E l sábado 9 de abril, una semana después de su romántico ‘sí, quiero’, en Plasencia, Isabelle Junot y Álvaro Falcó reaparecieron durante su luna de miel en Perú. Los marqueses de Cubas atravesaron el Atlántico para, además de hacer turismo, acompañar a dos buenos amigos en el día de su boda. La peruana Belén Barnechea, hija de Alfredo Barnechea, excandidato a la presidencia del país andino en 2016, y el español Martín Cabello de los Cobos, nieto de los condes de Fuenteblanca, contrajeron matrimonio en la iglesia del monasterio El Carmen, de Trujillo, una ciudad colonial al norte de Lima. El enlace contó con gran representación española.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Desde nuestro país también viajaron los príncipes Alessandra y Christian de Hannover, dos de los invitados más esperados, así como María Fitz-James, vizcondesa de Jarafe, y su pareja, Felipe Matossian Falcó, marqués de Pons; la coach Sara Rodés, nieta del empresario Leopoldo Rodés, y su novio, Gonzalo Pérez-Maura; la periodista Teresa de la Cierva, y Valeria Castillejo Barreiros, diseñadora de la firma Valeria Cotoner y nieta del marqués de Mondéjar, primer jefe de la Casa del Rey Juan Carlos. Del ámbito internacional destacó la presencia de Andrés Pastrana, ex Presidente de Colombia, acompañado de su mujer, Nohra Puyana.
Belén Barnechea, que regenta, en Madrid, Casa Manjar, la repostería que ha seducido a la jet set, deslumbró con un diseño con manga francesa de farolillo abullonada, escote cuadrado y falda con bordados florales, firmado por la diseñadora peruana Ani Álvarez Calderón.
Tras la ceremonia religiosa, los novios abandonaron el templo con la Salve rociera. Más tarde, en una exótica procesión, en la que no faltaron música ni fuegos artificiales, los invitados fueron conducidos al palacio Iturregui, donde se sirvió una cena que consistió en tiradito de lenguado, medallones de lomo y varios postres.
El día anterior, hubo un cóctel de bienvenida en Casa Ganoza, un palacio construido en 1735, considerado la mejor residencia del período colonial en Trujillo. Un edificio vinculado a la familia de la novia, una de las más conocidas de la élite social de Perú. Su abuela materna, Marcela Temple, estuvo casada en segundas nupcias con Javier Pérez de Cuéllar, ex secretario general de las Naciones Unidas. Su abuelo materno, Guillermo Ganoza, fue conocido por impulsar la marinera, un baile tradicional, que los novios interpretaron para los invitados en la comida posterior al enlace, que tuvo lugar en una hacienda al pie del complejo arqueológico La Huaca al Sol y con la que pusieron fin a los festejos.