laura v zquez y jos ram n de la morena© Javier Alonso

En la presentación de su primer libro: ‘Viajar, Vivir, Amar’

Laura Vázquez, mujer de José Ramón de la Morena, nos habla del drama que estuvo a punto de vivir: ‘Nos dijeron que el niño podía venir ciego o sordo’

‘Fue un mes muy duro y lo pasamos muy mal, pero el pequeño José Ramón está perfecto, sano y alegre’


10 de abril de 2022 - 10:02 CEST

Laura Vázquez, mujer del periodista  José Ramón de la Morena , está feliz tanto en lo personal como en lo profesional. Unida sentimentalmente al que fuera director y presentador de El Transistor, programa deportivo de Onda Cero, con quien  se casó en noviembre del año pasado , la abogada y socióloga, de cuarenta y un años, nacida en La Carolina (Jaén) reaparecía públicamente para presentar su primer libro, Viajar, Vivir, Amar (Ed. Espasa), en el que relata como sus viajes por más de cincuenta países, la mayoría de las veces en solitario y con sólo una mochila a cuestas, han influido decisivamente en la persona que es ahora.

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© Javier Alonso

Laura Vázquez nació en La Carolina (Jaén) en 1981 y es licenciada en Sociología y Derecho.

-Enhorabuena, Laura. Háblame de tu primer libro, ¿cómo surgió la idea de publicarlo?

-Surgió porque en la página de la Fundacion José Ramón de la Morena, donde estoy trabajando, publico un artículo de viajes cada tres semanas. La editorial lo vio el pasado verano, se puso en contacto conmigo y me planteó la idea de convertir mis artículos no sólo en un libro de viajes sino también de crecimiento personal.

 -Además de viajar, hablas de vivir y amar, ¿es algo que a muchos se nos olvida?

-Creo que sí. Vamos con las pilas puestas todo el día y no nos paramos ni un segundo a pensar en las cosas importantes de la vida. Por otra parte, quise reflejar esas tres palabras en el título porque para mi son muy importantes.

-¿Qué significa para ti viajar?

-Significa mucho. A mí viajar hacia fuera me ha hecho conocerme mejor por dentro.

© Javier Alonso

“Yo era muy autoexigente y, con mis viajes, me di cuenta que no puedes estar controlando todo y pretender que todo salga bien siempre”.

-¿Y vivir? 

-Me he dado cuenta que cada día que pasa hay que vivirlo con intensidad. Hoy estás y mañana no, todo suma en la vida

-¿Y amar?

-Porque hay que ponerle amor a todo lo que hacemos, a las personas, a cada cosa que hacemos e incluso a los enemigos.

-Hace tiempo que repetías una frase: ‘Si quieres que algo cambie, haz que cambie’. ¿Qué hicisite cambiar en ti?

-Muchísimas cosas. Como te he dicho, viajar fue lo que me hizo a mi hacer el clip. Por ejemplo, los viajes me hicieron aceptar la soledad. El ser humano está acostumbrado a estar siempre con gente, compartiendo todo lo que le pasa. Yo, al divorciarme, después de quince años de relación, salí de esa burbuja y tuve que empezar de cero. Y me di cuenta que la soledad es realmente muy importante.

© Javier Alonso

Laura Vázquez con su marido, José Ramón de la Morena, con quien se casó en noviembre del año pasado.

-¿De qué otras más cosas te diste cuenta?

-Yo era muy autoexigente y, con mis viajes, me di cuenta que no puedes estar controlando todo y pretender que todo salga bien siempre. Eso lo aplicaba en los viajes, pero, al volver a mi día a día, a la zona de confort, lo aplicaba también. También he aprendido a no juzgar ni a la gente ni las situaciones. Cada uno tiene sus motivos para actuar como actúa y todos somos como somos en función de lo que hemos vivido.

-¿Viajar se convirtió realmente en una terapia para ti?

-En su momento sí lo fue porque me sirvió para conocerme a mí misma mucho más y para afrontar mucho mejor los problemas en mi día a día. He afrontado el poder cambiar de trabajo, dejar una ciudad, cambiar de piso, conocer gente nueva. Te reinventas en algunos aspectos de tu interior.

-Llevas en tus viajes una mochila ligera, ¿qué peso le has quitado?

-Te aseguro que pesaban más los miedos que la ropa que llevaba. Y no sólo es que llevara poca ropa, sino que además llevaba poco dinero. El presupuesto con el que viajaba era de veintinco euros diarios. Aprendes a despojarte de todo de la material y, a nivel interior, los miedos los vas superando. A medida que vas pasando aventuras y vas superando cada una de esas minipruebas o miniretos, la autoestima te va subiendo y te ves capaz de afrontar mejor todo lo que te pasa.

© Javier Alonso

Laura ante la portada de su libro.

-Después de tu experiencia, ¿cuál es el mejor consejo que le darías a tu hijo?

-Jajaja... Lo primero que le diría es: no hagas lo que ha hecho tu madre. Pero también le diría que hay que experimentar las cosas para aprender de ellas, que tiene que vivir su camino y que tiene que aprender a tomar decisiones y ser consecuente con ellas.

-¿Cómo es ahora Laura Vázquez? Dime tres palabras con la que te definirías.

-Soy muy inquieta, eso no lo he cambiado para nada, soy más sensata y estoy más tranquila.

-Un capítulo es: ‘Quererte para querer’. ¿Qué quieres dar a entender con ello?

-Que lo más importante es la autoestima hacia uno mismo. Cuando uno no se trata bien, no se acepta como es y no se mima a uno mismo, es imposible querer a alguien o que alguien te quiera como tú eres. Al fin y al cabo, somos un espejo, y si lo que ves en el espejo no te gusta, vas mal. Hay que mimarse más a uno mismo y no centrarse tanto en los demás.

© Javier Alonso

Laura Vázquez estuvo rodeada de amigos como Miguel Ángel Gil Marín, consjero delegado del Atlético de Madrid, Vicente del Bosque, Pedro Delgado, el torero José Tomás, el cantante José Merce y el Mago Pop.

-Ahora, cuando te miras al espejo, ¿te encanta lo que ves?

-¡Para nada! Tengo muchas cosas muy malas, pero me acepto como soy y lo que hago es intentar mejorar: soy nerviosa, muy quisquillosa, perfeccionista.

-¿Qué miedos tuviste que vencer para empezar a quererte?

-Tenía mucho miedo a la soledad. Yo estaba en casa y quería ver una película, pero no quería verla sola. Tenía que quedar con gente y todo lo que me pasaba lo tenía que compartir. Yo creo que ese es un miedo muy común que tenemos todos y que ahora, en cambio, lo disfruto mucho.

-Con el paso de los años, has aprendido que no es necesario hacer siempre lo que se quiere, sino querer siempre lo que se hace. Ahora mismo, ¿con qué cosas alcanzas la plenitud como ser?

-Pues mira, leyendo un libro por ejemplo. Y también disfrutando de otras pequeñas cosas como por ejemplo una puesta de sol. Son cosas a las que antes no les daba mucha importancia, porque se la daba más al movimiento y a la actividad. Ahora, sin embargo, valoro más lo que estoy haciendo en el momento. No se trata de hacer diez cosas sino de hacer tres que te gustan. Yo la verdad es que antes hacía muchas cosas para ocupar el tiempo.

© @lau_279

“Siempre he respetado mucho su profesión y lo admiro mucho como profesional”, dice Laura de su marido.

- Ahora estás casada con José Ramón de la Morena, ¿lo conociste por casualidad o por causalidad?

-Te tengo que decir que fue por una supercasualidad de la vida porque ninguno de los dos teníamos que estar en ese sitio inicialmente y los dos acabamos en la misma cena. Así fue como nos conocimos.

-Él es un apasionado de su trabajo y tú de los viajes, ¿cuál es vuestro nexo de unión? 

-A José Ramón también le gusta muchísimo viajar. Lo hace de otra manera, obviamente, porque no viaja con un presupuesto de veinticinco euros diarios. No he conseguido todavía que lo haga, aunque no lo descarto. Además, los dos somos muy inquietos y curiosos, nos gusta mucho conocer cosas nuevas. Por otra parte, siempre he respetado mucho su profesión y lo admiro como profesional.

-Hace un año comenzaste una nueva aventura, la de la maternidad. ¿Qué es lo que te ha enseñado?

-Me ha enseñado a tener mucha paciencia o, mejor dicho, a que hay que tener mucha paciencia. Por otra parte, se me ha vuelto a despertar la autoexigencia, aunque también he descubierto que mi hijo no me necesita perfecta sino feliz.

© @lau_279

Laura y José Ramón de la Morena con su hijo, José Ramón, de un año “Mi hijo no me necesita perfecta sino feliz”, asegura.

-¿Cómo está tu hijo?

En el sexto o séptimo mes, que nos comunicaron que yo me había infectado. En el libro cuento que nos dijeron que el niño podía nacer ciego o sordo o con algún problema motriz. Estuvimos así un mes hasta que, en unas pruebas, vieron que yo me había infectado, pero que la infección no había llegado al feto. Fue un mes muy duro y lo pasamos muy mal, pero el pequeño José Ramón está ahora perfecto, sano y alegre.

-Compaginas la maternidad con tu trabajo como directora de proyectos de la Fundación José Ramón de la Morena. ¿Qué haces en ese papel?

-Tenemos varios proyectos sociales y otros deportivos. En la parte social los más destacados son el proyecto que tenemos en Pakistán con Sebastián Álvaro, en un pueblo que se llama Hushé. Gracias a esta colaboración unos cuantos niños pueden acabar sus estudios secundarios y universitarios y salir de un pueblecito del que si no nunca podrían salir. Y después las Brigadas Urológicas con el doctor Litton, a las que diez días al año, en sus vacaciones, los llevamos a un país de Sudamerica. En mayo, se van a ir a El Salvador, y allí hacen operaciones de alto riesgo porque los médicos de lugar no están tan formados como los de aquí. Ellos van, hacen las operaciones y a la vez dan una formación. Luego hacemos carreras solidarias, pequeñas colaboraciones en torneos con niños y luego en la parte deportiva los torneos de laLiga Promises. La verdad es que no paramos.