Álvaro Falcó e Isabelle Junot se casaron el pasado 2 de abril, en el palacio familiar del marqués de Mirabel. Pero los novios del año tenían preparado todo un fin de semana de diversión para sus invitados, llegados a Plasencia desde muchos puntos. De ahí que la víspera de la boda, y en medio de una gran expectación, dieran la bienvenida a todos con una gran fiesta y mucha diversión. Fue el pistoletazo de salida a dos inolvidables días para celebrar su amor rodeados de sus familiares y amigos cercanos.
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Sonrientes, cómplices y emocionados, Álvaro e Isabelle esperaron a sus invitados en el patio que se encuentra junto al salón de los trofeos de caza del VIII duque de Arión, el mismo escenario donde los padres de Álvaro celebraron, hace cuatro décadas, el banquete de su boda. Con los novios estaban los padres de Isabelle, Philippe y Nina, y sus hermanos, Victoria y Alexis, recién llegado de Londres, donde vive y trabaja. Fue el momento en que la coach de nutrición intuitiva mostraba el primero de los tres looks con los que impactó.
Isabelle volvió a confiar en su buena amiga Inés Domecq con un diseño de IQ Collection. Confeccionado en tejido de algodón bicolor, con mangas abullonadas, escote en la espalda y corte en zigzag, estaba inspirado en la Costa Azul, en concreto, en Cannes, donde reside su padre. Lo combinó con unos tacones anchos de Flordeasoka y joyas de Rabat. De su beauty look se encargó Gabriel Llano para Dior, que también lo haría al día siguiente. El estilista optó por un maquillaje de ojos ahumados —smokey eyes—, resaltando sus pestañas con el fin de hacer más grande su mirada, así como la luminosidad del rostro, incidiendo especialmente en los pómulos.
En torno a las ocho de la tarde, abrieron las puertas del histórico edificio y los invitados hicieron su entrada desde la plaza. Flavia y Hubertus de Hohenlohe, junto a su mujer, Simona Gandolfi; los hermanos Felipe y Carlos Cortina con sus respectivas mujeres, Amelia Millán y Carla Vega-Penichet; Carlos Torretta, en esta ocasión sin su esposa, Marta Ortega, que ese mismo día asumía su cargo como nueva presidenta de Inditex y se uniría a la boda al día siguiente; Alonso Aznar y su novia, Renata Collado; Cari Lapique y Carlos Goyanes; Mercedes Valdenebro y Alfonso Cebrián; Tomás Terry con su hijo Tomás; el jugador de polo Pascual Sainz de Vicuña y su mujer, Gabriela Delgado Romero luciendo embarazo…
Así hasta doscientas personas. Fue también el reencuentro de Álvaro con todos sus primos Falcó: Xandra con su hija Camila; Manuel y Amparo Corsini con su hija Manuela; Aldara; Duarte, y Tamara, que llegó una vez empezada la fiesta y no pudo ir acompañada por Íñigo Onieva, ya que estaba trabajando. La marquesa de Griñón llevó un vestido azul con estampado floral. Para este primer encuentro con sus invitados, los novios, que organizaron con la ayuda de A-Típica la logística de la fiesta y del enlace, también dejaron la parte gastronómica a los hermanos Sandoval.
Se sirvieron hamburguesas de toro, croquetas de jamón ibérico, torreznos de cochinillo, minibocadillitos de “pringá” y bombones de foie, entre otras exquisiteces y best sellers de Coque, como los tacos árabes y veganos, los favoritos de Isabelle. Tampoco faltó el sabor andaluz —ya que la novia ha pasado muchos veranos en Marbella—, con la actuación de Rafael Ruiz y Antonio Romero, Los del Río, que subieron al escenario a cantar con el grupo Machukamba, del que forman parte Carolina Ruiz, una de las hijas de Rafael, así como Antonio y Rocío Ricas, hijo y nuera de Antonio.
Arrancaron al ritmo de Sevilla tiene un color especial, animando a todo el mundo, y después los novios no dudaron en subir al escenario a bailar La Macarena. El dúo sevillano ya actuó en este mismo salón cuarenta años antes, en la boda de los padres de Álvaro, a los que recuerdan con mucho cariño. Tenían una relación muy estrecha con el fallecido marqués de Cubas: “Estamos emocionados y recordando a nuestro gran amigo. Hace cuarenta años estuvimos aquí casando al marqués de Cubas y volvemos, otra vez, a casar a su hijo”. Fue una noche inolvidable llena reencuentros, mucho baile y alegría, aperitivo de lo que acontecería al día siguiente: la boda más esperada del año.