,type=downsize)
Marc Ostarcevic, exmarido de Norma Duval , atraviesa, sin duda, un complicado momento en su vida. A los continuos dimes y diretes sobre su supuesto distanciamiento de Marc, Yelco y Christian, los tres hijos que tuvo en su matrimonio con la actriz, desmentido por él mismo con un rotundo “tengo unos hijos maravillosos, gracias a Dios”, se suma el nuevo delicado estado de salud que está atravesando a sus ochenta años. Cabe recordar que hace tres años le diagnosticaron un cáncer de próstata del que, en ese momento, fue tratado en la ciudad de Benidorm, donde, en aquel momento, tenía fijada su residencia. En esos momentos tan delicados para su exmarido, Norma sólo comentó: “No tengo nada que decir. Lo único que puedo desear es que se mejore, que se cuide y se recupere ”.
Para ti que te gusta
Este contenido es exclusivo para la comunidad de lectores de ¡HOLA!
Para disfrutar de 8 contenidos gratis cada mes debes navegar registrado.
Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.Este contenido es solo para suscriptores.
Suscríbete ahora para seguir leyendo.TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Instalado ahora en su país natal, Croacia, donde también pasó diecisiete días muy delicado a consecuencia de la Covid-19, el exjugador de baloncesto ha regresado ahora a España, concretamente a Sevilla, por un nuevo problema de salud que le hará pasar por el quirófano en los próximos días. Según hemos podido conocer, Ostarcevic se ha trasladado a la capital hispalense porque le hablaron del cardiólogo José Fernández Díaz, un profesional que goza de un gran prestigio en operaciones del corazón y en la implantación de válvulas aórticas.
En vez de hacerlo a corazón abierto, utiliza la técnica nueva TAVI (implantación de la válvula aórtica transcatéter) para reemplazar una válvula del corazón mediante acceso a través de una vena y solucionar el problema de la estenosis aórtica. La técnica es de menor riesgo y, por tanto, la recuperación más rápida, por lo que hay quien a los dos o tres días se va a casa. Estos días se le están realizando las pruebas preoperatorias y este fin de semana o la semana que viene le darán la fecha de la operación que le hará el doctor Fernández Díaz y su equipo en el hospital Vírgen del Rocío de Sevilla.
Marc Ostarcevic fue un reconocido jugador de baloncesto en su Croacia –entonces Yugoslavia– durante la década de los años 60. Conoció a Norma Duval en 1983, en el restaurante Privilege, en los bajos de la discoteca Palace, de París. Norma estaba cenando con su amigo Jose cuando éste le susurró “hay uno que no te quita la vista de encima. Es moreno y muy atractivo. Te mira con un descaro increíble”. Al girarse, la joven encontró a un hombre alto, guapo, que no quitaba sus ojos de ella.
No cruzaron una palabra hasta que al salir del local, tras despedirse de su amigo, la actriz se puso a buscar las llaves del coche en su bolso con evidente dificultad. El atractivo desconocido se le acercó para preguntarle si necesitaba ayuda, y acabó invitándola a una copa que ella aceptó. “Yo nunca he sido una persona a la que le guste alternar por la noche, y mucho menos en compañía de un desconocido. Creo que fue la primera y única vez en mi vida que acepté tomar una copa con una persona que no conocía”, escribe ella en sus memorias, Una vida de espectáculo.
Pocos días después, la vedette se fue de vacaciones a Miami y, al volver a su trabajo en el Folies Bergère, le encontró sentado en el patio de butacas. “Terminaría sabiéndose de memoria la función”, recuerda ella. Al terminar aquella noche, Marco acompañó a Norma –y a su madre, Purificación Aguilera, se apresura a aclarar ella- a su casa. No sería la última vez. A Norma, Marco le contó que estaba divorciado y que tenía una hija, Tayana, de 20 años (Norma, a sus 27, estaba mucho más cercana en edad a ella que a Marco, de 42). “Me pareció una chica encantadora. Y yo pensé “bueno, separado, con una hija; no está mal”, pero un tiempo después tuvo que confesarme que tenía tres más ”. El dato llegó cuando ya habían empezado un romance, un amor que para Marc estuvo claro desde el primer momento.
La boda llegó en 1992, en el ayuntamiento de Boulogne, con una fiesta en un castillo a las afueras de París. Así lo evoca ella: “Elegimos la Ciudad de la Luz por ser el lugar donde nos habíamos conocido nueve años antes, un 9 de febrero, la misma fecha que elegimos para nuestra boda”. Fue una celebración íntima, sus hijos y la familia más directa. Para la celebración en el castillo, la novia lució un vestido de Amparo Coll y el peletero José Luis le regaló un abrigo de visón.
Para la ceremonia civil, compró in extremis, la víspera de la boda, un traje de chaqueta “sencillo y elegante” en Chlóe. La de su enlace fue la primera portada de Norma en ¡HOLA!. En 1984 dieron la bienvenida a su primer hijo, Marc, que le ha dado un nieto, Izan, de nueve años, y en 1986, a Yelko, que le va a dar una nieta. Dos años después de su boda llegaría su tercer hijo, Christian, que actualmente trabaja como monitor de pádel en el club de La Moraleja.
Sus casi dos décadas de amor se rompieron en septiembre de 2001, tras nueve años de convivencia y once de matrimonio, cuando llegó la sorpresiva separación, anunciada por la misma Norma con un dramático “la culpable he sido yo”. En sus memorias, la actriz cuenta que “lo que es claro es que en nuestra última etapa había surgido un agotamiento”.