mar a barcel © Javier Alonso

Entrevistamos a María Barceló, la tía influencer de Rafa Nadal: ‘Toda la familia vivimos en la misma finca’

¡HOLA! habla con ella sobre su giro profesional tras dejar el Derecho, su negocio fuera de las redes y, por supuesto, sobre el tenista


14 de abril de 2022 - 17:32 CEST

Cierto es que lo primero que llama la atención de María Barceló es que es la tía  influencer  de Rafa Nadal. Sin embargo, esta mallorquina presenta desparpajo y espontaneidad suficientes como para llamar la atención por sí misma. Así queda reflejado en las redes: su cuenta de Instagram, que no para de sumar seguidores, ya registra ciento treinta mil. No obstante, María sorprende aún más en las distancias cortas con su alegría y actitud pizpireta. Así lo comprueba ¡HOLA!, mientras ella cuenta su sorprendente giro profesional o los secretos de su familia. Cómo no, también le preguntamos por algunas curiosidades de su sobrino Rafa.

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© Javier Alonso

En la imagen, María Barceló, la tía influencer de Rafa Nadal.

— María, cuentas con un perfil profesional es bastante curioso, porque eres abogada e influencer.

— Son dos mundos que no tienen nada que ver. Yo estudié Derecho y trabajé en los juzgados un montón de años. Pero, como me gustaba tanto la moda, de siempre, le dije a mi hijo que me creara un perfil de Instagram. Ahí empecé a subir looks y la gente empezó a seguirme, a darme likes y a preguntar de dónde eran las cosas. Y me fueron subiendo los seguidores.

— Ahora tienes decenas de miles.

— Sí, ciento treinta mil seguidores… ¡Son muchos, eh! (ríe). Son muchos para vivir en Mallorca (ríe).

— ¿Sigues ejerciendo de abogada?

— No. Oposité a los juzgados y saqué la oposición de oficial, pero tengo excedencia. En algún momento, me puedo incorporar, pero no lo voy a hacer nunca jamás… Creo.

— ¿Y tienes alguna otra dedicación al margen de dedicarte a las redes?

— Sí, soy empresaria. Tengo un hotelito en el campo mallorquín, que se llama Son Sant Andreu. Era una finca de mis padres y mi hermana y yo la habilitamos para convertirla un hotelito rural. Tiene diez habitaciones y es precioso. Funciona de maravilla.

© tomynadal27

María junto a sus hijos y su marido, celebrando la victoria de Rafa Nadal.

— ¿Tus hijos no piensan que es muy fuerte tener una madre influencer?

— ¡Es que es muy fuerte! (ríe). Pero les encanta. Uno tiene veintiún años y el otro dieciséis. Siempre digo que hay perfiles para todas las edades. Yo sigo a un montón de mujeres de una edad, como Susi Rejano, que me parece una señora espectacular y tiene muchísimos más seguidores que yo. Para mí es un referente, me inspira muchísimo.

— ¿Sigues a alguien más?

— A Petra Dieners. Hay muchísimas en Alemania, Francia e Italia, más que allá del perfil de Instagrammer de veinte años. Con cuarenta y tantos años, también estás en la plenitud de la vida. En mi caso, ahí tenía a mis hijos ya mayores y me di cuenta de que el Derecho no era mi mundo y lo cambié.

— Pero también fuiste madre muy joven.

— Sí, con veinticuatro.

— ¿A qué se quieren dedicar tus hijos? ¿Alguno será tenista?

— El mayor está estudiando Administración y Dirección de Empresas. El pequeño está acabando el bachillerato. Seguramente, el año que viene, va a hacer Derecho. En mi casa, todo el mundo igual.

— ¿Ninguno juega al tenis?

— El pequeño juega muy bien. Antes también jugaba al fútbol. Ahora, al igual que el mayor, entrena al pádel.

— Tu sobrino no es el único Rafa Nadal de la familia. Tu marido comparte nombre y apellido con tu sobrino. ¿A qué se dedica tu marido?

— No quiero hablar mucho de él, pero también es empresario.

© mjbarcelooliver

María Barceló y su sobrina Maribel, la hermana del tenista.

— Tu sobrino Rafa hizo historia este año en Australia. ¿Cómo viviste ese momento con la familia?

— Te lo podrás imaginar, con felicidad inmensa. Todos muy contentos y felices. Lo vivimos a tope, porque es una maravilla que a estas alturas de su carrera siga haciendo lo que está consiguiendo.

— Es que dio una lección de vida, porque parecía que su vida deportiva estaba terminándose…

— Además, es una persona que nunca se da por vencido. Cualquiera hubiese desistido tras alguna lesión o por el covid, como muchos que lo hemos pasado… Ha sido una pandemia horrorosa, pero él ha seguido y ha luchado. Mira dónde está. Ha ganado Australia, Acapulco…

— ¿Sueles ir a verle a sus partidos de tenis?

— Sí. He ido al U.S. Open, Roland Garros, Wimbledon…

— Viajaréis todos en avión privado…

— Bueno, depende. También vamos en avión normal.

— A nivel deportivo, tu sobrino es el número uno. Pero, ¿cómo es Rafa Nadal cuando no juega?

— A nivel personal, es igual.

— ¿Qué te llama la atención de su carácter?

— Su bondad. Es muy bueno. Es la virtud que destacaría de él.

— Siempre se dice que detrás de un hombre hay una gran mujer, pero, con tu sobrino, también unos grandes padres. ¿Qué destacas de los de Rafa?

— La educación que le han dado. Es el reflejo como es Rafa.

— ¿Y de Mery, que es la gran desconocida?

— De ella prefiero no hablar.

— Pero tu relación con ella es buena, ¿no?

— Buenísima. La relación entre todos es muy buena. Vivimos todos juntos en la misma finca. Bueno, es una finca familiar y estamos cada uno en su casa, pero somos vecinos.

— ¿Cómo son las reuniones familiares?

— Como la de cualquier familia normal que tiene muy buena relación. Nos vemos y cada uno en su casa.

— Bueno, como todas las familias, no. No todas las personas querrían tener de vecino a un cuñado o a los suegros.

— También es verdad (ríe). Pero yo llevo muchos años y lo llevo muy bien. Todos nos hemos portado muy bien, los unos con los otros. Ha sido muy fácil, la verdad. No hemos tenido problemas.

— Entonces, ¿hacéis reuniones semanales?

— No, pero quedamos de vez en cuando.

— La pregunta del millón: ¿Cuándo se animarán Rafa y Mery a tener un niño?

— ¡Ni idea! Eso no te lo puedo decir.

— Pero, ¿lo ves cercano?

— Cuando ellos quieran y decidan. Esto es un tema tan personal… Cuando yo quería tener un hijo, no me gustaba que me lo preguntasen. Por eso, no pregunto jamás a nadie.

© mjbarcelooliver

— También tenías vientipocos años cuando fuiste madre…

–Echa una carcajada–.

— Es verdad que tu sobrino sigue estando en lo más alto, pero la carrera de un tenista tiene fecha de caducidad. 

— Todo se acaba. Pero, de momento, está luchando.