Flamencos ‘fugitivos’ y aves con ocho patas, las imágenes más fascinantes del reino animal

Un flamenco ‘fugitivo’, encontrado diecisiete años después de huir de un zoo

Su nombre es “492”, pero se le conoce como Pink Floyd y su historia se ha convertido en viral por su sonada fuga. Todo comenzó en 2003, cuando llegó desde Tanzania al zoológico del condado de Sedgwick, en Wichita (Kansas). Allí estuvo viviendo con más flamencos, pero, en 2005, tras una fuerte tormenta, decidió escapar con un compañero.

© @texasparkswildlife

Alzaron el vuelo y desaparecieron del zoo, eligiendo cada uno un destino. Una buena maniobra de despiste que les surtió efecto hasta ahora, que  Pink Floyd   ha sido descubierto, en Texas. De su compañero no se sabe nada, pero él ha sido visto en compañía de un flamenco caribeño. Diecisiete años después de su huida, está en perfecto estado y han decidido que siga disfrutando de su libertad.

Unos pantalones muy chic y, ¿ocho patas? dos curiosas aves africanas

© Charl Stols

El pájaro que aparece sobre estas líneas no es una nueva y sorprendente especie de ocho patas como los arácnidos, tan solo es un padrazo del reino animal. Se trata de un macho de jacana africana, que suele resguardar a sus polluelos de los depredadores de una manera muy particular: escondiéndolos entre sus plumas. En este caso, al proteger a sus tres crías, parece un ave de ocho largas patas con grandes dedos, una de las características de estos animales, que les permite caminar y hasta correr sobre los nenúfares y otra vegetación flotante con una facilidad pasmosa. También patas muy largas y mucho glamour al caminar tiene su vecina africana, conocida como el “ave secretario”.

© John Hodgson

© Russell Pringle

Pariente de los halcones y las águilas , se la puede ver caminando de manera elegante y distinguida entre los ñus, cebras y leones que deambulan por la sabana. Por su plumaje parece que lleva pantalones y culmina su look con un original copete de plumas, como llevaban los secretarios británicos de hace siglos. Es una especie muy singular, ya que, aunque puede volar, prefiere cazar a pie a sus presas —entre las que se encuentran serpientes venenosas— y las captura pisándolas.