En octubre de 1987 Philippe Junot se casaba en Dinamarca con Nina Wendelboe-Larsen. Una boda que se celebró en una pequeña iglesia en un pueblo cerca de Copenhague y en la que la novia vistió un impresionante diseño de Guy Laroche y tocada con una pequeña tiara de brillantes. En enlace fue portada de ¡HOLA! como también lo había sido nueve años antes, el ‘sí, quiero’ del empresario con Carolina de Mónaco. Ahora, treinta y cinco años después ha sido Isabelle, la pequeña de los tres hijos que tuvo el matrimonio Junot, quien se ha convertido en la protagonista de la boda del año . El enlace reunió el 2 de abril a casi trescientos invitados en Plasencia, testigos del sí quiero de la coach de nutrición intuitiva y Álvaro Falcó, IV marqués de Cubas, hijo del recordado Fernando Falcó y Marta Chávarri. Con Philippe Junot, que el 19 de abril celebra sus ochenta y dos años, hablamos de su moderna familia -divorciados desde hace veinticinco años, sigue manteniendo con Nina una excelente relación-, de la boda de su hija, en la que ejerció como orgulloso padrino, y de cómo es su vida ahora.
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- Philippe, ¿cómo te has sentido viendo a Isabelle vestida de novia?
- Muy emocionado y muy feliz por ella. Es un momento muy importante en su vida y así estoy, asimilando que ha crecido.
- Se te ha caído alguna lágrima.
Bueno, me parece que les debe pasar a muchos padres, ¿no? Es muy ilusionante.
- Estaba muy guapa.
- Sí, mucho, pero la he visto guapísima desde que era pequeña…-ríe-. Tiene mucho encanto, por supuesto, es adorable y tierna.
- ¿Se te ha pasado volando lo rápido que ha crecido?
- Sí, las cosas van rápidamente, pero estoy contento de esta situación a la cual ha llegado ella misma con mucha razón, sensibilidad e inteligencia.
- Siempre has tenido mucha vinculación con España.
- Sí, es mi segunda patria.
- ¿Qué te parece entonces que se haya casado con un español?
- Para mí es totalmente normal, yo he vivido mucho aquí en España, varios periodos de mi vida, siempre con mucha alegría y felicidad.
- En la boda han estado personas muy vinculadas a tus años en Marbella, como Hubertus Hohenlohe.
- Fíjate, la primera persona que conocí cuando llegué a Marbella en el año 1964 fue a Alfonso Hohenlohe y tomé la costumbre de verlo casi cada día cuando estaba en Marbella. Era un personaje muy especial, muy simpático, muy listo. Muy inteligente.
- ¿Seguís teniendo la casa de Marbella y venís todos los veranos?
- Sí, casi cada verano. Voy mucho a Marbella, pero vivo también en el sur de Francia. Nací en París, aunque viví gran parte de mi juventud en Cannes, tengo algo especial con Cannes y además tengo familia muy cerca.
- ¿Cómo es tu vida en Cannes, hoy?
- La vida en Cannes es muy agradable porque hace buen tiempo todo el año. Hay muchas cosas para hacer, la montaña no está muy lejos, puedes ir a esquiar el fin de semana, o salir en barco y visitar las islas justo enfrente. Como te digo, el clima es muy bueno, nunca hace frío, puede que en agosto un poco de calor, pero es aguantable. Y tengo muy buna relación con mi hermana y su marido, que viven allí. Tengo suerte, gracias a Dios.
- ¿Y qué te parece tu yerno, Álvaro?
- Me encanta, lo conozco desde hace mucho tiempo. Siempre lo he apreciado, su estado de espíritu, su manera de saber estar, su tranquilidad, buen estilo. Estoy muy contento con él.
- ¿Qué le deseas a la nueva pareja?
- Toda la felicidad del mundo, por supuesto. Que tengan hijos, que me hagan abuelo -ríe-. Son una pareja estupenda y ambos han tenido suerte de encontrarse. Estoy muy feliz.
- ¿En qué se parece a ti Isabelle?
- En su sentido del humor. Esa espontaneidad. Esa joie de vivre. Ha sido alguien muy fácil. Hay personas complicadas, pero ella no lo es. Cuando tienes a alguien que no tiene problemas complicados, que reacciona de manera sencilla, que no cambia su manera de reaccionar, pues estás tranquilo. Yo como padre nunca he tenido un problema. Hemos tenido suerte con el carácter en general de nuestros hijos.
- Algo tendrá que ver con la educación que les habéis dado Nina y tú.
- Sí, aunque tú puedes tratar de educar a alguien, el resultado depende mucho de su carácter, su manera de estar, de las cosas que aprecian o no aprecian. Eso lo descubren poco a poco en la evolución de la vida; pero con ellos no hemos tenido problema. Con ninguno de los tres, entonces como padres, tenemos suerte.
- La boda de Isabelle y Álvaro es portada de ¡HOLA!, tu matrimonio con Nina también lo fue.
- Sí, lo recuerdo muy bien. Y mi boda con Carolina también lo fue. Yo no conocía ¡HOLA! entonces, imagínate que me casé en el setenta y ocho con Carolina -ríe-.
- Ha pasado mucho.
- Mucho tiempo. Pero bien. Con Nina todo bien y con los niños no he tenido, no hemos tenido problemas, importantes quiero decir.