Fernando Verdasco se proclamaba hace un mes ganador del ATP Challenge de Monterrey (México) y su intención es seguir ampliando su palmarés. Durante estos días, el tenista madrileño está jugando la primera edición del Open de la Comunidad de Madrid, un torneo que se celebra desde el 11 al 17 de abril en el Club de Campo Villa de Madrid. En esta cita deportiva sus primeras sensaciones están siendo muy buenas, ya que ha vencido al búlgaro Dimitar Kuzmanov. Además, ha jugado ante unos aficionados de excepción: su mujer, Ana Boyer, y sus hijos Miguel y Mateo. Los tres se han convertido en sus talismanes en estos meses que está volviendo a tomar el pulso de la competición tras un año complicado a causa de una lesión en la rodilla y otra en el codo.
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Tras una mañana de deporte, la familia Verdasco Boyer abandonó las instalaciones del citado club fundado en 1930. Ana, con pantalones beige y abrigo verde, regresó al coche con su primogénito en brazos y dijo ante las cámaras de Europa Press que todo va "bien" en esta Semana Santa que gira para su familia en torno a la competición. Unos pasos por detrás se acercaba al vehículo Verdasco, con pantalones cortos de entrenamiento, un abrigo oscuro y una gorra de su propia firma. Tal y como puede verse en las imágenes, el tenista iba empujando un carrito y llevaba una bolsa deportiva.
La hija menor de Isabel Preysler compartió en sus redes varios stories en los que aparecía sentada a pie de pista mientras veía entrenar a su marido. "Qué friiiiiiio", escribió haciendo referencia a las bajas temperaturas que hay durante estos días en la capital española. Para demostrarlo, Ana grabó un vídeo en la que mostraba el cielo nublado y posaba luciendo dos chaquetas para intentar entrar en calor.
En este evento que pretende rememorar el Gran Prix que se celebró en la capital hasta 1995, el matrimonio se ha reencontrado también con amigos como Feliciano López, con el que han estado charlando los dos de forma distendida antes de regresar a casa. El jugador manchego, que dirige además el Mutua Madrid Open, se ha fotografiado a la salida con dos pequeñas seguidoras que han aprovechado la oportunidad de tener cerca a su ídolo para inmortalizar ese encuentro. Los dos tenistas son íntimos amigos desde hace años y esa buena sintonía la tienen también Ana Boyer y Sandra Gago. Ambas familias coinciden con frecuencia en campeonatos en los que aprovechan para hacer planes todos juntos.
Siempre juntos
Da igual si es Doha, donde tienen su residencia fijada, Madrid, México, Estados Unidos o cualquier parte del mundo. Ana intenta acompañar a Fernando en todos sus compromisos deportivos, a los que llevan también a sus niños. Aunque al principio la hermana de la marquesa de Griñon reconoce que fue difícil adaptarse, ahora están acostumbrados a viajar y trasladan al tenista toda su energía para dar lo mejor de sí mismo en la pista. Además, aprovechan sus diferentes destinos para tener unos días de descanso y relax los cuatro juntos. Tanto Miguel como Mateo, que tienen tres y un año respectivamente, son dos niños "todoterreno" que viven el tenis de una manera muy cercana desde bebés. A su primogénito le gusta tanto la profesión de su progenitor que su primera palabra fue pelota. El pequeño también parece interesado según han contado sus padres en ¡HOLA!, aunque consideran que es aún pronto para saberlo con certeza.
Ana y Fernando, que se conocieron en un concierto del hermano de ella, Enrique Iglesias, están encantados con la familia que han formado y se sienten privilegiados de no perderse nada de la evolución de sus niños. Los pequeños llenan de alegría su ajetreada rutina y entre ellos se llevan muy bien. A pesar de que sus personalidades son distintas, el poco tiempo que se llevan les permite jugar juntos y crear un vínculo muy especial según va pasando el tiempo. La propia Boyer explicaba recientemente muy orgullosa que se lo pasan muy bien el uno con el otro y que cuando los separan preguntan constantemente por su hermano.