Su vida siempre ha despertado una gran expectación. Desde la cuna, Victoria de Marichalar ha ocupado páginas de papel couché como miembro de la Familia Real, pero en el último año, se ha ido convirtiendo en todo un fenómeno que arrasa hasta en las redes sociales y su círculo más íntimo también ha pasado al foco mediático. Este es el caso de su gran amiga y confidente Rocío Laffón Molina, con quien comparte muchas aficiones, como su pasión por el sur de España y la tauromaquia, y también el estilo, como dejaron claro en su aparición hace unas semanas en la presentación de los carteles de la Feria de San Isidro en la plaza de toros de Las Ventas, donde acapararon todos los flashes a su llegada.
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Desde que la hija de la infanta Elena hizo público su perfil de Instagram, Rocío es, junto a María García de Jaime, una de las personas que más aparecen en sus fotografías y a partir de ahí, muchos comenzaron a preguntarse quién es Rocío. Ella es una desconocida para los medios, pero su familia no, ya que son una conocida saga sevillana presente en el sector empresarial, el mundo ecuestre y del arte.
Rocío es hija del empresario Manuel Laffón Parias y Rocío Molina Montes. Ha estado estudiando en los últimos meses en Nueva York y tiene dos hermanos, Carmen y Manuel. A Rocío, al igual que a Victoria de Marichalar, le encanta la moda -ha ejercido de modelo puntualmente- y los caballos , una afición que comparten varios miembros de su familia desde hace generaciones. De hecho, veranean desde siempre en Sanlúcar de Barrameda y no suelen perderse nunca la carrera de caballos que se celebra en la playa, que tiene más de un siglo de tradición.
Pero si hay un nombre que destaca en el mundo ecuestre es el de su tío Carlos Laffón, un reconocido jinete con varios campeonatos en su haber, tanto en España como en Europa, y uno de los mejores entrenadores de nuestro país. Sin duda, todo un referente que hizo historia al ganar en París, como entrenador, el Arco de Triunfo, la carrera hípica más importante de Europa, en el Hipódromo de Longchamp, algo que nunca ha conseguido un español. Desde muy jóven, Carlos quiso dedicarse a los caballos y comenzó a sumar triunfos cuando se instaló en Chantilly (Francia).
Por otro lado, su tía abuela es la célebre artista Carmen Laffón, que falleció en pasado mes de noviembre poco después de sufrir un ictus, a sus 87 años. Una gran pintora nacida en Sevilla y enamorada de Sanlúcar de Barrameda que, entre los múltiples reconocimientos con los que ha sido distinguida a lo largo de su prolífica, recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1982, la Medalla de Plata de Andalucía en 1988, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 1999, la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio en 2017 y fue nombrada académica de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando e Hija Predilecta de Andalucía. En la pasada Feria ARCO de Madrid, Rocío, que fue acompañada por Victoria, y sus padres, estuvieron visitando algunas obras que se expusieron de la artista.
Rocío es una chica muy familiar y, como refleja en sus redes sociales, echó mucho de menos a los suyos en los meses que ha estudiado fuera de España, aunque siempre que ha podido ha hecho alguna escapada para reunirse con ellos. Uno de sus últimos viajes fue a Florencia, donde viajó con la hija de la infanta Elena para visitar a su prima Inés Laffón, quien mantiene una relación con el futbolista donostiarra Álvaro Odriozola, que juega en las filas de la ACF Fiorentina, cedido por el Real Madrid. Casualidades de la vida, Odriozola también en un amante de los caballos y posee varios que compiten en carreras. Rocío e Inés están muy unidas y en este viaje, pudieron pasar unos días juntas.