El peor momento ya ha pasado. Ana Rosa Quintana se recupera en casa tras ser operada con éxito la pasada semana. Finalizado el tratamiento de quimioterapia con el que se le redujo el tumor y cada vez más cerca de su cura, la presentadora daba en quirófano el último paso en la lucha contra el cáncer de mama que le fue diagnosticado el pasado otoño y dio la cara muy a tiempo.
Todo ha salido bien y se espera que el próximo septiembre pueda regresar al plató de El programa de Ana Rosa . El mismo desde el que el 2 de noviembre comunicaba con serenidad y mirando fijamente a cámara la peor noticia de su vida: “Me han detectado un carcinoma en una mama, aunque afortunadamente está localizado y no hay metástasis, pero requiere un tratamiento intenso…”.
Desde entonces, y rodeada siempre de su familia y amigos, la periodista, de sesenta y seis años, solo se ha dedicado a cuidarse y a tratar su enfermedad con su oncólogo, Antonio González, codirector del Departamento de Oncología Médica de la clínica Universidad de Navarra, y su ginecóloga de siempre, Isabel Alonso.
Un camino complicado que encaró con fuerza desde el primer día y absolutamente convencida de que habría “un final feliz”. La “receta” para esta difícil travesía nos la dio ella misma en sus publicaciones: “Comida sana, entrenamiento tres días a la semana, yoga un día, caminatas largas, disfrutar de la familia, el apoyo de mis compañeros, los miles de personas que me hacen llegar su cariño y buenos deseos, pensamiento positivo y tener la seguridad de que me voy a curar gracias a nuestros excelentes médicos ”, escribía junto a una de las fotografías que compartió en su Instagram. Imagen que se sumó a esta otra publicación (arriba) en la que aparece con un vestido de Be Happiness, con Kate Moss coronada. De reina a reina.