Álvaro Falcó e Isabelle Junot ya han pasado por el altar y se han convertido, oficialmente, en marido y mujer. Estaba previsto que la boda más esperada de la temporada, que ha unido a dos familias -los Falcó y los Junot-, comenzase a las 13:00 horas, y, aunque no ha habido puntualidad británica, tampoco se ha retrasado en exceso. Pasados unos minutos, daba comienzo el enlace en un escenario con mucho significado.
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Cumpliendo con la tradición de los Falcó -como ellos mismos avanzaron a ¡HOLA! el pasado mes de noviembre- el palacio del marqués de Mirabel, en Plasencia, ha servido de marco de excepción a su enlace. Un edificio que ha sido testigo, durante siglos, de la historia de esta dinastía que se remonta al Gran Capitán.
La pareja ha dado el ‘sí, quiero’ en la íntima capilla del palacio, que ha sido adornada para la ocasión con vegetación de color verde y numerosas flores blancas silvestres, propias de la primavera -una estación que, según nos contaron los propios novios, les gustaba mucho-. Así se ha conseguido una decoración natural, muy fresca, que crea un sitio romántico y bucólico, que ejerce un perfecto contraste con los gruesos muros de piedra y la majestuosidad del palacio.
Como no podía ser de otro modo, el primero de los contrayentes en llegar ha sido Álvaro. El actual marqués de Cubas ha entrado en el templo del brazo de su madre, Marta Chávarri , una madrina muy elegante, vestida por Tot-Hom con un cojunto dos piezas compuesto por un pantalón palazzo y túnica corta, color azul marino.
El novio no tuvo que esperar mucho. Unos minutos más tarde aparecía su prometida. Nos contaba Isabelle recientemente que ella siempre se sentía como una princesa cuando estaba con Álvaro, pero hoy podemos decir que la ya marquesa de Cubas se ha convertido en una. Ataviada con un elegante vestido de escote balconette y una cola de dos metros y medio, ha completado su look con un velo de tul ilusión con capelina y una diadema de diamantes y perlas, del siglo XIX, que pertenece a la familia Falcó.
Isabelle ha caminado hacia el altar junto a su padre, Philippe Junot, que ha ido compartiendo confidencias con su hija. De hecho, el inversor se ha emocionado mucho en la ceremonia, que ha sido muy distendida. No han faltado las risas y los aplausos de todos los invitados reunidos en la capilla, y que han arropado a los novios, que se han cogido de la mano en todo momento, en este día tan especial con el que han sellado su bonita historia de amor, que comenzó, por casualidades del destino, hace casi cuatro años.