El palacio del marqués de Mirabel volvió a ser ayer testigo de un nuevo capítulo en la historia de una de las grandes dinastías de nuestro país. La boda de Isabelle Junot y Álvaro Falcó -una de las más esperadas de la temporada- estaba rodeada de la máxima expectación; y pasadas las 13:00 horas de la tarde quedó desvelado el secreto mejor guardado, que ¡HOLA! ha mostrado en exclusiva: el vestido de la novia .
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La nueva marquesa de Cubas se convirtió en toda una princesa. Ya nos había avanzado que se trataría de un modelo creado, especialmente para ella, por Pronovias. Un vestido clásico, de escote balconette y mangas francesas, confeccionado con tejido de Gazar de seda; y con una falda, de gran volumen, que tiene una cola de dos metros y medio de altura. Sin embargo, la auténtica ‘joya’ de su look nupcial fue, sin lugar a dudas, la espectacular diadema de diamantes y perlas del siglo XIX, una histórica pieza de los Falcó que también llevó Xandra Falcó, marquesa de Mirabel y prima de su marido, el día de su boda.
Al llegar la noche, Isabelle cambió su look de princesa por uno más moderno -pero igual de elegante-. Al igual que muchas otras novias, la hija de Philippe Junot quiso disfrutar de su gran fiesta con otro atuendo que le permitiese sentirse más cómoda y tener más movimiento. La elección, que también confió a la firma Pronovias, fue un sofisticado traje de dos piezas, que combina varios tejidos ligeros y vaporosos.
La parte superior es un crop top de mangas raglán tres cuartos, cuyas costuras están cubiertas por una sutil puntilla entredos. La base del cuerpo es de tul plumetti, velado por un placement de encaje francés que realza la belleza de la novia.
La segunda pieza es una falda midi con cintura ribeteada en doble puntilla y canesú ajustado hasta la cadera, generando un volumen natural en el resto de la falda gracias a la combinación del tul plumetti con el encaje francés. Una creación detrás de la que se encuentran más de 140 horas de creación entre confección y modelaje del patrón.
El recogido bajo dejó paso a una coleta de altura media-alta, también peinada con raya al medio, que seguía dejando al descubierto los pendientes ear cuff de Rabat.
También hubo diferencias con respecto a su maquillaje. Gabriel Llano para Dior retocó un poco el maquillaje de su piel y limpiaron un poco el ojo para que todo el protagonismo se centrase en sus labios, que se pintaron de un tono un poco más fuerte que el que llevaba durante el día, en rojo burdeos.