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Han sido días de emociones encontradas para la infanta Elena y su hija, Victoria Federica. El pasado viernes 8 de abril, ambas se desplazaron hasta la iglesia de San Miguel Arcángel, del municipio segoviano de Muñopedro, para despedir a un buen amigo. José María Álvarez de Toledo y Gómez-Trénor, conde de la Ventosa y marido de Rita Allendesalazar y de la Cierva, la amiga más cercana a la hermana de Felipe VI, falleció, el jueves 7, a los setenta y tres años, tras sufrir un problema cardiorrespiratorio.
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Su muerte dejó sumida en la tristeza a doña Elena, que no pudo reprimir las lágrimas en su funeral. El aristócrata también era alguien importante para sus hijos. Fueron muchos los fines de semana que tanto Victoria como Felipe pasaron en la finca que compartía con su esposa en esta localidad segoviana. Además, José María y Rita ejercieron incluso de ‘padrinos’ en alguna ocasión, especialmente cuando la hija de los Reyes eméritos se encontraba separándose de Jaime de Marichalar y necesitaba apoyo emocional. Su muerte ha conmocionado a la sociedad y, entre las muchas coronas florales, destacó una de las hermanas Marta e Isabel Chávarri.
Pero, como un ejemplo de la vida misma, en estos días Victoria Federica también ha sonreído. La influencer está feliz con la llegada de una nueva mascota, a la que se refiere como ‘bebé’. Se trata de un perro lobo checoslovaco, una peculiar raza canina que proviene de un híbrido entre pastores alemanes y lobos. El ejemplar desciende de ‘Atina’, una perra propiedad de Santi Serra Camps, profesional de los «shows «con caballos y buen amigo de Victoria.
La hija de la infanta Elena está ilusionada, tal y como demuestran las imágenes de la izquierda, en las que pasea a la mascota por las calles de Madrid con su buena amiga Rocío Laffón. La nieta del Rey Juan Carlos ha apostado por una correa con la bandera española prácticamente parecida a la que usa su madre, la infanta Elena, cuando sale a pasear a ‘Tula’, su simpático fox terrier, por las inmediaciones de su casa. Estas fotografías demuestran que son días de sonrisas y lágrimas para la infanta Elena y su hija.