Tamara Falcó estaba ilusionada con la boda de Álvaro Falcó e Isabelle Junot. No es un secreto que la diseñadora está muy unida a su primo, hijo de su tío Fernando Falcó -fallecido en octubre de 2020, tan sólo unos meses después de su padre, Carlos Falcó-; así que su asistencia el pasado sábado estaba asegurada, pero su look había sido, hasta el momento, uno de los secretos mejor guardados, que ahora ¡HOLA! desvela en exclusiva.
Tamara se ha convertido en todo un icono de estilo , siguiendo así la estela de su madre, Isabel Preysler, aunque el ‘sello Preysler’ presenta marcadas diferencias. Mientras que Isabel es la imagen de la elegancia clásica y eterna, la diseñadora hace gala de un estilo más desenfadado y jovial, pero no por ello menos sofisticado.
La marquesa de Griñón brilla con luz propia, y si sus elecciones en la pequeña pantalla no han pasado nunca desapercibidas, las que ha lucido en recientes bodas tampoco. Sabe cómo ser la invitada perfecta. Y, en esta ocasión, ha vuelto a dar una nueva lección de estilo de cómo convertirse en la testigo ideal -porque, como ya avanzó hace semanas, su papel iba a ser muy significativo-.
Tamara estrenó un modelo de su nueva colección cápsula, TFP, para Pedro del Hierro. Se trataba de un vestido largo de estampado floral con escote de pico, drapeado en la cintura y manga abullonada con botones. El toque final lo puso su tocado alado de rafia natural con crin y ‘rakis’ de pluma tintados de Mimoki.
Estaba muy feliz con su ‘nombramiento’ -fue la única testigo chica, como ella misma detalló, y, además, ella y su primo han crecido juntos-. Así que, en este día tan especial para Álvaro, quiso estar a su lado en todo momento. De hecho, el marqués de Cubas, algo nervioso, vivió los momentos previos a su enlace con la complicidad de su prima del alma, Tamara Falcó, y un grupo cercano de amigos -los hermanos Felipe y Carlos Cortina; Curro Caravaca; Jaime Pérez-Pla; Willy Ibáñez; Álvaro Vasco; Nico Masso; Alonso Aznar; Javier Laucirica y Borja Mendivil-.
Puede que fuese una de las invitadas que generó más expectación, no así la única Falcó que arropó a Álvaro. A ella se unieron sus hermanos mayores , Manuel Falcó, marqués de Castel-Moncayo, y Xandra Falcó, marquesa de Mirabel. Cuando los entonces marqueses de Cubas se separaron, en 1989, Álvaro tenía seis años y Carlos Falcó, marqués de Griñón, y sus hijos formaron un grupo familiar amplio celebrando fiestas navideñas, cumpleaños y aniversarios. Tampoco faltaron los más jóvenes, Duarte y Aldara, hijos del marqués de Griñón y Fátima de la Cierva, que también asistió a la cita.
Ya en la ceremonia, Tamara leyó el salmo responsorial y las peticiones —seis— fueron realizadas todas por testigos. Uno de los momentos más emotivos se produjo cuando se pidió por “todos aquellos que desde el cielo hoy se unen a esta celebración y a la alegría de estos esposos. Recordamos de una manera especial a Fernando, Carlos y Jaime”, en alusión a los recordados marqueses de Cubas y Griñón y al marido de Xandra, Jaime Carvajal, marqués de Almodóvar del Río. Los novios, siempre de la mano, tomaban también de las suyas a sus padrinos en un día que no olvidarán.