Lo de bailar no lo voy a poder hacer más. Ahora, si quiero seguir con algún espectáculo, me lo planteo como coreógrafa y como directora. También me gustaría hacer interpretación y empezar a hacer castings”. Con estas duras palabras, la bailaora Cecilia Gómez resume la pesadilla que vive desde un tiempo atrás. Todo comenzó hace unos años, con unos dolores de cabeza y cuello que venía arrastrando por su profesión y que se fueron agravando más y más. “Ha sido una etapa muy dolorosa”, nos confiesa la artista, que acaba de ser intervenida, este lunes 11 de abril, por quinta vez, para solucionar estos problemas cervicales. “He entrado en el quirófano para darme radiofrecuencia y quemar los nervios que mandan la información del dolor”, nos explica la bailaora. “También me han realizado un bloqueo muscular. Lo que hacen es meterte un líquido a través de una canulita y con la ayuda de una ecografía. Así te descargan las contracturas y la tensión de los músculos”, se sincera Cecilia, antes de añadir: “No te duermen, aunque es un poco desagradable porque estás despierto”.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Todavía convaleciente, la gaditana nos cuenta que “las cefaleas crónicas tensionales” se han convertido en un sinvivir para ella, que le ha afectado tanto en lo personal como en lo profesional. “Ha sido un trance un poco complicado de dos años para acá”, cuenta Cecilia, que ha encadenado un mazazo tras otro. Justo antes de estallar la pandemia, acababa de perder a su padre. Luego, con la llegada del coronavirus, se quedó sin la posibilidad de trabajar. Para colmo, también se contagió de la COVID. “Entonces, los dolores se dispararon”, se lamenta la bailaora ante ¡HOLA! Y no hay que olvidar que el pasado verano tenía previsto casarse con el cirujano italiano Marco Vricella , exmarido de Sonia Ferrer, pero decidió romper la relación hace justo un año. “Al final, los problemas de salud tienen que ver con lo emocional. Y con todo lo que me ha pasado en los últimos tiempos… Pero nada tiene que ver con Marco”, nos termina de explicar.
Una situación ‘inhumana’
Si su vida personal ha sido agitada durante los últimos años, también lo ha sido su historial médico. Es la cuarta vez que se somete a radiofrecuencia e infiltraciones. Justo antes de las pasadas Navidades, también le implantaron una prótesis de titanio en la columna, entre las vértebras C5 y C6. “Al final, cuando te hacen una artroplastia, te tienen que retirar todo lo que hay: tráquea, cuerdas vocales… Ahora tengo disfasia, que son problemas al tragar. Como tengo el cuello tan pequeñito, es como si notara una mano que me ahoga todo el rato. Pero me han dicho que es normal y que se va corrigiendo con el tiempo”, nos cuenta. Lo que no era normal es que los dolores se multiplicaran “por mil”. “Yo me operé y me puse la prótesis para quitarme todo este calvario, pero los dolores empezaron a ser inhumanos… Llegué a pedir morfina. Pensé que había salido mal la operación y que la prótesis estuviera mal colocada”, se lamenta Cecilia, que enumera los otros problemas que le surgieron con esta operación.
Afortunadamente, la bailaora ha empezado a ver la luz tras recurrir a la Unidad del Dolor, que es donde le están solucionando estos dolores a base de radiofrecuencia e infiltraciones. “Me queda una intervención más y espero que sea la última. Ahora estoy con rehabilitación y psicólogo”, se sincera Cecilia. “Las personas que sufren dolor durante tanto tiempo luego les pasa factura y ahora tengo que quitarme el miedo a moverme y lesionarme. Como he visto a mi padre sufrir tanto por no tener movilidad, eso se me ha quedado en la cabeza”, finaliza la artista.