Son rostros muy conocidos por el público, Joaquín Padilla se mete todos los mediodías en las casas de millones de personas poniendo la nota musical en La ruleta de la suerte, el veterano y exitoso programa de Antena 3, aunque no es su primera experiencia televisivia y muchos le conocerán por haber sido el cantante de Iguana Tango, el grupo que amenizaba los debates de Gran Hermano en el año 2003. Chus Herranz es la directora artística del musical We Will Rock You, además ha cantado con Raphael, ha girado con artistas como David Bustamante o Merche y ha actuado en Eurovisión en el año 2004 junto a Ramón (OT). Pero su versatilidad va más allá y también ha sido presentadora del programa infantil Birlokus Club en Telecinco y ha trabajado como actriz en series como Yo soy Bea, Física o Química o Dreamland y ha formado parte de más de una veintena de musicales. Son pareja en lo musical y en lo sentimental, juntos han formado el grupo Entrelazados y acaban de lanzar su primer EP El amor es la respuesta.
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Llevan 8 años juntos y, tal y como nos cuentan, tienen una curiosa historia personal detrás. El destino es caprichoso y pese a vivir toda la vida a dos calles, en el madrileño barrio de San Blas, jamás se vieron. Ambos llevan a sus espaldas una dilatada carrera de más de veinte años en la que en multitud de ocasiones habían estado en el mismo lugar con poco tiempo de diferencia o incluso pared con pared en un local de ensayo, pero sin saberlo. Se han ido "persiguiendo", porque sus pasos profesionales avanzaban parejos pero jamás habían llegado a coincidir. Sus vidas han transcurrido de manera paralela hasta que un día, por fin, sus caminos se cruzaron sobre un escenario y se entrelazaron para siempre en lo musical y en lo sentimental, de ahí nace el nombre del dúo que crearon en 2019, Entrelazados. Su música se basa en grandes canciones atemporales de pop rock cuyas letras profundizan en la vida, el amor y la esperanza.
- El amor es la respuesta es un disco que suena a verdad ¿cómo ha sido ese proceso?
Joaquín (J): Es un trabajo que hemos tardado mucho en sacar porque, cuando decidimos hacer este proyecto, queríamos cuidarlo mucho, que estuviera muy mimado. Los dos llevamos mucho tiempo en el mundo de la música y cuando uno tiene una trayectoria detrás ya tiene claro lo que quiere y, sobre todo, lo que no. Conocemos las mieles y los sinsabores de la industria y con este álbum queríamos hacer un disco con el que sentirnos orgullosos. Que no fuera una excusa para girar, sino que tuviera canciones que pudieran perdurar en el tiempo.
- ¿El amor y la verdad son el hilo conductor de este trabajo?
Chus (C): Sí, totalmente. Lo has dicho superbién porque, principalmente, son esos los dos componentes, sobre todo el amor de verdad, algo que la gente ve como algo irreal. Por lo que es muy chulo que unir estos dos concepto, porque es que es lo que hay en nuestra historia real y no nos podemos inventar otra. Todo este mensaje está implícito en el disco, cada canción tiene un trasfondo del amor como una forma de expresión, como una forma de moverte en el mundo y como una mirada desde la que ver absolutamente todo. Además de nuestra historia, personalmente pienso que el amor de pareja, el romántico no es algo edulcorado, algo rosa, sino que es de valientes. Mantener una relación es un trabajo minucioso que abre muchas grietas en ti y donde tienes que poner luz si de verdad estás entregado a una relación. Así que también hablamos de esto y de las partes menos bonitas, de las partes más duras de crecimiento, de confrontación con el otro.
- En Que cambien ellos hay una frase en la que decís: "Somos un espejo donde ven sus miedos". Muy típico lo de querer destrozar lo vuestro proyectando su reflejo, no el vuestro.
C: Claro, les frustra, porque piensan: "Si el amor funciona... ¿entonces quién soy yo que a mí no me ha funcionado? Eso les confronta porque les pones un espejo delante y no les gusta.
- Y como lo mío no funciona, pues voy a destrozar lo del resto.
C: Claro. Tú puedes creer en algo o no y es muy respetable. Cree en lo que quieras, pero deja a los demás que también lo hagan. Pero es más fácil plantearse los fallos ajenos que los propios. Es que es así, no querer mirarse.
J: Y es extrapolable fuera del amor. Nosotros que tenemos profesiones creativas y, claro, a mucha gente que le dices: "quiero ser músico", Y ya te salen con que eso tiene muy pocas salidas, que es muy complicado porque no tenemos trabajo y de salen con lo que porqué no tenemos un trabajo normal. Yo me parece muy normal, ¿sabes? (risas) Entonces hay un intento que es lo que dices, esta gente está persiguiendo su sueño, está siendo honesta consigo misma y yo no, es como que necesitan que te vaya mal para que ellos decir: "Ah, bueno, tenía yo razón, es que son unos ilusos que creen en las estrellas y en los sueños.
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- Rompéis el mito de que trabajar con la pareja no es una condena.
J: Nos lo dicen mucho y yo no lo acabo de entender. No es lo mismo que tú estés trabajando en un sitio que no te gusta, fastidiado, levantándote a las seis de la mañana, con un jefe que te hace la vida imposible y que, además, trabajes con tu pareja… pero entonces el problema no es tu pareja, lo son el resto de las cosas, que en un trabajo como el nuestro.
C: Ya, pero es verdad, pero incluso así, la gente lo reduce a trabajar con tu pareja, sin importar en qué sea. Para ellos es un infierno y es muy complicado.
- Si estás bien con tu pareja, ¿qué problema hay en pasar también ese tiempo juntos?
C: Claro, si es que es mejor. Y siempre se discute, porque las parejas que no lo hacen es porque uno de los dos le ha cedido la personalidad al otro y eso no es sano. Yo creo que el tema radica en que la gente discute muy mal. Cuando se enfadan con su pareja es una batalla campal, pero claro, para nosotros que no nos pasa, es guay, porque cuando tenemos una desavenencia o un contratiempo, lo consensuamos, lo hablamos y lo tratamos de una manera en la que los dos ganemos algo.
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- Como si por no trabajar con tu pareja no se discutiera.
J: Es que eso es lo que yo digo, es como si de repente se creará un escenario diferente. Para mí es mucho mejor ir a tocar con Chus y que vayamos los dos juntos, que que ella esté tocando en Murcia y yo en A Coruña. Además así también tienes a alguien en quien apoyarte porque en todos los trabajos hay muchas mieles y muchos sinsabores, sobre todo en el nuestro, y hay muchos días complicados, hay reveses… pero tienes que sonreír. Tener a tu pareja es algo muy bueno.
C: Claro y además te entiende desde el mismo lugar. Tú eres tu instrumento de trabajo y te subes ahí arriba y te pueden haber pasado muchas cosas, si tienes delante a alguien que te entiende, que te apoya, que sabe el viaje que estás atravesando... pues te ayuda con la maleta.
- En un artista la parte del ego es importante, ¿cómo controláis eso para que no influya en vuestra relación?
C: Es necesario, pero para todos, no solo para los artistas. Lo que pasa es que en esta profesión ponemos enfrente un personaje, que es el ego, al que no hay que confundir con la persona. Tienes que ser amiga de tu ego, mirarle y dejarle actuar hasta cierto punto. Si lo sabes gestionar bien es muy buen compañero porque te avisa y te hace darte cuenta de algunas cosas importantes. Pero cuando te has identificado absolutamente con tu personaje y crees que eres lo que haces… ¡ahí vamos mal! Porque ha tomado el timón y dirige, y te pegas unas tortas contra cosas, personas y situaciones que no son buenas.
- Lo importante siempre es el equilibrio.
J: Así es. En lo que respecta a nuestra relación, nosotros lo manejamos bien. Cuando estás en casa sabes a quien se le da mejor doblar la ropa, la informática o lo que sea... no es que el que lo haga menos bien no lo haga nunca, pero si vienen invitados lo normal es que la cena la prepare Chus y no yo, porque si no no vuelven (risas) Si en la banda hay unas notas muy altas a las que Chus llega de maravilla, sería absurdo que yo lo quisiera hacer, porque los dos tenemos el mismo fin: que esto llegue lo más lejos posible y quede lo mejor posible. Es un trabajo personal que hemos hecho los dos pero que se hace dentro, en pareja. El ego lo trabajamos desde la naturalidad, que es lo que falta en la vida, ver las cosas así.
Tenéis los dos más de 20 años de carrera a vuestras espaldas, pero me da la sensación de que estáis viviendo este trabajo como si fuera el primero.
J: ¡Absolutamente! No importa lo que hemos hecho antes… empezamos de cero, tocando en salas pequeñas, el 20 de abril tocamos, por ejemplo, en Madrid en el Jazzville. Es una vuelta al origen, a convencer a la gente de que lo que haces es bueno y a reencontrarte con esa ilusión. Es distinto por todo lo que estamos entregando y es muy arriesgado porque: es un proyecto nuevo, que empiezas con 45 años, con una trayectoria que la gente ya conoce, con tu pareja… con un mensaje que habla del amor romántico cuando no es lo que se estila ahora. Todo está “en nuestra contra” y por eso nos hace tanta ilusión. Para nosotros significa mucho más que la primera vez, porque es nuestra verdad, los dos podemos decir que los sueños se pueden cumplir.
C: Es muy bonito porque vuelves a conectar con esa ilusión del principio y es muy emocionante. Es precioso sentir eso a estas alturas de la película.
- Hablamos del amor en estado puro, en la vida se pasa por muchos momentos… ¿en alguno perdisteis la fe en el amor?
J: Desde que nos conocemos, no. Mi viaje ha sido al revés, yo no creía en el amor romántico para toda la vida, sí creía en el amor incondicional por tus sueños o tu profesión, el otro lo veía como algo imposible. Hasta que apareció Chus y ahora veo la vida de otra manera. En mi caso no dejé a creer, sino que comencé a creer. En el resto de aspectos que no son románticos, nunca, porque el amor lo mueve todo, cuando haces lo que sea con cariño, sale de otra manera.
C: Yo tampoco he perdido nunca la fe en el amor, aunque sí hay veces que el mundo te lo pone difícil, todo lo que está pasando ahora te hace dejar de creer un poco en el ser humano. Pero dentro de todo ese desastre hay actos de amor enormes y yo creo que las personas somos eso en realidad. Creemos fervientemente en el amor como modo de expresión y de vida. Pero a veces cuesta mucho seguir creyendo en él a pesar del dolor cuanod algo te está rompiendo por dentro.
- Me gusta mucho una cosa que os he escuchado decir de que vosotros no os conocisteis sino que reconocisteis...
C: Cuando Joaquín y yo nos conocimos, sentí que era una persona familiar para mí, aparte de toda la información de vivir toda la vida a dos calles, de que profesionalmente nos fuéramos pisando los talones prácticamente hemos ido toda la vida de manera paralela hasta que nuestros caminos se cruzaron y de ahí viene lo de "entrelazados". Los dos tuvimos esa sensación de familiaridad de te conozco, te reconozco, ya te conocía y tenemos esa certeza, es muy fuerte. Es metafísico pero es que es real, es verdad. ¡Es una cosa brutal!.
- Compartíais canciones y escenario en la Edad de Oro del Pop Español, ¿cómo os dais cuenta de que eso que sentís va más allá de la música y que os habéis enamorado?
C: Va más allá de poder explicarlo con palabras, no te lo puedo verbalizar. Es una energía que emana de la otra persona y que te completa de alguna manera. Hay una alquimia a nivel personal que no puedo explicarte y que tambíen tenemos sobre el escenrio. ¿Cómo os disteis cuenta? ¡No lo sé! Fue reconectar con algo que ya era muy profundo
J: Lo que sí que te puedo decir es que nosotros no pasamos por un periodo de enamorarnos en plan de: te conoces, la vuelvo a ver, pues me gusta… no. La primera vez que yo la ví fue en unos ensayos y al acabar fuimos a cenar toda la compañía, en el camino estuvimos hablando y al llegar al hotel, recuerdo entrar en la habitación y decir en voz alta: “Esta chica me acaba de cambiar la vida. Me acaba de dar la vuelta a todo”. Escribmos una canción sobre eso donde decimos: "El mundo se dio la vuelta, hizo algunas piruetas y no ha dejado de bailar”
- Chus, tú que estuviste en Eurovisión, ¿cómo ves todo lo que se ha montado este año en torno a Chanel?
C: Eurovisión es un fenómeno social que he podido vivir en primera persona. Con respecto a la polémica… es que se han mezclado cosas. Que no te guste una canción o un estilo para representar a tu país, es una cosa. Y el artista, es otra. Chanel Terrero, que ha sido compañera y somos amigas porque es un ser maravilloso, es una tía con unas características artísticas y una potencia increíble. Me gusta mucho que sea ella la que va, porque esto de cantar, bailar e interpretar a la vez, que ella hace de una manera alucinante, se ha visto siempre en este país como que no puedes hacerlo todo bien. Es algo que llevamos haciendo los actores de musical desde hace muchos años y ella lo está poniendo en valor. Es una experiencia que no va a olvidar en su vida, que se te queda en la mente y en la retina para siempre. Así que ojalá obtenga un buen puesto y, si no, la vamos a seguir queriendo igual.
- Joaquín, ¿cómo llevas tú lo de cambiar los escenarios por los platós con La ruleta de la suerte?
J: Me encanta y me lo paso muy bien. El trabajo es complicado de narices (risas) porque tienes que hacer un montón de temas... La gente no lo sabe pero, la banda del programa no ensayamos las canciones que tocamos. Nos las aprendemos cada uno por separado, a través de un link que nos mandan y nos dicen: "desde este punto a este punto". Llegamos allí y los 15 minutos antes de comience el programa, mientras se les explica a los concursantes cómo es el funcionamiento, nosotros las tocamos por primera vez juntos. Nosotros nos lo pasamos muy bien, intentamos defender la canción, unas veces mejor, otras peor… pero allí la gente es una maravilla. Yo le vacilo mucho a Jorge Fernández y la gente lo ve y lo transmite. Hablo con Jorge igual en la cafetería que en el programa. Es superdivertido y la gente nos quiere un montón, somos líderes de audiencia desde que empezó hace años.
- Joaquín tu tienes una hija de una relación anterior, ¿le llama el mundo artístico?
J: Andrea tiene 10 años, le encanta bailar desde que tiene cuatro y cantar y todo esto, bueno, como a todos los niños. Pero un día Chus, que es bailarina profesional, la vio y dijo: "esta niña baila tiene unas cualidades". Desde los 5 años está en baile y desde hace dos está en clases de teatro musical. Le apasiona el baile, el canto, la interpretación, está como loca, todos los días quiere venir a vernos. Chus lleva la dirección de We will rock you, y ella siempre quiere ir, ver a la gente en maquillaje, en los camerinos… Ha estado en la tele y le gusta mucho también, es pasión.
- Musicalmente ya os conocemos ahora, Chus, cuéntame cómo es Joaquín.
C: Joaquín es una persona inteligentísima, con una capacidad intelectual increíble para hacer mucas cosas y hacerlas muy bien. Es un niño chico, lleno de pasión, de amor por lo que hace, de entrega… Tiene una capacidad inmensa para poder abordar todo lo que pasa por su cabeza que es un hervidero de ideas maravillosas. Es un compositor increíble y una persona que te hace muy fácil la vida. Es un compañero con el que puedes compartir todo: lo bueno, lo malo y lo regular, lo cotidiano, lo excéntrico, lo espiritual, todo. Tengo un compañero de vida maravilloso y no podría tenerlo mejor, no podría ser nadie más que él.
- Te toca a ti, ¿cómo es Chus?
J: Lo que te he dicho antes de la admiración que sentimos también es como personas. Es un ser de luz, alguien que aparece e ilumina la vida de la gente. Siempre tiene la palabra exacta y perfecta para ayudarte, para apoyarte, para enseñarte. ¡Es increíble! Es muy buena persona, desprende mucha bondad y hace muy feliz a la gente que tiene alrededor. Su energía es muy blanca, muy pura e ilumina todo. Y esa es la mejor definición que te puedo dar de ella. Cuando tú tienes a una persona al lado que te produce esa energía, no quieres separarte de ella.
- Como en la vida no todo es trabajo, ¿qué otras cosas os gustan hacer?
J: A mí leer, es algo que me encanta. También me apasionan la historia y el arte, por eso cuando podemos viajamos e intentamos conocer sitios, la historia. Y, desde hace un tiempo, gracias a Chus, hago un poco más de caso a la vida espiritual.
C: A mí me encanta ayudar a otros a encontrarse a sí mismos, a conectar con lo que realmente son. Mi camino de vida ha sido un viaje muy intenso con una infancia y una adolescencia muy dura. Hoy estoy donde estoy, pero podría estar en un lugar mucho más lúgrubre, oscuro y sombrio… Hace dos años me certifiqué como coach poder transmitir eso a otros y que encontraran la manera de llegar a lo que son, independientemente de lo que hubieran pasado en la vida. Es maravilloso poder hacerlo y me encanta. A través de esta formación también conecté con el lado espiritual, con la meditación, con el yoga... lo recomiendo porque te ayuda a conocerte a ti mismo y no hay mayor poder que ese: saber quién eres de verdad. Me encanta la naturaleza, es donde me recargo. Me encanta cocinar, soy muy hogareña, me gusta mucho una tacita de té con una peli… soy muy normal.