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“No tengo ni idea de como definir mi vestido. Creo que es tradicional con un toque moderno” nos decía, divertida, Isabelle Junot en una reciente entrevista. El secreto mejor guardado de cada boda, ha quedado desvelado a las 13 horas de este primaveral 2 de abril en el Palacio del Marqués de Mirabel, en Plasencia, un enclave vinculado a la familia de Álvaro Falcó desde hace seis siglos.
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El IV marqués de Cubas, hijo del recordado Fernando Falcó y de Marta Chávarri, y la hija de Philippe Junot y Nina Wendelboe-Larsen, eligieron este enclave único por su belleza, pero sobre todo por su valor emocional. “Para mí es importante casarme allí”, nos decía el novio en ¡HOLA! el pasado noviembre en su única entrevista. “Se ha convertido en una especie de tradición que comenzó con la boda de mis padres, en los años ochenta”.
Cuarenta años después de aquel ‘sí, quiero’ y seis después de su primer y divertido encuentro en la estación invernal de Gstaad (Suiza), Isabelle y Álvaro se casan en la pequeña capilla del siglo XVI del palacio. Un enclave único, con su impresionante patio renacentista como centro del enlace, para una novia única en su gran día. Como una auténtica princesa, la novia apareció del brazo de su padre y padrino tras recorrer uno de los pasillos de pórticos rematados con los blasones familiares.
El vestido, de Pronovias, creado especialmente para ella, es de escote balconette y mangas francesas confeccionado con tejido de Gazar de seda y cierre de botones centrales forrados del mismo tejido en la espalda. La falda, de gran volumen, tiene una cola de dos metros y medio desde la cintura, donde se producen frunces orgánicos que culminan con un cinturón ancho del mismo tejido. El velo es de tul ilusión con capelina. Espectacular, la novia culmina el look nupcial con pendientes de Rabat, su anillo de pedida, y, sobre su cabeza, una pieza muy especial, que entronca con la tradición de la familia Falcó. Se trata de una diadema de diamantes y perlas, una histórica joya de los Falcó que data del siglo XIX, y que también lució Xandra Falcó, marquesa de Mirabel, prima de Álvaro e hija del recordado Carlos Falcó, marqués de Griñón.
Por último, el broche de oro lo pone el peinado -un recogido de princesa, clásico que cede todo el protagonismo a la diadema- y el maquillaje, creado por Gabriel Llano para Dior, que, también, ha huido de artificios. En su gran día, Isabelle vuelve a hacer gala de la naturalidad y frescura que siempre han caracterizado a la nueva marquesa de Cubas.