Desolada. Así se encuentra la infanta Elena tras conocer la muerte de uno de sus mejores amigos, el coronel José María Álvarez de Toledo Gómez-Trenor, conde de La Ventosa, fallecido esta semana a los 73 años. El aristócrata estaba casado con Rita Allendesalazar y de La Cierva, la persona más cercana a la hermana del rey Felipe VI. El matrimonio ha acompañado a la duquesa de Lugo en algunos de los momentos cruciales de su vida, como la separación de su marido, Jaime de Marichalar, y ha recibido en numerosas ocasiones la visita de la primogénita de los reyes eméritos en su finca de Muñopedro (Segovia).
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El funeral para darle el último adiós será este viernes ocho precisamente en la capital de la provincia castellana. Este lunes cuatro de febrero, ajenas por completo a la tragedia, la infanta Elena y su hija se reunieron con el matrimonio en Valladolid. Allí, en un agradable almuerzo, coincidieron con otros amigos como Virginia de Oñate, bisnieta de Juan Martínez Cabezas, ex secretario de la Diputación Provincial de Valladolid, según publicó la prensa local. Por esa razón la muerte del conde ha sido un golpe completamente sorprendente.
Tras conocer la noticia, Doña Elena se ha volcado con su amiga, quien celebró treinta y cinco años de matrimonio con su marido el pasado verano. Era la segunda boda para él, casado en primeras nupcias con Gracia Mariana de Mazarredo Pampló. José María y Rita se casaron en junio de 1986 en la ermita de Santa María de Tajuña, en Chinchón (Madrid), ante otros aristócratas, como el marqués de Velada o el conde de Berbedel. El conde de La Ventosa formaba parte de algunas órdenes nobiliarias, como la de la caballería del Real Cuerpo de la Nobleza de Madrid o la Real Maestranza de Caballería de Valencia, donde solo pueden acceder quienes tengan cuatro apellidos aristocráticos.
No hay constancia en la hemeroteca de que la infanta Elena asistiera al enlace. Cinco años mayor que ella, Rita y Doña Elena son amigas desde la infancia. Una relación que se forjó en palacio, ya que Rita era hija de José María Allendesalazar, conde de Montefuerte y jefe de protocolo de la Casa Real durante la Transición. Además, según contó El Mundo, ambas practicaban equitación en El Pardo y tenían el mismo profesor de equitación: el comandante Fernando Basain.
Esta es una afición que han seguido compartiendo, ya que ambas han sido fotografiadas juntas asistiendo a competiciones de salto de caballo, pero también de compras, en corridas de toros… y en eventos benéficos. En plena pandemia, las dos amigas sorprendieron a España al entornar Resistiré para mandar apoyo a los afectados por la enfermedad, especialmente dura en aquellos meses. Rita y su marido, el fallecido José María Álvarez de Toledo, también han jugado un papel importante para los hijos de la infanta, Felipe y Victoria Federica, muy unidos al matrimonio. De hecho, en ocasiones, los han criado como a los hijos que nunca tuvieron. Hoy, todos ellos lloran la muerte del que siempre fue algo más que un amigo para ellos.