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A simple vista, puede parecer que lo tienen todo. El mundo de la moda se rinde ante ellas, están en las mejores pasarelas, ocupan portadas en todo el mundo, no les falta fama, ni lujos y, además, colaboran con causas solidarias, pero lejos de la perfección que se ve en sus fachadas, de puertas para adentro, las vidas de Gigi y Bella Hadid no son perfectas. Bella, la menor de las hermanas, acaba de abrir su corazón en una entrevista concedida a Vogue, en la que se sincera sobre la depresión y los problemas de ansiedad que atraviesa desde hace años.
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Duras declaraciones
Ya a finales del año pasado desvelaba que tenía problemas de salud mental, además de físicos, provocados por la enfermedad de Lyme que padece, pero ahora, también ha confesado haber sufrido problemas de autoestima y trastornos alimenticios. “Durante tres años, mientras trabajaba, me despertaba todas las mañanas histérica, llorando sola. No le confesaba eso a nadie. Iba a trabajar, lloraba de nuevo mientras almorzaba en el vestuario, terminaba mi día, me iba a cualquier hotel en el que tuviera que pasar la noche, lloraba de nuevo, me despertaba por la mañana y hacía lo mismo”, cuenta la top model, de veinticinco años, quien reconoce que lucha todos los días par que su estado mental se mantenga a flote.
“La moda puede hacerte o deshacerte y, si te hace daño, tienes que hacer un esfuerzo todos los días para que no te rompa. Siempre hay un poco de dolor en el amor”, asegura. Por otro lado, reconoce también haber tenido anorexia en la adolescencia y también haber pasado por el quirófano a los catorce años para operarse la nariz, algo de lo que ahora se arrepiente: “Era la hermana fea, no era tan guay como Gigi, no llamaba tanto la atención… Eso era lo que decía la gente de mí y, por desgracia, cuando te dicen muchas cosas tantas veces, simplemente te lo acabas creyendo”.
Sin embargo, en el terreno del corazón ahora ha encontrado la estabilidad junto al director de arte Marc Kalman, con quien lleva una discreta relación desde julio de 2020. Anteriormente, mantuvo un sonado noviazgo con The Weeknd, que la dejó marcada por la gran exposición pública que tuvo su relación, por eso prefiere mantener su vida sentimental en un segundo plano.
Cambio de look
Por su parte, Gigi vivía el otoño año pasado una tormentosa ruptura. A finales de octubre saltaba la noticia de que había puesto fin a su relación con Zayn Malik —con quien tuvo una hija, llamada Khai, en septiembre de 2020—, después de que su madre, Yolanda Hadid, lo denunciara por agresión. La familia no se ha querido pronunciar al respecto, tan solo el exmiembro de One Direction escribía unas palabras en sus redes: “Soy una persona reservada y tengo muchas ganas de crear un espacio seguro y privado para que crezca mi hija. Un lugar donde los asuntos privados de la familia no se arrojen al escenario mundial. En un esfuerzo por proteger ese espacio, acepté no impugnar las afirmaciones derivadas de una discusión que tuve con un miembro de la familia de mi pareja, que entró a nuestra casa mientras ella estaba fuera varias semanas”.
Al principio, apuntaban a que esto daría pie a una dura batalla legal por la custodia de la niña, pero, según las últimas informaciones, la top model y el cantante estarían intentando acercar posiciones para solucionarlo de la mejor manera. Ella continúa sobre las pasarela, aunque intenta que su faceta personal se mantenga al margen de su carrera, después de este grave incidente entre el padre de su hija y su madre. Tan solo se deja ver por cuestiones de trabajo y pasa la mayor parte de su tiempo en el rancho familiar que tienen en Pensilvania. Hace unos días, Gigi sorprendía con su cambio de look más radical hasta la fecha, con su larga melena rubia decolorada, que sobre la pasarela parecía un radical corte de pelo casi al cero. Muestra así, en esta nueva etapa de su vida, una imagen que no ha pasado desapercibida.