Después de la pandemia, de dos años de incertidumbre, de formatos híbridos y esfuerzos extremos para que el show continuara, el show no solo continuó, sino que impactó —literalmente— en la nonagésima cuarta edición de los Oscar. Regresó la ceremonia a su hogar oficial, el Dolby Theatre, ubicado en el corazón de la ciudad de las estrellas. Días antes, se había desplegado frente al mítico edificio la alfombra roja, que parecía dibujar una sonrisa sobre el suelo de Los Ángeles. A pesar de las múltiples medidas de seguridad (como los continuos tests de PCR a los que se sometieron las estrellas antes de acceder a la ceremonia), la ‘normalidad’ campó a sus anchas por Hollywood. El cielo azul abrazaba a las estrellas, que, sin prisa pero sin pausa, desfilaban por la alfombra roja y rescataban el espíritu del ‘glamour’ que siempre rodea al ‘tío Oscar’. Las anfitrionas de la gala, Amy Schumer, Regina Hall y Wanda Sykes , recibieron a las estrellas… sin misericordia. Hubo bromas y chascarrillos para todos. No dejaron títere con cabeza, pero con un humor que, en estos tiempos grises, supuso un soplo de aire fresco… hasta que hizo su aparición en el escenario Chris Rock.
La gala se tambaleó ante una broma de mal gusto del comediante dirigida a Jada Pinkett Smith, mujer del nominado Will Smith. ‘El príncipe de Bel-Air’ no soportó, como otros hicieron estoicamente (de Nicole Kidman a Javier Bardem), sus palabras, que derivaron en uno de los momentos más violentos y surrealistas de toda la historia de los Oscar: Will Smith salió al escenario y, entre gritos e insultos, abofeteó al actor en directo. ¿Era real o ficción? El público, estupefacto, y los espectadores en su casa también. Lo que parecía un sketch… sucedió de verdad. Un momento bochornoso para una ceremonia que invitaba al optimismo y a la paz en tiempos turbulentos. Por fortuna, la alfombra roja nos había dejado, en las horas previas, momentos de buen gusto y esperanza. Y mucho acento español.
La alfombra de las parejas
Penélope Cruz (Madres paralelas) y Javier Bardem (Being the Ricardos), la pareja más esperada de esta edición, regresaban a la alfombra roja juntos —solo habían paseado en pareja en una ocasión, en 2011—, ambos nominados y ambos acariciando al ‘tío Oscar’, que, desafortunadamente, se les escapó de entre los dedos y recayó en Will Smith y Jessica Chastain. A pesar de la estatuilla fallida, hay mucho que celebrar porque han vuelto a hacer historia. El primer actor y la primera actriz españoles en lograr un Oscar (en 2008 y 2009, respectivamente) forman parte ya también del selecto club de parejas que han optado a este premio al mismo tiempo. Para ambos era su cuarta candidatura y para Penélope, además, por un papel en español y en una película de su amigo Pedro Almodóvar, que disfrutó de la ceremonia con ellos. Todo un hito para España, algo extraordinario e histórico, como señalaron sus protagonistas, que aterrizaron dispuestos a divertirse en la gran fiesta del cine.
‘El príncipe de Bel-Air’, el favorito, paseó sonriente con su mujer antes del altercado; Nicole Kidman llegó con su marido, Keith Urban, y Ashton Kutcher apoyó a su mujer, la actriz de origen ucraniano Mila Kunis, que dio paso a un minuto de silencio por la situación de su país
Bardem, más ilusionado por su mujer que por él, quería que se lo llevase ella: “Creo que tiene posibilidades reales”, contaba ante las cámaras. “A nivel personal, estoy muy contento por Penélope. Lo mío no hubiera tenido sentido sin lo suyo. No hubiera sido una celebración”, señalaba cuando conocieron sus nominaciones. “Desde mi primera vez en Belle Époque, que fue un año mágico, estar aquí con una película de Pedro, en español y el mismo año que Javier, es surrealista y muy especial. Es mágico”, señaló nada más pisar la alfombra roja la actriz, que volvió a confiar en Chanel, firma de la que es embajadora. Rescatando el glamour más clásico de Hollywood con toques de tendencia, eligió un diseño de la colección de alta costura de 2020 en raso en azul noche. Aunque la apuesta de la maison era lucirlo con una ligerísima capa en gasa transparente, la intérprete decidió llevarlo con los hombros al descubierto, potenciando el impacto visual.
La pareja encabezaba la comitiva española. La suerte no cayó tampoco del lado del compositor donostiarra Alberto Iglesias , candidato por la música de Madres paralelas, que ya optó al Oscar anteriormente por sus partituras en El jardinero fiel (2005), Cometas en el cielo (2007) y El topo (2011), aunque la alegría ya estaba servida porque Alberto Mielgo y Leo Sánchez, director y productor de El limpiaparabrisas ganaron el Oscar al mejor corto de animación, una victoria que, a pesar de estar pregrabada y haberse filtrado antes de la gala, supo a gloria.
Timothée Chalamet, Sofia Carson y Ariana DeBose, la nueva generación que pisa fuerte, compartió protagonismo con grandes nombres de Hollywood como Steven Spielberg y Rita Moreno
Curiosamente, este año, Penélope y Javier no fueron la única pareja en aguardar con los mismos nervios que su nombre apareciera, o no, en el sobre de los ganadores. Kirsten Dunst y Jesse Plemons (comprometidos desde 2017) estaban nominados a mejor actriz de reparto y mejor actor de reparto por El poder del perro . Mucho más tranquilo apareció por la alfombra roja Keith Urban. El cantante country acababa de actuar en Las Vegas, pero este 27 de marzo estaba solo y exclusivamente como acompañante de su mujer, Nicole Kidman, nominada también por Being the Ricardos. La actriz, que ya había ganado un Oscar por Las horas, impactó por su silueta perfecta y su vestido, creado exclusivamente para esta ocasión, de Armani Privé. Frente al minimalismo de Nicole Kidman, el barroquismo de Jada Pinkett Smith. La esposa de Will Smith, tristes protagonistas después del momento más comentado de la gala, apostó por un vestido de dimensiones mayúsculas de la colección de alta costura de Jean-Paul Gaultier, diseñado por Glenn Martens. Otras parejas que hicieron las delicias de los reporteros gráficos con sus poses y sus gestos cómplices fueron el elegante actor británico Benedict Cumberbatch y su mujer, Sophie Hunter, o la siempre sorprendente Kourtney Kardashian, de Mugler, junto a su pareja, Travis Barker.
La vie en rose de Lily James, Zoë Kravitz, Nicky Hilton (embarazada de su tercer hijo) y hasta Sebastián Yatra, inundó la alfombra roja, en la que Jessica Chastain posó inusualmente con su marido, el aristócrata Gian Luca Passi di Preposulo
La ‘mujer’ de Bradley Cooper
Uno de los misterios de la noche quedó despejado cuando Bradley Cooper (cuyo filme Nightmare Alley estaba nominado a mejor película) pisó la alfombra roja muy bien acompañado por Gloria Campano, su madre, y quien, en ediciones pasadas, ‘compitió’ por el amor de su hijo con Irina Shayk. Otra de las estrellas que posó con su progenitora fue Ariana DeBose. La actriz se puso en la piel de Anita en la nueva versión de West Side Story y triunfó.
El blanco y el negro fue el binomio ganador, con el esmoquin como estrella… Se vio en su versión más tradicional y también en la más rompedora, con Kristen Stewart luciendo piernas en minishorts
Ariana rompió estereotipos y deslumbró con un look de pantalón y top rojos de alta costura rubricado por Valentino. Dedicó su Oscar a Rita Moreno, la actriz que se puso en la piel de Anita en la clásica versión de Robert Wise, de 1961, y que también ganó la estatuilla por este mismo papel. La intérprete, a sus noventa años, lucía radiante vestida con un traje asimétrico de Carolina Herrera y con una energía que inspiraba a todos. Ariana DeBose, por su parte, regaló uno de los discursos más aplaudidos de la noche: “Mírala a los ojos: ves a una mujer de color, abiertamente gay, una afrolatina que encontró su fuerza en la vida a través del arte, y eso es lo que creo que estamos aquí para celebrar. Esto es para que cualquiera que alguna vez haya puesto en entredicho vuestra identidad, sepa que hay un sitio para vosotros”.
¿Dónde están ellos?
Pero pasamos a enumerar a quienes hubiéramos querido ver posar en pareja, pero decidieron hacerlo en solitario. Zendaya, sencillamente perfecta, volvió a acaparar la atención de los reporteros gráficos, como hizo el año pasado con su sensual vestido amarillo de Valentino. En esta edición, repitió la firma, pero se decantó por un elegante conjunto dos piezas de camisa blanca satinada y falda platino de larga caída. Aunque estilísticamente no decepcionó, sus fans esperaban verla posar con Tom Holland. Sin embargo, este no hizo acto de presencia en la ceremonia. También posó solo, y con un look arriesgado, el compañero de Zendaya en Dune, Timothée Chalamet, quien, para la alegría de sus fans, se dejó la camisa en casa y sorprendió con un traje de Louis Vuitton de llamativa pedrería. Soltero de oro, recordó los glamurosos momentos en los que desfilaba por la alfombra roja con su primera novia, Lily-Rose Depp.
… Y el show dio comienzo sobre un escenario con luz en cada pieza para que, en tiempos de sombras, fuera brillante y esperanzador
Jessica Chastain, una de las más madrugadoras de la gran fiesta del cine, posó, inusualmente, con su marido, Gian Luca Passi di Preposulo. Desde hace una década, por méritos propios y talento inaudito, se ha convertido en una de las reinas del estilo sobre la alfombra roja. Con permiso de Nicole Kidman, es una de las pelirrojas más adoradas del séptimo arte. Apareció vestida con un diseño ochentero de Gucci en color malva, un guiño a su personaje en Los ojos de Tommy Faye. Finalmente, se llevó el Oscar y dirigió uno de los discursos más emotivos de la noche.
En mitad de la ceremonia, Chris Rock, que presentaba uno de los premios, hizo un desafortunado chiste sobre el pelo rapado de Jada Pinkett Smith, que sufre de alopecia cicatricial
Las luces de la ceremonia
El presidente de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas, David Rubin, ya había anunciado que el tema de los premios de este año era Los amantes del cine su unen. El escenario, creado por David Korins, famoso por sus trabajos en Broadway, albergó una ceremonia que se debatió entre las risas del principio, especialmente con el hilarante discurso de Amy Schumer, y la emotividad de algunos momentos, como cuando Mila Kunis, especialmente sensibilizada con la situación de Ucrania, pidió solidaridad para quienes, en estos momentos, están viviendo una auténtica pesadilla. A pesar de este recuerdo por quienes peor lo están pasando y por estos últimos años duros y grises, David Korins creó un escenario “que mira hacia delante. Tiene que ver con una especie de visión de futuro increíblemente profunda y adelantada”. Cada pieza de la escenografía contaba con luz en su interior y el armazón estaba adornado por más de noventa mil cristales Swarovski. El objetivo final era lograr un diseño “complejo y a la vez sobrio para que sea brillante y esperanzador”. Por otro lado, el patio de butacas dejó de ser tal para convertirse en una especie de restaurante de reservados separados para generar la idea de comunidad.
Indignado, Will Smith salió al escenario y le dio una sorprendente bofetada que parecía una escena más del espectáculo, pero, cuando el actor increpó al cómico, todo el mundo supo que era realidad
Algunos de los momentos más destacados de la gala tuvieron acento español. Comenzó bien la ceremonia con el muy merecido Oscar a Alberto Mielgo por su corto de animación «El limpiaparabrisas». Después, se subió al escenario el colombiano Sebastián Yatra —quien había llamado poderosamente la atención en la alfombra roja con un traje sastre de Moschino— para interpretar Dos oruguitas, de la película Encanto. Poco después, les tocó el turno a Becky G y Luis Fonsi, quienes interpretaron No se habla de Bruno, uno de los momentos más divertidos y positivos de la gala, que, por cierto, había iniciado Beyoncé con un número pregrabado de la canción Be Alive digno de Oscar.
Jessica Chastain, la nueva reina de Hollywood, superó una infancia marcada por la inestabilidad y los apuros económicos y pudo estudiar gracias a Robin Williams, que costeó su beca en la escuela Juilliard de Nueva York
Will smith: ‘Por amor haces cosas locas’
Desafortunadamente, la mágica gala de la inclusión y la diversidad se rompió cuando, tal y como contábamos, Chris Rock salió al escenario para presentar el premio al mejor documental y gastó una broma sobre el corte de pelo de la esposa de Will Smith. Cabe recordar que, hace un tiempo, ella confesó que esta no era una decisión estética, sino una batalla personal contra la alopecia. En el momento en el que Rock soltó su broma, Will Smith, incontrolable (Denzel Washington trató de calmarlo, sin éxito), se subió al escenario y golpeó al cómico, quien, a duras penas, acabó su discurso. No es la primera vez que Will Smith y Chris Rock se enemistan.
Will Smith volvió a salir al escenario tras el incidente para recoger el oscar como mejor actor y, entre lágrimas, afirmó: “El amor te hace hacer cosas muy locas”
En 2016, otra broma de Rock a la pareja provocó un rifirrafe, pero, en esta ocasión, la sangre casi llegó al río. Sean Diddy Combs, tan sorprendido como el resto de asistentes a la gala, invitaba a los dos implicados a que limaran sus diferencias en las fiestas posteriores. Esta discusión opacó momentos muy esperados de la gala, como la aparición en el escenario de Francis Ford Coppola, Robert De Niro y Al Pacino para conmemorar los cincuenta años de El padrino. Cuando Will Smith ganó el Oscar al mejor actor (Javier Bardem aceptó con una sonrisa la derrota), pronunció su discurso entre lágrimas. Se disculpó con la academia por el momento vivido (”por amor haces cosas locas”), pero no con Chris Rock, a quien no mencionó. “Espero que la academia me vuelva a invitar”, pronunció Will Smith poco antes de salir del escenario en esta noche que, sin duda, no fue como la había soñado. A la tercera va la vencida y tras sus nominaciones por Ali, En busca de la felicidad y El método Williams, ‘el príncipe de Bel-Air’ se llevó el Oscar en una velada agridulce para él y los suyos.
Quien puso un broche de oro a la gala fue el elenco de CODA, el filme que se llevó el Oscar a la mejor película, un canto a la inclusión y a la familia. Emocionaron Lady Gaga y la gran Liza Minnelli sobre el escenario para entregar la estatuilla más buscada. El Dolby Theatre se puso en pie para aplaudir con las manos extendidas y en alto a los creadores de esta película que ha desbancado a alguna de las favoritas, como El poder del perro. Por fortuna, el trabajo de Jane Campion sí resultó premiado por la academia y se convirtió en la tercera mujer galardonada con un Oscar a mejor directora. Más allá del momento para el olvido de Will Smith, se sucedieron una serie de escenas que no serán fáciles de olvidar. Como ejemplo, el baile de Pulp Fiction que se marcaron Uma Thurman (muy elegante, en blanco y negro, con un dos piezas de Bottega Veneta) y John Travolta. En los últimos segundos de retransmisión, las tres presentadoras, Amy Schumer, Regina Hall y Wanda Sykes, se despidieron de la audiencia en pijama, pero no era más que un juego del despiste, porque Hollywood, definitivamente, no se iba a dormir, sino a ‘quemar la noche’ en sus fiestas. Seguramente, en más de un corrillo de estrellas, unos y otros comentaron la razón o sinrazón de Will Smith para hacer lo que hizo. Quiera o no, esta historia ya está escrita en las páginas más oscuras de la historia de los Oscar.