No ha sido una victoria como otra cualquiera la conseguida por Carolina Marín. Tanto ella como sus seres queridos eran muy conscientes, de ahí la explosión de alegría que se vivía este sábado cuando la jugadora de bádminton se proclamaba flamante campeona de Europa por sexta vez. Toñi, su madre, apoyaba a su hija desde una grada repleta de gente animando y la veíamos sufrir como nadie durante el punto decisivo del partido. A continuación, aplaudía con gran emoción y rompía a llorar cuando nuestra deportista lograba el triunfo por dos sets a cero sobre la británica Kirsty Gilmour en el partido disputado en el Centro Municipal Deportivo de Gallur (Madrid). La protagonista tampoco podía evitar las lágrimas y tirarse al suelo tras la gesta lograda, acordándose seguro de la grave lesión que la ha mantenido apartada de las pistas durante casi un año seguido.
La recuperación de Carolina Marín tras su operación de rodilla
La onubense ha vuelto a lo grande tras once complicados meses de recuperación después de romperse el ligamento cruzado y los meniscos interno y externo de su rodilla izquierda, hecho que además la impidió competir con España en los pasados Juegos Olímpicos de Tokio. 'La Niña', como la siguen llamando en su círculo más cercano a sus 28 años, miraba hoy al cielo tras su hazaña y dedicaba seguro este triunfo a su padre, Gonzalo. El progenitor de Carolina falleció tristemente en julio de 2020 tras las secuelas que le dejó la caída que sufrió en un accidente laboral. Lourdes, tía segunda de la campeona, contaba que "la vida le debía una" en relación al enorme esfuerzo que ha hecho su sobrina por estar de nuevo al máximo nivel. Fernando Rivas, entrenador de la jugadora desde hace mucho tiempo, se ha mostrado igualmente feliz al ver a su pupila superar todos los obstáculos que se le han puesto por delante.
"Cuando una se lesiona, nunca sabe si va a poder volver a jugar a bádminton", confesaba hace unos días la protagonista ante la prensa tras clasificarse para la gran final. "Gane el oro o no, para mí ya es una victoria el poder estar en este Campeonato de Europa", añadía con sinceridad al reconocer lo difícil que es luchar contra las mejores del Viejo Continente. El esperado regreso de Carolina Marín a las canchas supone una gran noticia para todo el mundo que ama esta disciplina deportiva, incluso para sus competidoras. "Me alegra mucho que las rivales me digan que me echaban de menos, luego no sé si se cansarán un poco de mí", decía con humor la jugadora nacida en Huelva antes de subirse a lo más alto del podio y afianzarse, una vez más, como un auténtico referente en nuestro país cuyo impresionante currículum aún está por escribir.