Matías Prats, la tercera generación de la popular saga de periodistas, está de estreno. Debuta como novelista con El futuro que olvidaste (edit. Harpercollins), una obra en la que destapa su nueva y desconocida faceta literaria. Él, de momento y por prudencia, no quiere presumir demasiado: "Tengo un respeto reverencial por los escritores con mayúsculas", dice a ¡HOLA! en esta entrevista en la que nos transmite todo el "cariño y pasión" que ha puesto en su libro. Al terminar su creación, el comunicador de 37 años pensó en su madre Maite Chacón, ya que "estamos muy unidos y me salió muy de dentro dedicárselo", confiesa. Una mujer que "merece mucho la pena" y no está tan acostumbrada a llevarse los "merecidos elogios" que sí recibe su padre, recuerda. Durante la charla, el presentador deportivo habla también de su trabajo como profesor universitario, de sus entrevistas al rey Felipe, de cómo vivió la boda de su hermana Marta celebrada el pasado septiembre e incluso nos desvela que su pareja sentimental, quien por ahora prefiere mantenerse en el anonimato, también es del gremio.
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Acostumbrado a ser tú el que entrevistas, ¿cómo te ves cuanto eres el entrevistado?
Me siento raro, porque el traje que a mí me queda bien es el de entrevistador... pero bueno, me voy defendiendo como puedo porque ya he hecho algunas antes. Soy periodista vocacional y, además, el género que más me gusta es la entrevista, sobre todo ahora que ha perdido un poquito de vigencia ya que cada vez cuesta más aproximarse a los protagonistas
Debutas como escritor con esta novela, ¿cuáles son los principales ingredientes que vamos a encontrar en ella?
El libro habla de salud mental, de suicidio, de divorcio, de enamoramiento, de conflictos familiares, de cosas que nos pasan a todos... También me centro en cómo es la retirada de un gran deportista, cómo muchas veces se sienten solos y perdidos, sin una brújula y sin motivación. Cómo han vivido en una burbuja toda su vida y de repente salen de ahí y no saben casi ni sacarse un billete de avión. Es un buen tema para abordar
Además de periodista, presentador, escritor, también eres profesor universitario...
Sí, desde hace unos años doy clase en la Universidad Villanueva. Es un máster de periodismo. La verdad es que iba un poco escéptico al principio y me decía: "¿qué les tendré que enseñar yo a los chavales?". Y poco a poco me he ido soltando. Ellos son muy inquietos, curiosos.. unas generaciones donde están bastante bien preparados. Al final salen unas clases muy majas, productivas y participativas. Le intento animar y que, sobre todo, le pierdan el miedo al micrófono. Que se atrevan y pregunten, siempre documentados, pero que lo hagan
Debe impresionarles que alguien conocido, como tú, les dé clases...
¿Sabes cuando de verdad alucinan? Cuando una vez al año les llevo a mi padre. Porque el primer día cuando entro en clase, lo único que me preguntan es: "¿y qué día viene tu padre?"... Se ve que soy un actor secundario, pero el que les ve las caras todos los dís soy yo (ríe)
Haces televisión, radio, docencia... ¿cómo has sacado tiempo para escribir el libro?
Pues lo he sacado compatibilizándolo con la tele, que sobre todo me quita tiempo los viernes, sábado y domingos, y algunos jueves también. Y luego está Radio Marca, que he vuelto a colaborar con ellos y es el lugar donde yo nací. En cuanto al libro, empecé con mucha fuerza, entusiasmo y energía... y al cabo de un par de meses, cuando estaba ya bien enfilado y tenía las historia en la cabeza y la estaba plasmando fielmente, vino ese síndrome de la página en blanco. Algo que les pasa a muchos escritores, sobre todo a los inexpertos y novatos
¿Qué te pasó entonces?
Lo sufrí en mis propias carnes y estuve un par de meses sin querer saber nada de la novela. Sin embargo, al cabo de un tiempo, con la ayuda inestimable de mis editoras, me volvió a entrar la inspiración y encontré esas ganas de volver a escribir y sentarme. Tampoco he sido muy metódico, ya que escribía cuando me apetecía, incluso a las cuatro o cinco de la madrugada. Si tenía un ligero insomnio, me ponía a escribir. He tardado un año y pico y no ha sido fácil para mí. Era una experiencia nueva, aunque a la vez muy enriquecedora
Además, empezar con una obra de ficción en lugar de un relato periodístico, a priori resulta más complicado
Sí, me hubiera resultado más fácil estrenarme con algo que me tocara más de cerca, algo como la biografía de un deportista, o hablar de algún acontecimiento que haya cubierto... porque una obra de ficción requiere imaginación y talento, dos cosas de las que yo no voy sobrado (ríe). Reniego de la palabra "escritor" porque considero que me queda muy grande. Tengo un respeto reverencial por los escritores con mayúsculas y yo solo soy un periodista que ha escrito una novela. Me cuesta ponerme a su altura, que no lo estoy. Eso sí, a esta obra le he puesto mucho cariño y pasión, la misma que le pongo un fin de semana al informativo en la tele
¿Imaginas que tu obra llegara a adaptarse en la pequeña o gran pantalla?
Eso son palabras mayores (ríe). Me sorprendería, pero me haría mucha ilusión que se adaptara a una serie o al cine. Quién sabe, aunque de momento ya estoy muy contento por haber firmado y publicado mi primera novela. No sé si pararé aquí o tendré futuro como novelista y me atreveré con otra
Le has dedicado el libro a tu madre, ¿tenías claro que era para ella?
Sí. Es verdad que normalmente, de mi familia, el que se lleva los focos y los elogios es mi padre, con total merecimiento porque para mí es el mejor comunicador del mundo y un periodista con muchísimo prestigio, querido y admirado por todos. Pero creí conveniente que era el momento justo para darle el reconocimiento que merece a mi querida madre, Maite, que es un ejemplo de vida y de superar adversidades, de cariño... Estamos muy unidos y me salió muy de dentro dedicárselo. Para ella fue una sorpresa y creo que la ha hecho ilusión. Me llena de orgullo y satisfacción, como diría el Rey, hablar de mi madre, que es una persona que merece mucho la pena
¿Y le ha gustado la novela?
¡Oye! ¡Me ha dado el visto bueno!. Además, es un lectora empedernida que devora libros y me ha dicho que le ha gustado. Eso para mí ha sido un impulso y casi también un alivio, ya que era la primera lectora cercana que he tenido y la verdad es que ha sido muy gratificante escuchar lo que me dijo
¿Tu chica se lo ha leído?
Mi chica también se lo ha leído y también he recibido ciertos elogios
¿Te incomoda que te pregunten por ella?
Suelo ser muy prudente con estas cosas. A ella no le gustan mucho los focos, así que somos muy discretos. Ella es periodista, mejor que yo, de hecho, aunque también se dedica a otras cosas y no tiene nada que ver con lo mío. Ejerce la profesión, pero de una forma más discreta
El pasado septiembre se casó tu hermana Marta, ¿qué recuerdos tienes de la boda?
Fue un día muy especial y feliz para todos. Mi hermana es una persona muy trabajadora y está muy unida a nosotros, su familia. Ver ahí a mi padre con su chaqué, guapete, ilusionado e incluso emocionado por llevar a su hija al altar. Además, mi hermana ha elegido bien, lo que pasa es que mi cuñado es del Madrid y yo del Atleti (ríe). Y luego mi madre, cómo iba de guapa... o ver a los primos andaluces.... Fue un día que recordaremos siempre
Tienes una faceta de empresario menos conocida, como cuando abriste un centro de estética
Aquello fue una experiencia preciosa que me sirvió para conocer el mundo de los negocios, pero llegó una oferta, vendí mi parte y creo que fue una sabia decisión. Pero vamos, que el centro de estética sigue en pie y con el mismo nombre
¿Te cansa que te sigan preguntando por Sara Carbonero?
Sí, porque es una amiga más. Somos solo amigos
Has entrevistado varias veces en directo al rey Felipe, ¿cómo te has visto?
Es una entrevista encorsetada en la que no debes buscar el lucimiento. Más o menos, haces casi como de altavoz para el mensaje que quiera transmitir su majestad. Yo me mantengo en mi posición y que él diga lo que desee, porque sabe que no le voy a poner en ningún aprieto y creo que lo agradece. Él, además, sabe mucho de fútbol, de deporte y lo practica casi a nivel profesional con la vela. No le vas a pillar en fuera de juego si le preguntas por un jugador porque se los conoce a todos.
¿No te impresionaba preguntarle?
El primer día me impresionó un poco, por toda esa corte de guardaespaldas y de gente que le acompaña. Y luego me impactó mucho su altura, que me deja a mí pareciendo más bajito de lo que soy (ríe). Pero es un señor extremadamente educado y amable. Muy agradable. Jamás me ha puesto una mala cara por alguna pregunta. Si no estoy nervioso con él ni con nadie cuando hago una entrevista, debe ser porque lo he visto desde pequeño y tengo algún factor genético que me hace estar preparado para estas cosas
De todos los grandes acontecimientos deportivos que has cubierto, ¿cuál te ha marcado más?
Ver a Rafa Nadal ganar Roland Garros es una experiencia inolvidable, y mira que ha ganado muchos en la tierra batida de París, que es como su casa. Yo he estado presente en algunos de ellos, y Nadal es irrepetible. También tengo que destacar, por ejemplo, los éxitos de la Selección en el Mundial, la Eurocopa... o, una de mis primeras salidas que fue el Giro de Italia, que es muy duro porque supone tirarte más de veinte días en carretera, durmiendo cada noche en un hotel y una ciudad distinta, y conviviendo con auténticos superhéroes, que son los ciclistas, en el año que ganó Alberto Contador