que te lo cuenten, hasta que no eres madre no eres consciente de que es una aventura impresionante. Es verdad que, a veces, crees que no te da tiempo a nada, que no sacas un segundo para ti, porque solo es ella, como tiene que ser... Pero hasta que te adaptas… Ahora ya vamos estabilizando tiempos. Lo estoy viviendo muy bien, siempre un poco con ese miedo de si lo estaré haciendo bien. Pero también tengo a mi madre, que me está ayudando muchísimo.
—¿Estás viviendo en casa de tu madre?
—Como Antonio trabaja tanto, unas dieciocho horas al día, sin exagerar, antes de que naciera Micaela aprovechábamos para estar juntos los fines de semana. Pero ahora yo me iba a sentir muy sola, así que prefiero estar aquí. Él viene todos los días a estar con nosotras y, cuando Micaela pueda salir, ya nos organizaremos de otra manera. Pero ahora, que necesita más atenciones, creo que es lo más adecuado, y para él también, porque con lo poco que duerme, si además tiene que estar toda la noche en vela con el bebé… Ya estuvo en el hospital todas las noches en vela.
—Por lo que dices, las noches están siendo moviditas. ¿Cómo llevas la falta de sueño?
—Tenemos los horarios de Micaela. Bueno, también son los horarios Font, porque siempre hemos sido noctámbulos y Micaela ha salido igual, ha salido muy flamenca. Por el día está tranquila y cuando llega la noche se nos viene arriba. Sí, sí, ha salido muy flamenca (ríe). Las noches que da la pobre mía, está superdespierta, no hay quien la duerma. No llora, pero está despierta. Aunque, bueno, yo estoy como loca con ella.
“Mi hermano será el padrino”
—¿Y tu madre? ¿Cómo está viviendo el haberse convertido en abuela?
—También está como loca, superfeliz. Le encantan los bebés y Micaela es como si fuera su hija. ¡No puedo tener mejor ayuda que ella!
—¿Ya tenéis pensado cuándo será el bautizo y quiénes serán los padrinos?
—Queremos hacerlo antes del verano y el padrino va a ser mi hermano. La madrina aún no lo sabemos.
“Por el día, la niña está tranquila, pero cuando llega la noche se nos viene arriba. Micaela ha salido muy flamenca”, nos dice Yolanda con humor
—¿Piensas volver pronto a trabajar?
—Ahora mismo, Micaela es mi prioridad. Dentro de poco tengo que presentar un acto de la Raymond Roussel Society, de la que soy embajadora. Más adelante, tengo que presentar un festival de flamenco, también el lanzamiento de la nueva marca de moda Bandress, de la que soy imagen… En cuanto a los rodajes, tengo dos proyectos, uno superimportante, pero ya veremos. En estos momentos, no me puedo incorporar, ahora manda Micaela. Puedo hacer cosas puntuales, pero un rodaje, todavía no.