Sentencia absolutoria para Isabel Pantoja en la causa por la venta de su chalé en Marbella, según el dictamen del juez de lo Penal número 5 de Málaga que ha sido comunicado ya a las partes. De esta forma, la cantante no volverá a pisar la cárcel pese a los tres años de prisión que pedía el fiscal para ella por un presunto delito de insolvencia punible. La noticia, adelantada por Málaga Hoy y confirmada por ¡HOLA! de fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), supone un verdadero alivio para la artista tras más de un mes de incertidumbre desde que declarara en sede judicial el pasado 22 de marzo. Aquel día, la madre de Kiko Rivera se mostró desolada y clamó por su inocencia al ser acusada de participar, como cooperadora necesaria, en una operación presuntamente irregular de deuda relacionada con 'Mi Gitana', la casa que tenía en la lujosa urbanización 'La Pera' de la citada localidad.
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El día que se celebró el juicio, la intérprete de canciones como Se me enamora el alma y Marinero de luces llegó vestida completamente de negro y acompañada por su hermano, Agustín Pantoja, quien a su vez declaró como testigo. A pesar de llevar puestas las gafas de sol y la mascarilla, el rostro de Isabel reflejaba sin duda una gran preocupación. Además, su reaparición provocaba tal expectación mediática que, a la entrada de los juzgados, se vivieron momentos de enorme nerviosismo en torno a la cantante. Ella, rodeada por una nube de periodistas, se dirigía como podía al interior del edificio escoltada por agentes de la Guardia Civil. Unas imágenes que recordaban a las que se vivieron hace casi siete años, cuando la artista sevillana abandonó la Audiencia de Málaga en mitad del caos tras ser condenada a 24 meses de cárcel por el caso Malaya.
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En esta ocasión, sentada de nuevo en el banquillo de los acusados, Isabel Pantoja se derrumbaba delante del juez y no podía contener las lágrimas. Durante alrededor de cinco minutos, la sala se quedó en silencio esperando a que la cantante recuperara la calma. Después, ella aseguraba ante el magistrado que desconocía las deudas que tenía la sociedad Panriver 56 S.L, de la que era administradora única, con otras empresas. Manifestó que dio un poder a Agustín para vender su residencia de Marbella "o pagar lo que se debiera", ya que tenía todos sus bienes como aval de dicho inmueble. "Solo quería salvar mi patrimonio, no me importaba la casa", aseveró entonces. Subrayaba también la confianza plena que tiene en su hermano, ya que "moriría por él, es la única persona que está a mi lado y no me haría ningún daño", insistía Isabel en su relato.
En las conclusiones, el fiscal hacía hincapié en que "esta señora tenía conocimiento de los hechos" por los que se le acusa, señalaba. El abogado de Isabel Pantoja pedía por contra "poner fin al martirio de mi cliente", decía con esas palabras, ya que según él no había ni un solo indicio, "ni por asomo", contra ella. Son solo "afirmaciones apriorísticas" sobre que era conocedora de los procedimientos de deuda y gestiones realizadas, enfatizaba. "Construir una sentencia condenatoria con esa orfandad de pruebas creemos que es imposible", trasladaba al juez. Al acabar el juicio, tres horas después de su llegada a los juzgados, la artista salió visiblemente seria y cabizbaja por la puerta trasera para evitar complicaciones con la prensa. Después de aquello, la cantante puede respirar tranquila y volver sonreír tras la sentencia que la absuelve de cualquier presunto delito.
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