Ernesto de Hannover no podrá utilizar armas de fuego. En verano de 2020 al Príncipe le retiraron el permiso para poder usarlas tras un altercado que tuvo lugar en el pabellón de caza privado que posee en la localidad de Grünau im Almtal (Austria) y que ha sido su hogar durante prácticamente medio siglo. Ahora, tras haber recurrido judicialmente esa decisión, el Tribunal Administrativo del Estado ha desestimado la petición del todavía marido de la princesa Carolina de Mónaco al considerarla infundada y ha ratificado la prohibición inicial. Según ha indicado la jueza de Linz, Karin Lidauer, la razón es que el aristócrata "es un peligro para el público".
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El jefe de la Casa Güelfa, de 68 años, recurrió a objetos como cuchillos, una señal de tráfico o un bate de béisbol en los incidentes que se produjeron en su residencia austriaca. Tras las "frecuentes escaladas de violencia" a la magistrada le preocupa que, amparado por la ley de armas, pueda usar estos instrumentos "para poner en peligro la vida, la salud o la libertad de las personas o la propiedad de terceros mediante su uso indebido". Ahora el Príncipe tiene un plazo de seis semanas para apelar la decisión ante el Tribunal Constitucional o presentar un recurso extraordinario ante el Tribunal Administrativo.
El altercado que protagonizó hace prácticamente dos años ha tenido también otras consecuencias legales más allá del uso de armas. El Tribunal Regional Superior de Linz le condenó en marzo de 2021 a diez meses de prisión en régimen de libertad condicional, la prohibición de beber alcohol durante ese período de tiempo, acudir a psicoterapia y el abandono durante tres años de su lujosa residencia de Austria. En noviembre del mismo año esa sentencia fue anulada porque las condiciones no eran legales, según argumentaba la defensa. Para ese momento Ernesto de Hannover, que pasa largas temporadas en Madrid con su pareja, Claudia Stilianopoulos, ya había pasado por una clínica de bienestar llamada Vivamayr y ubicada en Altaussee, a aproximadamente una hora de Salzburgo.
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El origen de los hechos por los que el cuñado de Alberto de Mónaco ha tenido que enfrentarse a la justicia se sitúa entre julio y septiembre de 2020. En ese periodo insultó, amenazó y agredió en estado de ebriedad a agentes de policía. El tribunal regional de Wels consideró también probado que amenazó gravemente a una pareja que trabajaba en su pabellón de caza. Al celebrarse el juicio, los abogados de Hannover aseguraron que este comportamiento respondía a la complicada situación personal que estaba viviendo por el enfrentamiento con su hijo. Por su parte, el propio Príncipe se mostró antes el juez arrepentido por lo ocurrido, asumió su responsabilidad y aseguró que estaba dispuesto a hacer frente a los daños.
Un giro en el juicio contra su hijo
En las últimas semanas también ha habido novedades en la disputa legal por la herencia familiar que enfrenta desde hace años a Ernesto de Hannover y su hijo mayor, Ernest August, ahijado del rey Felipe VI. A finales de marzo, escasas horas antes del inicio de la vista oral, un portavoz del Príncipe anunció que había retirado la denuncia. Se trata, sin embargo, de una estrategia legal porque el proceso judicial no ha concluido. ¿El motivo? El padre de Alexandra de Hannover ha delegado sus derechos una empresa, movimiento que le libra de pagar los altos costes del juicio y hace que la compañía pueda obtener como recompensa parte de los cinco millones que le reclama a su primogénito.
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